El pueblo ha hablado. El pasado domingo 5 de julio, Luis Abinader fue electo presidente del país, con más del 50% de los votos emitidos por los electores de República Dominicana, que concurrieron a votar desde tempranas horas de la mañana.
Esta significativa muestra de confianza que nos han
dado, no se limita solo al Poder Ejecutivo, sino también al Legislativo, en sus
dos Cámaras, Senado y Diputados; además, consolida el triunfo que nos antecedió
en el poder municipal recibido el pasado mes de marzo.
El momento es para actuar con humildad, con prudencia,
con pies de plomo, no debe haber espacios para ínfulas, ni egos, ni
personalismos. La época del autoritarismo, la imposición y las decisiones
individuales debe quedar atrás.
Esta victoria llega en un momento de crisis, podemos
definirla sin precedentes en República Dominicana, las secuelas producidas por
covi19 aún son de magnitud impredecible. Las consecuencias económicas de esta
pandemia la desconocemos, todavía no alcanzamos a medirlas. Esa condición,
sumada a otras; debe llevarnos a reflexionar serenamente.
Debemos hacer que los compañeros se sientan en el
poder, aunque no tengan un empleo; hay que escuchar la gente, tomarle los teléfonos,
identificarnos con sus necesidades, ser solidarios en sus circunstancias.
La ruptura con las prácticas de la vieja casa (PRD),
no debe ser un discurso, debe ser un testimonio de conducta diaria, no puede
quedarse meramente en expresiones verbales. Lo que hoy somos, es producto de lo
que hicimos ayer.
¡No olvidemos!
Por CRISTIAN CEBALLOS
El autor es abogado y periodista
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