NUEVA YORK (22 Febrero 2017).- Las calles de Corona, en Queens, revelan
lo que tanto temen sus residentes y lo que han denunciado los legisladores
locales durante los últimos meses: la violencia de pandillas.
Basta adentrarse al vecindario para comprender por
qué muchos residentes evitan salir después de la medianoche. Los grafitis de la
pandilla mexicana Sur 13 (también conocida como Sureños 13) advierten del
riesgo, un asunto que no es desconocido para la Policía de Nueva York (NYPD),
ni para los testigos de los asesinatos y tiroteos a manos de los miembros de
ese grupo criminal.
En mayo de 2015, la Policía desató una cacería
humana para dar con Raúl Zamora, un conocido miembro de la pandilla Sur 13 que
disparó y asesinó a Jorge Manzanarez, de 38 años, en una calle de Jackson
Heights a plena luz del día.
Según la Uniformada, Zamora se acercó a Manzanarez y
le disparó en el pecho después de una discusión. El incidente ocurrió frente al
93-12 de Roosevelt Avenue, cerca Whitney Avenue, a eso de las 2:23 de la tarde.
“No tienen miedo de morir ni de matar”
Zamora, quien vivía a pocas cuadras del tiroteo, fue
arrestado en julio de 2015 acusado de asesinato en segundo grado y posesión
criminal de un arma.
“Son muchachos violentos y están armados. No tienen
miedo de morir ni de matar, no les importa nada. Esos garabatos (grafitis) en
las paredes parecen cualquier cosa, pero no tienen nada de inofensivo. En
cualquier momento ocurrirá otro tiroteo como el del 5 de mayo (de 2015), de eso
estamos seguros”, dijo José González, un residente del área por unos 30 años.
“¿Quién no se acuerda de esa muerte? La balacera
ocurrió a plena luz del día en un día festivo”, dijo una comerciante de la
zona. “Esa gente no se toca el corazón para sacar la pistola y disparar. La
calle estaba llena de gente ese día”.
El tiroteo en Jackson Heights no es el primer
incidente de la pandilla que ocupa los titulares de la prensa neoyorquina. En
2012, la policía realizó 15 arrestos de supuestos miembros de las pandillas Los
Vagos y Sur 13, acusados de actos de disturbio durante el festival mexicano de
la 116 Street de East Harlem.
Pero la implacable pandilla Sur 13 es más activa en
Queens, además de algunos sectores de Long Island (Hempstead y Riverhead) y
Brooklyn (Bushwick). De acuerdo con el 2015 National Gang Report, del Negociado
Federal de Investigaciones (FBI), los sureños son uno de los grupos criminales
de más rápido crecimiento en Estados Unidos.
Según un mapa interactivo publicado en 2015 por el
Daily News, con datos de la Policía, los sureños son activos en los confines
del cuartel 110, que abarca los barrios de Corona y Elmhurst, información que
confirmó el senador estatal José Peralta.
“La rivalidad entre pandillas callejeras (incluyendo
Sur 13) ha generado demasiada violencia durante demasiado tiempo. El año pasado
incluso organicé una reunión pública para tratar el tema de las pandillas en nuestras
comunidades a raíz del aumento en delitos violentos perpetrados por
pandilleros”, dijo Peralta respecto a la queja y preocupación de sus
constituyentes. “Desafortunadamente, como sucede en muchos barrios
neoyorquinos, en Corona y sus alrededores no somos ajenos a este problema”.
Peleas violentas y criminalidad
Los residentes de Corona comentaron que la rivalidad
entre la Sur 13 con miembros de otras pandillas, como la 18, que opera en la 82
Street de Jackson Heights, ha generado sangrientas peleas en la zona, pero
también responsabilizan a las bandas de otras actividades delictivas.
Según los vecinos y comerciantes, las pandillas
estarían vinculadas a la venta de documentos falsos y prostitución a lo largo
de la Roosevelt Avenue y zonas aledañas, además de supuestos asaltos a
trabajadores que residen en el área.
“Los sureños usan el azul para identificarse,
también el número 13 en números romanos (XIII). Usan mucho el 13 en la ropa y
en los tatuajes, también se tatúan a la Virgen de Guadalupe y andan con sus
rosarios. Yo no dejo que mis hijos usen azul, no sea que los confundan”, dijo
Teresa María Suárez, una madre del área. “Yo he escuchado todo eso en la
escuela. Si los padres dicen cosas es por algo. Aquí se dice que los
pandilleros tienen que ver con todo lo que pasa en la Roosevelt. Es gente muy
mala”.
Según el reporte del FBI, además de la distribución
de drogas para cumplir con el objetivo primario de ganar dinero, las pandillas
“están aumentando su participación en los delitos de alto beneficio económico,
como el tráfico sexual y la prostitución (…) Las pandillas también continúan
formando alianzas con otras organizaciones criminales para ampliar sus redes”,
dice el reporte.
“Por lo tanto, las pandillas se han relacionado con
organizaciones criminales transnacionales mexicanas o anillos de tráfico sexual
y grupos extremistas. Las pandillas también están aumentando su uso de la
tecnología -especialmente en las redes sociales- para difundir su mensaje y
reclutar nuevos miembros”, indicó el FBI.
En las calles de Corona es fácil encontrar grafitis
de los sureños. Algunas de las leyendas, generalmente trazadas con pintura en
aerosol azul, están escritas sobre los grafitis de otras pandillas, como Sombra
Negra, una banda ecuatoriana inactiva.
“Sé que los sureños no pueden entrar a ciertas
calles de la zona, por la pelea de los territorios. Supuestamente se pelean el
control de las casas de prostitución y los puntos de venta de droga. Es los que
se dice por aquí, pero en realidad sólo la policía sabe lo qué pasa”, dijo el
dueño de una bodega.
La violenta pandilla, que tiene su origen en el
sureste de California, no sólo recluta a jóvenes mexicanos y mexicoamericanos
de Queens, según vecinos. La banda también persuade a migrantes recientes de
Sudamérica y Centroamérica, especialmente a los menores no acompañados.
Activa en las calles y en redes sociales
La presencia de la temida pandilla no sólo es
visible en las calles de Queens, también en los videos de YouTube, en los que
enaltecen su territorio, en los límites de la 90 Street.
“Antes para hallar a un pandillero tenías que
conocer las calles, ahora sólo tienes que meterte a sus perfiles de Facebook o
Instagram”, dijo un ex pandillero. “Les gusta exhibirse en internet, quieren
ser idolatrados. Quieren mostrarse a sus rivales, pero es algo muy estúpido,
porque la policía siempre sabe cómo hallarlos”.
Por ZAIRA CORTÉS/Edlp
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