ZÜRICH (2 Junio 2015).- En una conferencia de
prensa convocada de manera sorpresiva Joseph Blatter ha presentado su dimisión
como presidente de la FIFA cuatro días después de haber sido elegido.
“La FIFA
necesita una profunda regeneración”, ha dicho Blatter en la sede de la FIFA en
Zúrich. El expresidente de la FIFA llamó a nuevas elecciones en el organismo
que atraviesa una crisis por los escándalos de corrupción que llevaron a la
detención de varios altos directivos. PERFIL Joseph Blatter nació en 1939 en
una familia proletaria de la pequeña ciudad de Visp, en Suiza.
Blatter fue un
futbolista prometedor y jugó para el FC Visp en la liga más importante de
Suiza, que en ese entonces era totalmente amateur. En un reverente perfil de
Blatter en sus días de futbolista, que se publicó en el semanario de la FIFA,
se le describió como “un temible goleador de primera” que se había ganado el
apodo de El Uwe Seeler del Alto Valais, en honor de un goleador alemán.
También
se detalló que Blatter fue campeón de 100 metros planos en Valais en 1956, con
un tiempo de 11.7 segundos. A esto siguió una serie de empleos administrativos,
entre ellos el de secretario general de la Federación Suiza de Hockey sobre
Hielo. Tras pasar una temporada en la empresa relojera Longines, se unió a la
FIFA en 1975. La FIFA era un ente totalmente diferente en 1975.
A Sir Stanley
Rous, el británico que acababa de dejar la presidencia, siguió el primer no
europeo en presidir la organización: el exnadador olímpico brasileño João
Havelange. En ese entonces, la FIFA solo tenía 11 empleados (Blatter era el
número 12) y una sede relativamente modesta en Zúrich. No había torneos
juveniles ni femeniles y el presupuesto era reducido.
“Cuando eligieron a
Havelange en 1974, no había dinero”, contó a CNN Jerome Champagne, exasesor de
Blatter que anunció su candidatura a la presidencia de la FIFA a principios de
este año pero no logró obtener los votos suficientes para continuar. “Era una
organización eurocéntrica que trataba de crear un compromiso entre la
segregación. Luego llegó alguien de fuera de Europa que quiere reconocer a la
asociación de futbol de la República Popular de China y expulsar a la
federación Sudafricana por el apartheid”. Havelange contrató a Blatter para que
firmara los primeros contratos de publicidad y que creara los primeros
proyectos de desarrollo. Seis años después, Blatter reemplazó a Helmut Kaser
como secretario general de la FIFA y se puso en marcha un proceso que sentaría
las bases de su futuro poder político: monetizar a la FIFA de una forma
novedosa y distribuir la riqueza más allá de su núcleo político europeo.
“Durante 40 años, Blatter ayudó a desarrollar el futbol en Rusia, China, de
Colombia a Vietnam, de Etiopía a Panamá”, agregó Champagne. “Si ayudas a un
país durante 40 años, se desarrollan la amistad y la confianza”.
Blatter
también recibió recompensas por su lealtad. Cuando se incorporó a la FIFA, hace
40 años, el órgano tenía 144 miembros; hoy tiene 209. Cada federación tiene su
propio voto y cada uno vale exactamente lo mismo en el congreso de la FIFA, que
es el órgano que elige al presidente. Eso significa que el voto de las Islas Cook
(con 11.000 habitantes) y el de China (con 1.400 millones de habitantes) tienen
el mismo peso, un poder igual cuando se trata de distribuir el éxito económico.
Ese éxito es grande: después del pasado Mundial en Brasil, la FIFA ganó cerca
de 6.000 millones de dólares casi exclusivamente de derechos de transmisión y
patrocinios, con lo que su patrimonio ascendió a 1.500 millones de dólares.
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