CHAMPIONS LEAGUE: LUIS SUÁREZ Y NEYMAR ENCABEZAN BLANQUEADA BARCELONA 3-0 ANTE BATE

BARCELONA (4 Noviembre 2015).- El Barcelona desprende el aroma de The rocky horror picture show. En concreto, el de una escena en uno de los clímax de la película, en ese cabaret abstracto aunque al mismo tiempo hipnótico. Así ocurre con los azulgrana, quienes deben disfrazarse cada partido para no parecer ellos mismos aunque lo sean realmente. 

Y no hay manera de apartar la vista, porque resulta llamativo que, cuanto más pudorosos son informativamente, más muestran al público. No obstante, no hace falta perpetrar disfraces impensables, como los chiquillos, con el beneplácito de un padre que los acompaña remugando, como aconteció en la victoria ante el BATE Borisov. 

[Narración y estadísticas (3-0)]Un trámite incómodo que deja a un paso los octavos de la Liga de Campeones, aunque necesario para empezar a urdir el clásico contra el Real Madrid. Con la misma equipación, esta vez sin disfraces, aunque con una variación distinta por unos instantes en un partido que comenzó con silbidos a la UEFA y cánticos independentistas y que mutó más tarde en tonadillas bailables en la pista de baile verde, gracias a los tantos de Neymar y Luis Suárez, vestidos de nuevo de líderes en ausencia de Leo Messi.

Lesión de RakiticEs lo mismo, pero no es igual, bromearían los añorados Martes y 13. Y es que Luis Enrique juega al engaño y engatusa al personal. Hace que otros luzcan con otra vestimenta, como con la alineación inicial de anoche. Mostró sus cartas, aunque el asunto duró 18 minutos, cuando se lesionó Ivan Rakitic. 

Hasta entonces, situó a Andrés Iniesta como nexo entre el centro del campo y la delantera, y a Sergi Roberto, el joker de una baraja sin demasiados triunfos, como único hombre con libertad. Todo, con tal de cumplir lo que jura y perjura: que no jugará con la armadura del sistema 4-4-2, no sea que provoque un terremoto en el estadio que corea su nombre compuesto. 

Le agrada el birlibirloque con tal de no mostrar más de la cuenta, y la alineación que probó abre debates. ¿Se trataba de un rombo en el instaurado 4-3-3 o hay apertura para otros esquemas? Interpretaciones. Las mismas que el técnico menta para esquivar temas punzantes. 

Manoseando la probeta, se rompió. La sustitución de Rakitic al sufrir la decimosexta dolencia desde el verano hizo regresar a los orígenes, no sin antes echar un vistazo a un banquillo que está vestido con harapos por eso de tener lesionados. En un ejercicio de empatía, hay que reconocer que sale petróleo a borbotones de una plantilla yerma de efectivos. Superar a RonaldinhoPorque con los pocos sanos se obran auténticos prodigios mientras las agujetas perforan los músculos en ausencia de las rotaciones. 

Por suerte, hay recursos. Neymar acumula 11 goles en 13 partidos, y reluce en ausencia de la bombilla incandescente de Messi. El brasileño, que ya supera con 16 dianas en la Liga de Campeones a un icono como Ronaldinho, marcó por fin en esta edición. Fue de penalti, tras agarrar Mladenovic la zamarra de Munir. Su gol dio aire en un encuentro que era un ejercicio de sobriedad, de no lucirse en el noble arte de complicarse la vida, aunque Marc-André ter Stegen se empeñara en ello haciendo las veces de líbero como si estuviera en el patio del colegio. El gol de Luis Suárez, de nuevo a pase de Neymar, abrazó más la victoria, aunque el tercero, del brasileño asistido por Sergi Roberto, acabó con los sobresaltos. Disfrazados de Messi, pero en realidad eran ellos.

Por ANDRÉS CORPAS/El Mundo