LOS ÁNGELES (19 Febrero 2018).- LeBron James está
acostumbrado a hacer de todo en los equipos para los que juega. Pero hacía
mucho tiempo que no se preocupaba por tener el protagonismo en el Juego de
Estrellas.
El domingo, dispuesto a dar un mejor espectáculo,
con un equipo armado por él y con US$350,000 para una entidad benéfica en juego,
decidió volver a mostrar su mejor versión en el clásico de febrero y de paso,
contribuir a recuperar el esplendor perdido del fin de semana de las estrellas.
“Siempre he pensado que podría ser parte de esta
liga y tener algún impacto”, dijo James. “Desde mi primer juego de estrellas
hasta este, solo he tratado de mejorar y no solo demostrarme a mí sino
mostrarle a mis pares que yo pertenezco aquí. Por 14 años corridos, los fans
han votado por mí como titular y está de mi parte dejarles saber que aprecio
eso y aquí está lo que les voy a dar cada vez que voten por mí”.
“Fue un gran fin de semana”, comentó. “Para los
jugadores, para la liga, para los fans, para mi familia”.
El jugador de mayor edad en el partido, James, de 33
años, produjo 29 puntos, 10 rebotes y ocho asistencias, además de anotar la
canasta que le dio ventaja definitiva al Team LeBron y producir una asistencia
a Russell Westbrook para sellar el marcador final en la victoria 148-145 sobre
Team Curry.
Fue su tercer premio de Jugador Más Valioso del
partido de estrellas, pero su primero desde 2008. Su primer galardón vino en
2006. Los diez años entre su segundo y su tercero es el periodo de tiempo más
largo entre los jugadores que han ganado el premio en múltiples ocasiones.
Después de una tirada libre de DeMar De Rozan que
rompió un empate a 144 restando 40.2 segundos, James recibió un pase de Kyrie
Irving y anotó una bandeja que colocó el marcador 146-145. James Harden falló
un intento de triple, DeRozan recuperó el balón pero lo llevó fuera de las
líneas. La bola llegó a manos de James, quien la adelantó con un pase perfecto
a Russell Westbrook para otra fácil canasta.
“Fue fenomenal”, dijo sobre recibir la asistencia de
Irving, su antiguo compañero en los Cleveland Cavaliers. “Su espectacularidad,
su manejo del balón, la habilidad para tirar, fue grandioso volver a la duela
con él. Fue un gran momento, seguro”.
El entrenador de Team LeBron, fue admirador de
primera fila de la magia de King James y no tuvo reparos en explicar qué le
provocaba esa experiencia.
“Envidia. Tengo envidia de Ty (Lue) de que tiene
alguien como él”, dijo Casey. “Vamos a tratar de vencerlo tan pronto regrese a
Toronto, pero esta noche estaba en nuestro equipo. Es una delicia entrenarlo.
Es un coach del coach. Me quito el sombrero ante él”.
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