RAÚL CASTRO ANTE PAPA: CUBA AVANZA PARA CONSTRUIR SOCIALISMO PRÓSPERO Y SOSTENIBLE
Categorias:
principal
LA HABANA, Cuba (19 Septiembre 2015).- Al dar la
bienvenida al papa Francisco en su visita oficial de tres días a la Isla, el presidente
Raúl Castro proclamó que en Cuba “avanzamos resueltamente en la actualización
de nuestro modelo económico y social para construir un socialismo próspero y
sostenible”.
Señaló que ese socialismo próspero está “centrado en
el ser humano, la familia y la participación libre, democrática, consciente y
creadora de toda la sociedad, en especial de los jóvenes”.
Castro proclamó ante el Sumo Pontífice que “preservar
el socialismo es garantizar la independencia, soberanía, desarrollo y bienestar
de la Nación”.
“ Tenemos la más firme decisión de enfrentar todos
los retos para alcanzar una sociedad virtuosa y justa, con altos valores éticos
y espirituales. Como señaló el venerable presbítero Félix Varela, “…queremos
que las generaciones futuras hereden de nosotros la dignidad de los hombres y
recuerden lo que cuesta recuperarla para que teman perderla…”, apostilló en su
discurso de bienvenida desde el Aeropuerto José Martí.
El avión de Alitalia que transportó al Santo Padre
tocó pista a las 3:46 de la tarde sabatina.
Alternativasnoticiosas.com
deja a sus lectores con el discurso de bienvenida del presidente Castro
Santidad:
El pueblo y el Gobierno cubanos lo reciben con
profundos sentimientos de afecto, respeto y hospitalidad.
Nos sentimos muy honrados con su visita. Podrá
apreciar que amamos profundamente nuestra Patria, por la que somos capaces de
realizar los más grandes sacrificios. Nos ha guiado siempre el ejemplo de los
próceres de Nuestra América, quienes nos legaron dignidad, valentía y
generosidad. Por ellos hemos sabido practicar el axioma martiano de que Patria
es Humanidad.
El encuentro memorable que sostuvimos en mayo
pasado, en la Ciudad del Vaticano, brindó la oportunidad de intercambiar ideas
acerca de algunos de los asuntos más importantes del mundo en que vivimos.
Los pueblos de la América Latina y el Caribe se han
propuesto avanzar hacia su integración, en defensa de la independencia, la
soberanía sobre los recursos naturales y la justicia social.
Sin embargo, nuestra región sigue siendo la más
desigual en la distribución de la riqueza. En el continente, Gobiernos
legítimamente constituidos que trabajan por un futuro mejor, se enfrentan a
numerosos intentos de desestabilización.
Hemos seguido con mucha atención sus
pronunciamientos. La exhortación apostólica “La Alegría del Evangelio”, acerca
de los temas sociales, y la carta encíclica “Alabado Seas”, referida al futuro
y el cuidado del planeta y la Humanidad, me han motivado profunda reflexión.
Serán referentes para la próxima Cumbre sobre la Agenda de Desarrollo
Post-2015, que tendrá lugar en la ONU en el presente mes, y la XXI Conferencia
Internacional acerca del Cambio Climático que se celebrará, en diciembre, en
París.
Comienzan a tener un eco creciente en el mundo su
análisis de las causas de estos problemas y el llamado a la salvaguarda del
planeta y la supervivencia de nuestra especie; al cese de la acción depredadora
de los países ricos y las grandes transnacionales, a la eliminación de los peligros
que se ciernen para todos en materia de agotamiento de los recursos y pérdida
de la biodiversidad.
Como bien su Santidad señala: “La humanidad está
llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de
vida, de producción y de consumo”.
El Líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz,
en 1992, durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo, en Río de Janeiro, planteó la necesidad de salvar a la humanidad de
la autodestrucción, distribuir mejor la riqueza, el conocimiento, la ciencia y
las tecnologías, para el desarrollo sostenible, “hacer desaparecer el hambre y
no el hombre”, afirmó.
El sistema internacional actual es injusto e
inmoral. Ha globalizado el capital y convertido en su ídolo al dinero. Hace de
los ciudadanos meros consumidores. En vez de difundir el conocimiento y la
cultura, los enajena con reflejos y patrones de conducta promovidos por medios
que solo sirven a los intereses de sus dueños, las corporaciones
transnacionales de la información.
La profunda y permanente crisis se descarga con
brutal crudeza sobre los países del Tercer Mundo. Tampoco escapan de ella los
excluidos en el mundo industrializado, las minorías, los jóvenes desempleados y
los ancianos desvalidos, los que buscan refugio del hambre y los conflictos.
Ofende la conciencia humana lo que ocurre con los inmigrantes y los pobres.
Estos son los indignados del mundo que claman por sus derechos y el fin de
tanta injusticia.
Santidad:
En sus palabras a los dos encuentros mundiales de
los Movimientos Populares en octubre del pasado año en Ciudad del Vaticano y
julio del presente, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, reiteró la necesidad
de practicar la solidaridad y luchar unidos contra las causas estructurales de
la pobreza y la desigualdad, por la dignidad del hombre y se refirió al derecho
a la tierra, al techo y al trabajo.
Para conquistar esos derechos, entre otros, se gestó
la Revolución cubana. Por ellos, reclamó Fidel en su histórico alegato de
defensa conocido como “La Historia me Absolverá”.
Para lograr una sociedad más justa y solidaria hemos
trabajado con sumo esfuerzo y asumido los mayores riesgos desde el triunfo
revolucionario.
Lo hemos hecho bloqueados, calumniados, agredidos,
con un alto costo de vidas humanas y grandes daños económicos. Fundamos una
sociedad con equidad y justicia social, con amplio acceso a la cultura y apego
a las tradiciones y a las ideas más avanzadas de Cuba, de América Latina, el
Caribe y del mundo.
Millones de personas han recobrado su salud con la
cooperación cubana: 325 mil 710 colaboradores han trabajado en 158 países; hoy,
cincuenta mil 281 trabajadores cubanos de la salud prestan sus servicios en 68
naciones. Gracias al programa “Yo sí puedo”, 9 millones 376 mil personas han
sido alfabetizadas en 30 estados; y más de 68 mil estudiantes extranjeros, de
157 países, se han graduado en Cuba.
Avanzamos resueltamente en la actualización de
nuestro modelo económico y social para construir un socialismo próspero y
sostenible, centrado en el ser humano, la familia y la participación libre,
democrática, consciente y creadora de toda la sociedad, en especial de los
jóvenes.
Preservar el socialismo es garantizar la
independencia, soberanía, desarrollo y bienestar de la Nación. Tenemos la más
firme decisión de enfrentar todos los retos para alcanzar una sociedad virtuosa
y justa, con altos valores éticos y espirituales. Como señaló el venerable
presbítero Félix Varela, “…queremos que las generaciones futuras hereden de
nosotros la dignidad de los hombres y recuerden lo que cuesta recuperarla para
que teman perderla…”
La unidad, identidad e integración regional deben
ser defendidas. La Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz,
firmada por los Jefes de Estado y Gobierno durante la Segunda Cumbre de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, celebrada en La Habana en
enero de 2014, consagra un conjunto de compromisos de vital importancia, como
la solución pacífica de controversias a fin de desterrar para siempre el uso y
la amenaza del uso de la fuerza de nuestra región; no intervenir, directa o
indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los
principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre
determinación de los pueblos; fomentar las relaciones de amistad y de
cooperación entre sí y con otras naciones; y respetar plenamente el derecho
inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y
cultural, como condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre
las naciones.
Para Cuba, los propósitos y principios de la Carta
de las Naciones Unidas tienen plena vigencia. Solo el respeto a estos puede
garantizar la paz y la seguridad internacionales crecientemente amenazadas.
Conocimos con sumo interés las palabras de Su
Santidad en el marco de la conmemoración del 70 aniversario de los ataques
nucleares contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
La existencia de las armas nucleares es una amenaza
contra la supervivencia misma de los seres humanos y una afrenta a los
principios éticos y morales que deben regir las relaciones entre las naciones.
Su uso significaría la desaparición de la civilización humana. Abogar por el
desarme, y muy particularmente por el desarme nuclear, no solo es un deber sino
un derecho de todos los pueblos del mundo.
Santidad:
Hemos agradecido su apoyo al diálogo entre los
Estados Unidos y Cuba. El restablecimiento de relaciones diplomáticas ha sido
un primer paso en el proceso hacia la normalización de los vínculos entre ambos
países que requerirá resolver problemas y reparar injusticias. El bloqueo, que
provoca daños humanos y privaciones a las familias cubanas, es cruel, inmoral e
ilegal, debe cesar. El territorio que usurpa la Base Naval en Guantánamo debe
ser devuelto a Cuba. Otros asuntos deben ser también dirimidos. Estos justos
reclamos son compartidos por los pueblos y la inmensa mayoría de los gobiernos
del mundo.
Conmemoramos este año, Santidad, el 80 Aniversario
de relaciones ininterrumpidas entre la Santa Sede apostólica y Cuba, que son
buenas y se desarrollan favorablemente sobre la base del respeto mutuo.
El Gobierno y la Iglesia Católica en Cuba mantienen
relaciones en un clima edificante, al igual que ocurre con todas las religiones
e instituciones religiosas presentes en el país, que inculcan valores morales
que la Nación aprecia y cultiva. Ejercemos la libertad religiosa como derecho
consagrado en nuestra Constitución.
Damos a la presencia de Su Santidad en nuestra
Patria todo su significado. Será trascendente y enriquecedor para la Nación su
encuentro con un pueblo trabajador, instruido, abnegado, generoso, con
profundas convicciones, valores patrióticos, dispuesto a continuar su heroica
resistencia y a construir una sociedad que garantice el pleno desarrollo, de
mujeres y hombres, con dignidad y justicia.
En nombre de este noble pueblo, le doy la más
calurosa bienvenida.
No hay comentarios.: