SEGÚN HUMAN RIGTHS WATCH; PROHIBICIÓN TOTAL DEL ABORTO PONE EN PELIGRO VIDAS DE DOMINICANAS
SANTO DOMINGO, República Dominicana (19 Noviembre 2018).- La prohibición total del
aborto en la República Dominicana, incluso cuando el embarazo supone un riesgo
para la vida, es inviable o resultado de una violación, “representa una amenaza
para la vida y la salud de las mujeres y vulnera sus derechos”, señala un
informe de Human Rights Watch divulgado hoy.
La organización (HRW) entrevistó, en cuatro
provincias, a 50 mujeres y niñas de entre 15 y 43 años que han estado
embarazadas al menos una vez, así como a decenas de proveedores de la salud y
de servicios sociales, entre otros expertos.
El resultado es un estudio de 87 páginas que
documenta evidencias de que mujeres y niñas que enfrentan embarazos no deseados
se someten a abortos clandestinos, a menudo asumiendo un grave riesgo para su
salud, y algunas incluso mueren.
“Hemos visto a mujeres desesperadas tomando medidas
peligrosas, como usar remedios caseros para provocar aborto, incluso golpearse
la barriga con piedras, negarse a comer y beber, o tomar medicamentos sin
prescripción”, señaló en declaraciones a Efe la responsable de comunicación de
HRW, Emma Daly.
También “hemos escuchado historias bastante fuertes
de mujeres que han sufrido malos tratos por parte de profesionales médicos,
incluso en casos de abortos espontáneos, dejando a la paciente esperar
demasiado tiempo sin atenderlas, o realizando legrados y otros procedimientos
sin ningún tipo de medicina para aliviar el dolor”, explicó.
A otros profesionales médicos “les gustaría ayudar a
las pacientes, pero la ley se lo impide. Si una mujer teme que la denuncien por
someterse a un aborto no será sincera con su médico, y este no tendrá toda la
información para un tratamiento adecuado”, dijo Daly.
Además, debido a las sanciones, los proveedores de la
salud no pueden interrumpir embarazos cuando sería aconsejable hacerlo según
criterios médicos sin poner en riesgo sus carreras y exponerse a penas de
prisión que, según la legislación dominicana, llegan a los 20 años para los
profesionales médicos que lo practiquen.
Para las mujeres que ponen fin a su estado de
gestación, las penas son de hasta dos años de cárcel, aunque “en la República
Dominicana siempre han desafiado la prohibición”, expresó Margaret Wurth,
investigadora sénior sobre Derechos de la Mujer de HRW y autora del informe,
durante la presentación del documento.
Aquellas que tienen la posibilidad salen del país
para abortar, de modo que la prohibición “perjudica de manera desproporcionada
a mujeres y niñas de zonas de bajos recursos y rurales, que tienen menores
posibilidades de viajar o de encontrar proveedores clandestinos más seguros”,
apunta el estudio.
Según datos del Ministerio de Salud Pública, casi la
mitad de los embarazos en el país son no planificados o no deseados, y al menos
el 8 % de las muertes maternas en el país son producto de complicaciones debido
a abortos ilegales o espontáneos.
El documento titulado “‘Es tu decisión, es tu vida’:
La criminalización total del aborto en la República Dominicana” también pone de
manifiesto que muchas de las entrevistadas afirmaron sentirse “deprimidas”,
“aterrorizadas”, “desesperadas” o “atrapadas y sin futuro” al enterarse de que
estaban embarazadas, pero aún así siguieron adelante con la gestación.
El Código Penal dominicano, sancionado por el
Congreso Nacional en 2014, ha sido vetado en dos ocasiones por el presidente de
la República, Danilo Medina, debido a que mantiene la penalización del aborto
en todos los supuestos, incluso cuando el embarazo supone un riesgo para la
vida, es inviable o resultado de una violación.
En abril, la Comisión de Justicia de la Cámara de
Diputados presentó a los legisladores una propuesta que excluye del Código
Penal los tres causales para la despenalización del aborto, lo que ha generado
reacciones tanto dentro como fuera del país, para que se admitan tres causales
en la interrupción del embarazo.
Wurth destacó que ahora “el Congreso tiene una
oportunidad de promulgar reformas, largamente esperadas, del Código Penal
dominicano y despenalizar el aborto o, al menos, liberalizar su acceso. Las
mujeres y niñas no deberían tener que esperar más para que el gobierno
garantice sus derechos sexuales y reproductivos”, destacó.
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