"LA VIDA NOS HA DEJADO": HAITÍ UN PAÍS DEVASTADO POR LA MISERIA PARALIZADO POR EL DESAFÍO


PUERTO PRÍNCIPE, Haití (19 Noviembre 2019).- Tienes que conducir rápido para acceder al Hospital de la Inmaculada Concepción en Les Cayes, la ciudad más grande del sur de Haití. Las represas son numerosas e impredecibles, rumores de tercos secuestros. Hace unos días, un sacerdote fue secuestrado en la calle por seis jóvenes armados antes de ser liberado para pedir rescate. Poco antes, fue el turno de un conductor de una institución privada.

"La situación es muy crítica y deplorable, algunos beneficios además de los eventos", respiró la señorita Andrew, elegante responsable de medio tiempo del servicio pediátrico de la institución.

Por "eventos", debemos entender los dos meses y medio de bloqueo del país. "Peyi lok", como se dice aquí. Parálisis total atención médica, escuelas, servicios públicos, comercio, actividades de producción ya débiles, todo se detiene, o casi. Los tribunales están cerrados. Tres edificios judiciales fueron incendiados. Varias estaciones de policía atacaron.

Desde finales de agosto, la protesta generalizada contra el presidente Jovenel Moïse , desafiada por la oposición desde su elección en febrero de 2017, ha aumentado como resultado de una larga escasez de combustible en todo el país. Las protestas contra los escándalos de corrupción que involucran al jefe de estado, lanzados hace más de un año y que han causado un centenar de víctimas, se han convertido en un infierno gigante. Cuarenta y dos muertes, al menos, se han agregado en las últimas semanas al recuento macabro .

Violencia increíble

"Nunca el país ha conocido tal ebullición", continúa la señorita Andrew. Los simpatizantes de los partidos políticos, las organizaciones que luchan contra los delitos financieros y las desigualdades sociales, el personal de salud, los trabajadores, los sectores académicos y religiosos, todos exigen la renuncia del presidente. Cientos de policías incluso marcharon varias veces para reclamar mejores salarios y el derecho a formar un sindicato. Todos los días, los manifestantes levantan barricadas y bloquean los ejes principales con sus procesiones de violencia, disturbios y declaraciones ardientes. A la represión de las fuerzas del orden se injertaron los ataques de pandillas a sueldo de las autoridades, las bandas de varios cientos de jóvenes armados y de una violencia inaudita.

El lunes 18 de noviembre, feriado nacional, cuatro personas fueron fusiladas en una manifestación en la capital, Puerto Príncipe. Otros mítines tuvieron lugar en las provincias. En un país donde más del 60% de la población sobrevive.



Fuente: LEMONDE.FR


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