EL PODER CIUDADANO DESMANTELÓ LAS MAQUINARIAS POLÍTICAS EN ESTADOS UNIDOS
WASHINGTON (1 Junio 2018).- “Si, muchos de nuestros
hombres se han enriquecido con la política. Yo mismo lo hice”, afirmaba George
Washington Plunkitt, un político de la ciudad de Nueva York y miembro de la
“maquinaria política” conocida como Tammany Hall, una de las más infames de la
ciudad.
Al llegar el siglo XX muchos ciudadanos de Estados
Unidos estaban manejados por una colección de maquinarias políticas que servían
a intereses propios. Esas organizaciones controlaban el acceso al poder
político haciendo fraudes en las votaciones, comprando la lealtad de la gente y
también sus votos. El grupo Tammany Hall llegó a ser el más famoso en la ciudad
de Nueva York, pero Filadelfia, Boston y Chicago también tenían sus propias
maquinarias políticas.
Las autoridades locales, elegidas con el apoyo de
las maquinarias políticas, usaban sus cargos para dispensar favores, con
frecuencia puestos de trabajo, a aquellos que los apoyaban. Los jefes de las
máquinas políticas que no eran electos conseguían lucrativos contratos en los
grandes proyectos en las ciudades, lo que los haría ricos a ellos y a sus
seguidores.
Había tanto dinero que Plunkitt se preguntaba por
qué alguien recurría a un comportamiento criminal cuando había tanto dinero que
se podía conseguirse haciendo “trampas honestas”.
Sin embargo alrededor del año 1900 el poder de la
gente comenzó a descomponer las máquinas políticas como la de Tammany Hall. En
todo el país se desató una era de progreso. Los candidatos reformistas pidieron
acabar con el patronazgo político. Los periodistas denunciaron y satirizaron la
corrupción de los cabecillas políticos. Los exámenes para el servicio civil
ayudaron a mantener lejos de los puestos gubernamentales a los seguidores
partidarios sin cualificaciones.
Maquinarias políticas en todo el mundo
Las maquinarias políticas pueden surgir en cualquier
lugar mientras haya políticos corruptos empeñados en comprar votos o que puedan
acceder a los fondos estatales y usarlos indebidamente.
En Venezuela, el régimen de Maduro utiliza el hambre
para conseguir votos. Y en Irán organizaciones caritativas en apariencia, como
Bonyad Mostazafan, usan el dinero para enriquecer a sus dirigentes. Con frecuencia
los bonyads tienen cientos de negocios, cuyas ganancias van a manos de sus
jefes. Los bonyads están en la industria de la construcción también, edifican
las terminales de los aeropuertos locales e infraestructura en otros países.
Los historiadores atribuyen la caída de Tammany Hall
a la plataforma contra la corrupción de Fiorello La Guardia, que fue alcalde de
Nueva York entre 1934 y 1945. Su mandato inspiró un nuevo orden político, que
reemplazó al de las maquinarias políticas.
La tradición se mantiene hoy en la manera en que los
partidos eligen a sus candidatos. Durante la Era Progresiva los estados
comenzaron a aplicar los sistemas de primarias directas, con los que los
ciudadanos elegían a los candidatos de los partidos, en lugar de jefes
políticos. Actualmente la combinación de primarias y de caucus que eligen a los
candidatos presidenciales de Estados Unidos es un legado de esa era.
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