El medicamento fue promovido por un grupo de
activistas de los derechos de la mujer que argumentaron lo injusticia que
implicaba el hecho de que los hombres tuvieran su píldora azul para aumentar su
función sexual, pero las mujeres no.
El fármaco, diseñado por Sprout Pharmaceuticals, ya
había sido rechazado por la FDA en dos ocasiones (2010 y 2013), debido a sus
efectos secundarios, dudas sobre su seguridad y la ausencia de pruebas
suficientes que demostraran su eficacia en mujeres con poco deseo sexual. En
los resultados de los ensayos clínicos presentados se informó que las mujeres
sentían más deseo en el mes, aunque la diferencia, en comparación con un
placebo, era pobre (sólo alrededor de 0,3 puntos en una escala de entre 1,2 y
6,0).
Esta vez, un estudio publicado en la revista
científica Archives of Internal Medicine confirmó las sospechas: la píldora
rosada, que salió en ese momento, tiene más contraindicaciones que beneficios.
De acuerdo con los análisis de la investigación los efectos de la droga han
demostrado ser modestos a la hora de aumentar la líbido femenina. En cambio,
los efectos secundarios, tales como somnolencia, mareos, fatiga y náuseas, se
hacen cada vez más molestos y se incrementan con el consumo de alcohol.
Luego de analizar ocho estudios de 5.900 mujeres, los
investigadores llegaron a la conclusión de que cuando las mujeres empezaban el
tratamiento con flibanserina (addyi, en términos comerciales) tenían, en
promedio, un encuentro sexual satisfactorio en el mes, aparte de los dos o tres
que ya tenían.
Sumado a la decepción del “viagra femenino” en
términos médicos, la droga no se está vendiendo bien. A principios de enero
generaba solamente 240 a 290 órdenes médicas a la semana, de acuerdo con un
informe recogido por David Maris, analista de Wells Fargo Securities, quien
buscó a partir del rastreador pres IMS Health. Maris, como citó el New York
Times, estimó que las ventas de addyi estaban corriendo a una velocidad de $11
millones al año, muy por debajo de los $100 millones a $150 millones en ventas
que Valeant (compañía dueña de la droga) espera alcanzar este año.
Otros médicos se opusieron a este estudio y
manifestaron que la droga sí ha tenido efectos evidentes en los pacientes.
Lauren Streicher, obstetra y ginecóloga en la Escuela de Medicina Feinberg de
Northwestern Memorial Hospital en Chicago, dijo a ese medio que varias de sus
pacientes han tomado la droga con un aumento significativo de su deseo sexual y
que ninguna de ellas ha dejado de usarla debido a los efectos secundarios.
Con este estudio, nuevamente salió a flote la pelea
que se había armado el año pasado por la efectividad del medicamento. En esa
oportunidad la psicóloga y terapeuta sexual Leonore Tiefer dijo que “esto no es
más que una mezcla de política, ciencia y dinero”. Esta vez, Ellen Laan,
profesora de ginecología de la Universidad de Ámsterdam aseguró que la
discusión sobre la igualdad de género era “engañosa y peligrosa”.
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