SAO PAULO (27 Abril 2016).- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró
ayer que "quien la juzga" es "corrupto", mientras que
contra ella no pesa "ninguna" acusación por haber recibido dinero
procedente de corrupción.
"Ellos son acusados, yo no tengo acusación. Lo
más extraño es que quien me juzga es corrupto", afirmó Rousseff en alusión
a algunos legisladores, durante un acto celebrado en Salvador, capital del
estado de Bahía (nordeste).
La presidenta se refirió concretamente al presidente
de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, adversario político de Rousseff y
quien fue el encargado de aceptar a trámite el juicio político con miras a la
destitución de la jefa de Estado.
"Todo el mundo sabe que tiene cuentas en el
exterior y que está acusado por el Ministerio Público (Fiscalía)", señaló,
mientras que los presentes coreaban "Fora Cunha" (Fuera Cunha).
Rousseff dijo ser víctima de una "gran
injusticia" e insistió que no cometió ningún "crimen de
responsabilidades" que argumente la apertura de un proceso de destitución
en su contra.
Según comprobó el Tribunal de Cuentas, el Gobierno
atrasó en 2014 y 2015 el envío de recursos a los estatales Banco do Brasil,
Caixa Económica Federal y Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social
(BNDES), cantidades que supuestamente fueron utilizadas para pagar programas
sociales en un año electoral.
En la práctica, según el tribunal, esas
instituciones realizaron préstamos al Estado, lo que está prohibido por la Ley
de Responsabilidad Fiscal (LRF) y, según la oposición, constituye un
"crimen de responsabilidades", una de los delitos contemplados en la
Constitución para la apertura de un juicio político.
La presidenta aseguró que está siendo acusada por
practicar unas "maniobras" cometidas desde 1994 por todos los
Gobiernos que la precedieron y subrayó que eso demuestra que en Brasil
"hay dos pesos y dos medidas".
Rousseff volvió a calificar el proceso de
"golpe" al considerar que ella nunca cometió un "delito" e
instó a sus adversarios a presentarse a unas elecciones si quieren ocupar su
"silla".
"Es golpe porque no hay crimen. Yo nunca, nunca
recibí dinero de sobornos, yo no tengo cuentas en el exterior, yo no estoy
acusada de corrupción", dijo. Y añadió: "ellos me acusan de 'pedalada
fiscal' (maquillaje fiscal), pero ¿qué diablos es eso de pedaladas?".
Rousseff entregó hoy en Salvador más de 700
viviendas del programa Minha Casa, Minha Vida (Mi Casa, Mi Vida), una
iniciativa gubernamental para ofrecer vivienda a bajo costo a personas de
escasos recursos y que es uno de los programas bandera del gobernante Partido
de los Trabajadores (PT).
Sin citar nombres, Rousseff afirmó que
"ellos", en alusión al vicepresidente Michel Temer y su eventual
Ejecutivo, quieren reducir las partidas destinadas a los programas sociales, la
salud y la educación si suben al poder.
Temer, primero en la línea de sucesión, reemplazaría
a Rousseff durante 180 días si el Senado decide finalmente que existen méritos
jurídicos para iniciar un juicio político con miras a la destitución de la jefa
de Estado, reelegida en octubre del 2014.
Si la Cámara alta decide finalmente en el juicio
apartar a Rousseff de su cargo, Temer completaría el mandato que vence el 1 de
enero de 2019.
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