APOSTANDO AL CAOS


Resulta altamente preocupante  el nivel que las pasiones han alcanzado  entre prominentes actores políticos y uno que otros sectores   en torno al panorama político dominicano, a tal punto que pareciera que quisieran, sin querer queriendo  arrastrarnos hacia un escenario en nada conveniente para la salud democrática del país.

Es como si  apostaran al caos, o hayan abandonado el raciocinio y el sentido lógico de las cosas, nada  aceptan, pues, de todo dudan, existen reglas claras y precisas pero solo son válidas si convienen a sus  intereses y por demás, tratan de confundir la opinión pública con pronunciamientos y propuestas a todas luces desacertadas. Sencillamente se ha dejado de conceptualizar.

De hecho han pretendido  descalificar al árbitro, preguntan  pero no quieren respuestas, juegan al descrédito de todo lo que antes para ellos  fue bueno, convencidos de que su partida se llevó consigo la gloria y bondad de su antigua casa, pues quienes quedaron en ella, adolecen  del aura celestial y la virtud mesiánica del líder que arenga las tropas de los nuevos “impolutos y sacrosantos.”  

Están construyendo  un escenario propicio que justifique una posible debacle de sus pronósticos y cálculos, pues la nave que abandonaron no ha zozobrado, ni siquiera va a la deriva y ahora  buscan afanosamente el lápiz que piensan haber perdido, olvidando que lo colgaron tras sus orejas, pero como dice el refrán el que ensilla su burro sabe pa´donde lo lleva.  

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