RAÚL CASTRO Y MIGUEL DÍAZ-CANEL HACEN VISITA SORPRESA A ESCUELA ESPECIAL DE NIÑAS
LA HABANA, Cuba
(12 Abril 2019).- «La naturaleza no me dio brazos, pero la circunstancia me
permitió nacer en Cuba, con Fidel, que no olvidó a ninguno de sus hijos. Ya
termino mi noveno grado y me van a celebrar mis 15, como mis 10 compañeros.
¿Quieres venir?»
Así escribió
la hermosa Daylín en una pequeña carta a Raúl, como quien lo hace a un abuelo,
a un ser entrañable. La letra es hermosa, igual a la de aquellos cuadernos de
caligrafía de la enseñanza primaria. Ella se despide de él con dos datos: día
11 de abril, a las 8:00 p.m. «Te espero».
Y allí
estuvo el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba
junto al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel
Bermúdez. Daylín y sus amigos tuvieron sentados la noche de este jueves en el
mismísimo patio de su escuela a la máxima dirección de la Revolución, esa obra
entrañable que tiene en ellos sus mayores tesoros.
Como había
sucedido el año anterior — también en otro día de abril — Raúl asistió a la
fiesta de quince que, en inviolable tradición, cada año la escuela celebra a
sus niños. Esta vez, fueron ocho
muchachas y tres muchachos, que con traje impecable y el acompañamiento
delicado de sus familiares y maestros, bailaron el vals como lo hacen todos los
quinceañeros en Cuba. Para ellos también hubo globos, cake, regalos y música,
tocada con el alma y el regocijo de la compañía infantil de teatro La
Colmenita.
No faltaron
las fotos con Raúl y Díaz Canel, quienes con la emoción a flor de piel
compartieron la alegría de estar allí con los agasajados; cargaron y también
besaron a los niños más pequeños; preguntaron por los queridos profesores de la
escuela; y se rieron a carcajadas cuando algún pequeñín, desinhibido y tierno,
les soltó sin reparos alguna gracia.
De optimismo
ante los problemas; de no perder nunca la fe; de las emociones que provoca
visitar «Solidaridad con Panamá»; de la decisión inamovible de la Revolución
cubana de mantener escuelas como estas y de inaugurar próximamente dos más, una
en Santiago de Cuba y otra en Villa Clara, conversó el General de Ejército con
los invitados a la fiesta.
Los ejecutivos comparten con niñas de condiciones especiales.
Entre ellos,
dos abuelos junto al nieto de diez años, que estudia también en esta institución,
le hablaron de Fidel, que vive en los pasillos de la escuela, en el alma de sus
maestros y en el cariño de cada de uno de los trabajadores. Fidel está siempre,
respondió Raúl, nos vigila y nos impulsa a seguir trabajando.
Ya lo había
recordado un poco antes la directora, Teresa la O Ochoa: el Comandante en Jefe,
30 años antes, fundó la escuela «Solidaridad con Panamá», con la idea de que
los niños de todo el país, la mayoría proveniente de los rincones más
apartados, tuvieran la posibilidad de formarse y ser cuidados en una escuela
que profesa, sobre todo las cosas, amor.
Daylín, la
quinceañera que escribió a Raúl es uno de esos niños no olvidados. Y esta noche
de jueves, con su hermoso traje rosa, cumplió otro de sus deseos.
Por LETICIA MARTÍNEZ
HERNÁNDEZ/Juventud Rebelde
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