EN MADRID, EL CORONAVIRUS SE APODERA DE LA NOCHE
MADRID (20 Julio 2020).- Hay dos momentos claros en
una jornada, el día y la noche. Y está claro que el coronavirus ha optado sin
duda por la última, cuando el sol se marcha y una buena parte de los ciudadanos
se recogen en sus casas, mientras otros muchos, normalmente más jóvenes, salen
a la calle a hacer lo que veinteañero o treinteañero necesita hacer, salir con
los amigos, socializar, hablar de sus cosas, divertirse y, si tercia,
enamorarse aunque sea por unas horas.
De hecho, una buena parte de los brotes registrados
en las últimas semanas se han producido en lugares de ocio nocturno, donde es
difícil evitar las aglomeraciones y las mascarillas brillan por su ausencia.
Según los datos facilitados por el Ministerio de
Sanidad, más de la mitad de los brotes se han producido hasta el momento por
reuniones familiares y de amigos (Ordizia, Socuellamos, Burjassot, Fuerteventura,
Tudela...), una buena parte de estas, nocturnas para evitar el calor. A estas,
se han sumado las celebraciones juveniles de todo tipo como la fiesta de fin de
bachillerato (la última en Córdoba), de la EVAU (Zarautz, Caspe) o
sencillamente, porque sí en algún botellón organizado por las redes (Pamplona,
Huesca...).
Casos
preocupantes
Y es que por el día, el dichoso virus lo tiene más
complicado para meterse en ese cuerpo humano que necesita para sobrevivir
porque los ciudadanos cumplen, con más o menos rigidez, las normas básicas para
evitar contagiarse. Pocos son los que se olvidan de la mascarilla, se intenta
mantener la distancia y casi todos aprovechan el gel hidroalcohólico dispuestos
por todos los comercios, establecimientos públicos y en los puestos de trabajo
para mantener las manos limpias.
Pero por la noche, las cosas son distintas. Todo se
relaja, se intima, las ganas de diversión pueden a la razón y el alcohol hace
el resto. Así lo indica el director general de Salud Pública de Aragón,
Francisco Javier Falo. El director del Centro de Coordinación de Alertas y
Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, asegura que los nuevos brotes se centran
de manera clara en el ocio nocturno, unos brotes que preocupa y mucho a los
responsables de salud pública porque implican a personas de “múltiples lugares”
y generan una transmisión difusa. Su rastreo es muy complicado.
Los focos de temporeros, que han afectado a las
comarcas de Aragón y Lleida, representan en este momento el 15%, aunque en
números absolutos, estos generan muchos más casos.
El problema, sin embargo, es que los casos
relacionados con este colectivo son “inevitables” por lo que “hay que convivir
con ellos hasta que termine la temporada de recogida de la fruta y la verdura
que se prolonga hasta otoño”, explicó Simón. Las empresas hortofrutícolas son
consideradas esenciales, por lo que no puede decretarse el cierre de la
actividad. Son los que nos proveen de alimentos necesarios. Lo único que se
puede hacer es extremar las precauciones para evitar contagios
Lo que no es considerado una actividad esencial son
los locales nocturnos, los últimos en abrir tras el periodo de desescalada y
los primeros en cerrar cuando los brotes se descontrolan (Catalunya, Aragón).
En el resto de las comunidades que, a día de hoy tienen controlados los brotes,
sus ayuntamientos han decidido incrementar la vigilancia para evitar que se
cumplan las medidas sanitarias establecidas en los locales de ocio (aforos,
mascarillas y distancia) y perseguir como nunca antes habían hecho los
botellones. Así lo está haciendo Toledo, Ciudad Real, Cáceres, Mérida, Alcalá
de Henares, Jaén, por citar algunos de los municipios que han declarado la
guerra al botellón.
También están bajo vigilancia las fiestas privadas
en casas y domicilios.El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha hecho
un llamamiento para que no se celebren porque tienen el mismo riesgo que las
celebraciones en espacios públicos. Feijóo solo puede recomendar que no se
realicen porque “no se pueden prohibir” si no es con autorización judicial, por
ello insta a la responsabilidad ciudadana. Baleares vigila que no se celebren
estas fiestas en locales clandestinos. Todo para evitar que el coronavirus se
haga fuerte en la noche.
Por CELESTE LÓPEZ/La Vanguardia
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