LA TOUSSUIRE (24 Julio 2015).- Marco Tardelli volvió
a marcar el gol del Mundial 82 en La Toussuire. Convertido en el valiente
Vincenzo Nibali, celebró la victoria como el mediocampista de la azzurra, el
cuerpo inclinado hacia adelante, los brazos abiertos y los puños cerrados,
gritando su triunfo a los cuatro vientos, "para los tifosi, los italianos
y los franceses". Sólo faltaba allí Sandro Pertini, pero su época ciclista
fue la de Coppi y la de Bartali.
Fue la victoria de un aventurero, con la tricolor en
el pecho, mientras a Contador le daban calambres en las piernas y Froome
arreglaba una avería en el cambio. Allá se fue, cuando quedaba un kilómetro
para completar la agotadora Croix de Fer y todavía quedaban dos puertos por
subir. Sin mirar atrás, sólo hacia adelante. Vinokourov ahora está satisfecho.
Fue una etapa corta, pero interesante, aunque La
Toussuire se hiciera larga y aburrida. Parece una contradicción pero no lo es. En
138 kilómetros se desnudaron las miserias del Sky, que se quedó tres veces sin
ayudantes para Froome; se destaparon los intereses que anidan en el pelotón,
con el Lotto de Gesink sacando el monedero, cuando al equipo de Froome no le
llegaba la calderilla para pagar el tren en los ascensos. Se vio flaquear al
mismo Froome cuando, con su rostro pétreo, Nairo Quintana lanzó su único
ataque, seco y eficaz. En fin, se comprobó que las fuerzas están muy justas a
estas alturas, que a Contador se le quedó larga la hazaña del doblete y que
Valverde se desgastó mucho en las ayudas a Nairo.
El Tour se resuelve en Alpe dHuez. Froome sólo tiene
que aguantar, pero en los 110 kilómetros que restan, con la Croix de Fer de
nuevo, nadie descarta una sorpresa.
Por
JON RIVAS/El Mundo
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