ROMA (6 Julio 2016).- La fuga de noticias que sacudió al Vaticano en
noviembre de 2015, conocido como el Vatileaks “ (Vatileaks I sacudió a la
Iglesia que lideraba el entonces papa Benedicto XVI) llevó a que la justicia
abriera una investigación contra los implicados: tres funcionarios del Vaticano
y dos escritores.
Los dos periodistas del VatiLeaks 2, Gianluigi Nuzzi
y Emiliano Fittipaldi, autores de Vía Crucis (Mercaderes en el Templo) y
Avaricia, dos libros escritos con base en papeles confidenciales salidos
ilícitamente de la Santa Sede, revelan desmanejos, corrupción, nepotismo y
gastos exhorbitantes de la curia romana, así como la resistencia al proceso de
limpieza y transparencia puesto en marcha por el papa Francisco.
Este jueves se conocerá el resultado de dicha
investigación. El Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano convocó una
audiencia para en la que los acusados podrán pronunciar unas últimas y breves
palabras.
En este proceso solo se ha confesado culpable uno de
los cinco imputados: el sacerdote español Lucio Vallejo, para quien la fiscalía
pide tres años y un mes de cárcel. Vallejo era secretario de la extinta
Comisión investigadora de los Organismos Económicos y Administrativos de la
Santa Sede (COSEA) y de aquí salió la mayor parte de la filtración. También
están acusados los ex miembros de este organismo, Francesca Chaouqui y Nicola
Maio. Vallejo, Chaouqui y Maio están acusados de divulgación de secretos y de
asociación para delinquir mientras que los periodistas solo responden al primer
cargo.
Vallejo confesó haber filtrado información aduciendo
que lo hizo bajo las supuestas presiones y amenazas de Chaouqui, con la que
dijo haber mantenido relaciones sexuales y a la que al parecer temía al
vincularla con los servicios secretos italianos.
Nuzzi podría ser condenado a un año de prisión por
haber animado a Vallejo a cumplir el delito haciéndole ver su disponibilidad a
publicar el material.
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