EL PAPA LLEGA A LA AMAZONÍA PERUANA, AFECTADA POR DAÑO AMBIENTAL Y LA PROSTITUCIÓN
LIMA, Perú (19 Enero 2017).- Daños ambientales, deforestación, contaminación de
ríos y prostitución infantil esperan este viernes al papa Francisco en su
visita a la Amazonía peruana, donde tendrá un encuentro con pueblos originarios
que buscan su ayuda para resolver los problemas que los agobian.
Miles de personas vitorearon al Papa ante su
recorrido de casi una hora entre el aeropuerto, donde fue recibido por el
presidente Pedro Pablo Kuczynski y la Nunciatura.
El Papa se reúne este viernes en Puerto Maldonado,
capital de la región amazónica de Madre de Dios, con más de 3.000 miembros de
las comunidades indígenas de la Amazonía, incluyendo a representantes de otros
países, como Brasil y Bolivia. Luego, Francisco almorzará con nueve pobladores
indígenas.
Lo acompañan a este viaje en la Amazonía el
presidente Kuczynski, que ve en esta visita papal un respiro a la grave crisis
que enfrenta su gobierno.
La región de Madre de Dios está siendo devastada por
la minería y la tala ilegales, alrededor de las cuales se mueven otras
actividades ilícitas, como la trata de mujeres, especialmente adolescentes,
explotación laboral infantil y el sicariato.
La cabecera de la región Madre de Dios es la capital
de la minería ilegal de Perú, que genera utilidades por 1.000 millones de
dólares anuales, pero no deja beneficios a los pueblos aborígenes ni al fisco,
que pierde de recaudar unos 350 millones de dólares al año en impuestos, según
cifras oficiales.
Por eso la comunidad Ese Eja Palma Real va a
regalarle simbólicamente a Francisco un arco y una flecha para que los defienda
y los ayude a recuperar las tierras ancestrales que les han arrebatado los
mineros ilegales.
En este complejo escenario el Papa hablará sobre la
importancia de defender el medio ambiente y los derechos de los pueblos
indígenas. También se espera se pronuncie contra la violencia que domina la
región.
La Amazonía, que cubre un tercio del territorio
peruano, es tan extensa y tan remota que no hay presencia del Estado, lo que
facilita el delito.
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