ESTAMBUL (7 Mayo 2015).- Desestimando las
preocupaciones estadounidenses acerca de su posible ayuda a grupos extremistas,
Turquía y Arabia Saudí concertaron una nueva estrategia ofensiva para derrocar
al presidente sirio Bashar Assad.
Las dos naciones —una democracia y un reino
conservador— no se habían puesto de acuerdo hasta ahora acerca de cómo lidiar
con Assad, su enemigo común. Pero la frustración mutua con lo que consideran la
indecisión estadounidense ha llevado a ambas a una alianza estratégica que
favoreció recientes progresos de los rebeldes en el norte de Siria y contribuye
a fortalecer una nueva coalición de insurgentes, dicen funcionarios turcos.
La situación ha provocado preocupación en Estados
Unidos, que no desea que los grupos rebeldes, incluso el Frente Nusra,
vinculado con Al Qaeda, se unan para derrocar a Assad. Al gobierno de Barack
Obama le preocupa que la alianza rebelde pueda instalar en lugar de Assad un
régimen islamista radical, en momentos en que Estados Unidos se concentra en
combatir el grupo extremista Estado Islámico. Un funcionario estadounidense,
que habló con la condición del anonimato debido a lo delicado de la cuestión,
dijo que el gobierno está preocupado de que la nueva alianza facilite el avance
de Nusra en Siria.
La coordinación entre Turquía y Arabia Saudí refleja
el sentido de urgencia y de impaciencia con la política de Washington en la
región. Arabia Saudí había mantenido distancia de algunos grupos islamistas
rebeldes en Siria a pedido de Estados Unidos, según funcionarios turcos. Arabia
Saudí y Turquía también diferían sobre el papel de la Hermandad Musulmana en la
oposición siria. Turquía apoya ese grupo, mientras la monarquía saudí lo
considera una amenaza para su régimen. Estas diferencias habían prevalecido
hasta hace poco.
"La clave es que los saudíes ya no trabajan
contra la oposición", afirmó un funcionario turco. Él y otros hablaron con
la condición del anonimato por no estar autorizados a informar a la prensa.
Funcionarios turcos dicen que el gobierno de Obama
se ha desentendido de Siria mientras se enfoca en un acercamiento a Irán.
Mientras Washington se concentra en degradar el Estado Islámico en Siria e
Irak, carece —a juicio de aquellos— de una estrategia coherente para poner fin
al régimen de Assad, aliado clave de Irán en la región.
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