TRAS UN AÑO EN EL PODER, TRUMP SE ADJUDICA LA PUJANZA DE LA ECONOMÍA DE LOS ESTADOS UNIDOS
WASHINGTON (19 Enero 2018).- El presidente estadounidense cumple su primer año en
la Casa Blanca con una economía exultante que se apoya en la reforma fiscal
prometida por el mandatario. Donald Trump puede exhibir la creación de 2,1
millones de puestos de trabajo y un desempleo en mínimos históricos, mientras
subsiste la incertidumbre sobre el futuro de acuerdos internacionales.
Uno de los principales caballitos de campaña
electoral de Donald Trump fue el “America First” (Estados Unidos primero). La
consigna nacionalista supo atraer el voto de una clase trabajadora blanca
postergada, seducida por un discurso económico proteccionista que prometía
repatriar el dinero y los puestos de trabajo de las empresas que se habían
instalado en otros países en busca de ventajas fiscales y mano de obra barata.
Hoy, un año después, los principales indicadores
económicos de EE.UU. están en verde. Para el conjunto de 2017, la economía
estadounidense creó 2,1 millones de empleos -según cifras oficiales-, y los
analistas esperan que en 2018 el desempleo caiga al 3,5%, lo que supone su
nivel más bajo 18 años, algo que se traduciría por un crecimiento de los salarios.
Presionar a las empresas que emigraban y premiar a
las que se quedaban o volvían a Estados Unidos con una ambiciosa reforma fiscal
fue la receta de Trump. La reforma ofrece a las empresas la posibilidad de
poder repatriar los beneficios obtenidos en el extranjero a tasas que varían
entre 8% y 15,5%.
Algunos dirán que las reformas impulsadas por Barack
Obama al llegar a la presidencia en un contexto económico catastrófico pusieron
orden y allanaron su camino. En cualquier caso, Trump reivindica la pujanza
actual de la economía estadounidense.
Este miércoles, Apple anunció que pagará 38.000
millones de dólares de impuestos en Estados Unidos por sus beneficios obtenidos
en el extranjero, debido a la reforma fiscal aprobada a finales del año pasado.
"Un pago de esta envergadura sería el más
importante de este tipo hecho jamás", señaló la empresa estadounidense en
un comunicado en el que afirma ser el primer contribuyente del país.
Antes de la reforma fiscal, los beneficios obtenidos
en el exterior estaban exentos de impuestos en caso de estar
"aparcados" en el exterior pero tributaban 35% en caso de ser
"repatriados" a Estados Unidos.
Apple, líder mundial en capitalización bursátil,
dijo también que contribuirá "directamente en la economía estadounidense"
con más de 350.000 millones de dólares en los cinco años próximos, a través de
la creación de 20.000 puestos de trabajo e inversiones con sus proveedores y
empresas subcontratadas en Estados Unidos.
"¡Gran victoria para los trabajadores
estadounidenses y Estados Unidos!", celebró el presidente Donald Trump en
Twitter.
Entretanto, Wall Street no oculta su romance con
Washington. "Nunca vi un entusiasmo así en Wall Street desde Ronald
Reagan", reconoce en el piso de la Bolsa de Nueva York Peter Cardillo,
economista jefe de First Standard Financial, que ha recorrido este sitio
emblemático del poder financiero bajo nueve presidencias estadounidenses desde
1971.
En 2017, este índice subió un 19,42%, el Dow Jones
ganó 25,08% y el Nasdaq 28,24%. Para los tres fue su mayor ascenso desde 2013.
Nubes en el horizonte
El cielo azul de la economía norteamericana también
tiene sus nubes, entre ellas el déficit creciente de la balanza comercial de
Estados Unidos con China, que aumentó 10% en 2017 hasta los 276.000 millones de
dólares, según Pekín.
ha expresado su "decepción" a su homólogo
chino, Xi Jinping, por este desequilibrio y aseguró que "no es
sostenible".
Otro aspecto que preocupa son las renegociaciones
para actualizar los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), que reúne a Estados Unidos, México y Canadá.
Casi un año después de la llegada de Trump a la Casa
Blanca, aún se ignora qué planes tiene Washington para este tratado que
permitió a los fabricantes instalar plantas de montaje en territorio mexicano
para abastecer a los mercados estadounidense y canadiense.
En un escenario de negociaciones que avanza a un
ritmo muy inferior al esperado, Canadá y México no descartan incluso que el
gobierno de Trump simplemente abandone el TLCAN. Vigente desde vigente desde
1994, Trump califica a este compromiso como el peor acuerdo jamás firmado por
su país.
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