EL ALTAR Y LA CRUZ DE NOTRE DAME LUCEN INTACTOS TRAS EL INCENDIO
PARÍS,
Francia (16 Abril 2019).- Tras horas de dura lucha contra las llamas, a
medianoche de ayer, cuando los bomberos consiguieron controlar el fuego, un
equipo de zapadores pudo entrar en el interior de la catedral.
Como
muestran las fotografías y los vídeos que circulan por internet, un halo de luz
procedente de las mismas llamas que seguían devorando la Catedral, se
introducía por uno de los rosetones del transepto iluminando la escultura de la
Piedad, el altar y la cruz dorada que preside el ábside catedralicio.
La imagen no
deja de tener un gran simbolismo: de entre los escombros de la bóveda
derrumbada, entre el humo y bajo las llamas que seguían reduciendo a cenizas la
techumbre de la Catedral, se mantenían en pie el altar, la imagen de la Virgen
con Jesús muerto en brazos, y la brillante cruz dorada.
Esta cruz,
de madera recubierta por un encofrado de oro, es una obra moderna del escultor
francés Marc Couturier. Se instaló en el mismo lugar donde se encontraba una
cruz anterior que desapareció en el siglo XIX durante las obras de
reestructuración del interior de la Catedral para repararla por los graves
daños sufridos durante las diferentes oleadas revolucionarias y devolverle su
aspecto gótico original.
Se encuentra
justo detrás del conjunto escultórico de la Piedad, obra del siglo XVIII del
conocido escultor francés Nicolas Coustou, justo debajo del presbiterio, en la
cabecera de la girola del ábside catedralicio.
Sobre la
cruz, también sobrevivió al fuego la escultura conocida como La Gloria, que
forma parte del conjunto ideado por Couturier.
Por su
parte, el altar también es una obra moderna de los escultores, padre e hijo,
Jean y Sébastien Touret. A diferencia del altar antiguo de la Catedral, pegado
al conjunto escultórico de la Piedad en el fondo del ábside, este altar moderno
bendecido en 1989 y hecho en bronce, se encuentra justo debajo del crucero,
donde se elevaba la aguja destruida por el incendio y donde, como consecuencia
del colapso, se ha abierto un agujero en la bóveda.
Otras
reliquias
La cruz, el
altar y la Piedad no son los únicos elementos de valor religioso y artístico
que se han salvado del incendio. La Catedral custodiaba importantes reliquias y
obras de arte, algunas vinculadas a la Pasión del Señor. De entre ellas, cabe
destacar la Corona de Espinas, un clavo de Cristo y un fragmento de la Cruz de
Cristo.
Las tres se
han salvado de las llamas. Las reliquias, en realidad, son propiedad del Estado
Francés, al igual de la Catedral, pero, en virtud del Concordato con la Santa
Sede, se custodian en la sede catedralicia.
Otro
elemento importante que parece haberse salvado, aunque todavía debe evaluarse
su estado, es el órgano de la Catedral, obra del siglo XIX del fabricante
Aristide Cavaillé-Coll. También las vidrieras, algunas originales del siglo
XIII otras reproducciones del siglo XIX, parecen haber resistido mejor de lo
esperado, aunque se desconoce si se conservan en su integridad.
Asimismo, la
sillería del coro del siglo XVIII, situado en el presbiterio, parece haberse
salvado del fuego, aunque puede haber sufrido graves daños debido a las altas
temperaturas que podrían haber afectado a los barnices que la recubría.
Por último,
algunas de las estatuas de la fachada de la Catedral se habían desmontado antes
del incendio y trasladado a un centro de restauración, por lo que no se han
visto afectadas. También cabe destacar que las famosas estatuas de los reyes de
Judea que adornan la fachada principal son reproducciones, ya que las
originales góticas fueron derribadas durante las oleadas revolucionarias del
siglo XIX y decapitadas, y sus restos se exponen en el Museo Cluny de París.
Por MIGUEL PÉREZ PICHEL/AciPrensa
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