PARÍS (4 Junio
2019).- Soñaba con ello y ya lo ha conseguido. Roland Garros volverá a reeditar
el duelo entre el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer, una de las
rivalidades más intensas de la historia del deporte.
Recién
cumplidos los 33 años, el español derrotó al japonés Kei Nishikori por 6-1, 6-1
y 6-3. A los 37, el helvético se deshizo de su compatriota Stan Wawrinka por
7-6 (4), 4-6, 7-6 (5) y 6-4.
El viernes
se vivirá un partido que París ha visto ya cinco veces, siempre con victoria
del español. Será la segunda vez que no se produzca en la final y será el
decimocuarto duelo entre ambos sobre tierra batida, en la que el suizo solo
cuenta con dos triunfos frente al español.
Ventaja
moral para Nadal, que, sin embargo, ha visto cómo los cinco últimos duelos han
caído todos del lado del helvético, al que no gana desde las semifinales del
Abierto de Australia de 2014. Empate moral para el suizo.
Se agarra a
la superficie Nadal, al desafío Federer. A la emoción los espectadores,
encantados. Será un duelo clásico pero viejo. No juegan sobre tierra desde la
final de Roma de 2013 y en Roland Garros no se habían cruzado desde la final de
2011.
Es lo que
tiene ser tan incombustibles como estos dos tenistas que han protagonizado
algunas de las páginas más gloriosas del deporte de la raqueta.
Como cada
duelo tiene su particularidad, el del viernes servirá para medir si la
recuperación de Nadal es tan buena como ha ido mostrando en el torneo que
aspira a conquistar por duodécima vez.
Contra
Nishikori dejó una nueva prueba, una de sus victorias más contundentes, pero
lograda ante un tenista sin combustible, agotado tras dos maratones previos que
aniquilaron las pocas opciones que tenía de entrada.
El español
ha alcanzado las semifinales en siete de los ocho torneos que ha disputado esta
temporada. Serán las duodécimas en París y, siempre que las ha jugado, ha
acabado levantando la copa.
Comparte
también optimismo el suizo, que no comparecía desde hace tres años en Roland
Garros, templo de la superficie que le da peores réditos. En su regreso,
Federer ha dejado notas positivas y solo ha perdido un set, contra un Wawrinka
que en su último duelo en París antes de ese intervalo le había apeado
precisamente en cuartos de final.
Puede darse
por satisfecho el suizo con su regreso, que es ya fantástico pero que puede ser
glorioso si lo corona con una victoria frente a Nadal.
Federer se
convierte en el primer tenista que suma 70 triunfos en cuartos de final de un
Grand Slam. Jugará su octava semifinal en Roland Garros y la cuadragésima
cuarta en un grande, un récord.
Antes de que
crucen sus raquetas, comenzaron ya el duelo verbal. Federer aseguró que si ha
vuelto a jugar sobre tierra es, en buena medida, para medirse a Rafa.
Rafa señaló
que no se cree esa afirmación. El español aguarda a un suizo ofensivo cerca de
la red. El suizo avisa de que se entrenará contra zurdos para no verse
sorprendido por el español. La guerra está declarada.
El torneo
aguarda este miércoles a los otros dos semifinalistas. El serbio Novak Djokovic
lo intentará ante el alemán Alexander Zverev y el austríaco Dominic Thiem
frente al ruso Karen Khachanov.
En el cuadro
femenino continuaron las sorpresas. La británica Johanna Konta derrotó a la
estadounidense Sloane Stephens, finalista de la pasada edición, por 6-1 y 6-4,
y la checa Marketa Vondrousova a la croata Petra Matric por 7-6 (1) y 7-5.
La checa, de
19 años, será la semifinalista más joven en París desde la serbia Ana Ivanovic
en 2007.
Konta es la
primera británica que alcanza el penúltimo peldaño de París desde Jo Durie en
1983.
Este
miércoles se definirá la segunda semifinal. La gran favorita es la rumana
Simona Halep, defensora del título, que se medirá a otra adolescente, la
estadounidense Amanda Anisimova, de 17 años. La australiana Ashleigh Barty
jugará contra la estadounidense Madinson Keys.
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