TRUMP Y AMÉRICA LATINA, UN AÑO DE DESENCUENTROS
WASHINGTON (20 Enero 2018).- El primer año de la presidencia de Donald Trump y su
relación con América Latina estuvo marcado por su dura política inmigratoria,
como la revocación del programa que beneficiaba a casi 200.000 salvadoreños;
una respuesta tardía e inadecuada a Puerto Rico luego del paso del huracán
María; y sus obstinación con construir un muro en la frontera con México.
Nadie dudaba que el primer año de Trump en la
presidencia sería agitado. América Latina, la vecina de la superpotencia, no
podía escapar a los vaivenes del mandatario estadounidense, sobre todo en temas
de inmigración y con una política exterior que más que una estrategia es un
rompecabezas.
“Estamos en una continuación de lo que siempre ha
sido la política hacia México y América Central”, dice James Cohen es profesor
de Estudios Americanos en la Sorbona. “Las cuestiones de desarrollo social y de
democracia son puramente secundarias. Lo que Trump está tratando de asentar son
los intereses nacionales, por no decir nacionalistas”, agrega Cohen que en
noviembre organizó en París organizó un coloquio sobre la política extranjera
del mandatario estadounidense.
Para Cohen, Trump podría abandonar el Tratado de
Libre Comercio de Norteamérica, del que dependen varias industrias y empleos en
México.
“Si Trump sigue expulsando a migrantes sin hacer nada
para encontrar soluciones para aquéllos que ya están establecidos en Estados
Unidos, es será una manera de enviar hacia México y los países de América
Central personas sin empleo en un contexto desastroso para ellos”, dice Cohen.
La obsesión de Trump contra la inmigración lo llevó
a que en septiembre de 2017 decida no
renovar el DACA, el programa que instauró Barack Obama en 2012 para regularizar
a quienes llegaron a Estados Unidos de manera ilegal siendo niños.
De un día para otro, más de 690.000 personas fueron
empujadas hacia la ilegalidad.
La decisión fue dejada sin efecto por la justicia,
pero el forcejeo continúa en el ámbito político con la negociación del
presupuesto federal. Trump cedería a las presiones de los demócratas para
mantener el DACA si dejan incluir en el presupuesto los fondos para construir
el muro en la frontera con México.
“En el fondo Trump despecia a los latinos”, dice
Margaret Power, profesora de Historia de América Latina en el Instituto de
tecnología de Illinois. “Esto se ve claramente en su política de inmigración. Pongo
como ejemplo Puerto Rico, porque es el modelo de la politica estadounidense
para la región.”
Washington retiene el envío de 1 billón de dólares
que fueron aprobados por el Congreso como parte de la ayuda a Puerto Rico luego
del paso del huracán María. Según Washington, la isla caribeña no tiene escasez
de efectivo.
“Trump quiere una nación pura y simplemente blanca”,
dice Power. “Lo que menos quiere es que venga más gente de color”.
El mandatario habría calificado como países de
mierda a varios países del mundo, entre ellos algunos de América Latina, a
pesar de que la Casa Blanca desmintió las acusaciones.
“Trump favorece la esperanza que tiene América
Latina de afirmarse aún más como actor independiente en el mundo”, dice Cohen.
“Como Estados Unidos no aparece como un socio muy fiable, los países de la
región están buscando otros socios, en otras zonas del mundo”.
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