PARÍS (10 Septiembre 2018).- Daniel
Ortega, presidente de Nicaragua, concedió una entrevista exclusiva a France 24
en momentos en que el país atraviesa una crisis profunda desde hace cinco
meses. El jefe de Estado nicaragüense niega haber orquestado la represión
sangrienta de las manifestaciones y rechaza los llamados a elecciones
anticipadas. Denuncia el papel de Estados Unidos, aunque se dice dispuesto a
reunirse próximamente con el presidente estadounidense, Donald Trump.
En una
entrevista exclusiva con France 24 en Managua, el presidente de Nicaragua,
Daniel Ortega, niega estar detrás de una represión sangrienta del movimiento de
protesta que sacude su país desde el 18 de abril. En cinco meses, más de 320
personas han perdido la vida en estos hechos de violencia, según organizaciones
de defensa de derechos humanos. El gobierno nicaragüense reconoce sólo 198
muertos.
Interrogado
por el periodista Marc Perelman sobre el reciente informe del Alto Comisionado
para los Derechos Humanos de la ONU sobre las violaciones de derechos humanos
ocurridas durante las manifestaciones entre el 18 de abril y el 18 de agosto,
el presidente Ortega denunció “una infamia”. El documento de la ONU subraya la
existencia de “ejecuciones extrajudiciales”, “desapariciones forzadas” o
“tortura y malos tratos”. Ortega afirma que ”son informes políticos donde está
la mano de los Estados Unidos”. “Están empeñado en presentar al gobierno como
un gobierno que está cometiendo atentados contra la población”, aseveró.
El
presidente de Nicaragua acusa por otro lado a Estados Unidos de haber fomentado
un “golpe de Estado”. Asegura que la CIA ha entrenado y financiado “grupos
militares” para tratar de derrocarle y agrega que no excluye una próxima
intervención militar.
Mientras
miles de personas volvieron a manifestarse el domingo 9 de septiembre en
Managua, la capital, para exigir la liberación de “presos políticos” y la
salida del presidente Ortega, en el poder desde 2007, el jefe de Estado asegura
que la situación se ha normalizado. Afirma además que está en tratativas con la
ONU y países europeos, como Alemania o España, para retomar el diálogo,
actualmente en un punto muerto.
El
exguerrillero ataca a la Iglesia católica nicaragüense, que había fungido como
mediadora, acusándola de haber tomado partido por la oposición, además de
recibir, también, órdenes de Washington.
El
presidente Ortega, que ya ha dirigido Nicaragua entre 1979 y 1990, rechaza los
llamados a organizar elecciones anticipadas antes del final de su mandato en
2021 –principal exigencia de los opositores- y no excluye postularse a un nuevo
mandato. “Elecciones anticipadas serían graves para Nicaragua”, afirma el jefe
de Estado, quien llama a “defender el respeto de las instituciones”.
Por último,
el exguerrillero anuncia que, por primera vez en años, tiene la intención de
presentarse en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, que dan
inicio el 25 de septiembre, y declara que está dispuesto a reunirse con el
presidente Donald Trump.
“Estoy
dispuesto a conversar con él”, dijo. “Yo pienso que el principio del
intercambio, del diálogo entre una potencia como los Estados Unidos –y no hablo
sólo de Nicaragua, hablaría de toda América Latina- es algo necesario,
imprescindible, a fin de que América Latina pueda por lo menos pueda hacerse
escuchar”, afirmó Ortega. La Asamblea General de las Naciones Unidas “podría
ser” una ocasión, concluyó.
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