FÁRMACO RUSO ANTI-COVID LLEVARÁ SELLO 'HECHO EN BOLIVIA'; SERÁ VENDIDO EN ARGENTINA, BOLIVIA, ECUADOR, EL SALVADOS, HONDURAS, PARAGUAY Y URUGUAY

LA PAZ (27 Agosto 2020).- De importar casi todo, a exportar un producto estrella. Ése es el salto que dará Bolivia en los próximos meses, cuando una industria local comience a distribuir y fabricar para Latinoamérica el Avifavir, uno de los fármacos más buscados en el mundo para el tratamiento de COVID-19.

El medicamento desarrollado en Rusia llegará inicialmente a por lo menos siete países latinoamericanos con la etiqueta Hecho en Bolivia, gracias a una asociación entre empresas del gigante euroasiático y del pequeño país sudamericano que marca un hito en el desarrollo industrial boliviano.
"Estamos avanzando, muy esperanzados en completar pronto los trámites de registro, con la mira de comenzar hasta fin de año la fabricación y la distribución de Avifavir, como está proyectado", dijo a Sputnik el director de la División Farmacéutica de Sigma Corp., Gary Gonzales.

Sigma es la firma boliviana que a fines de julio sorprendió a la industria farmacéutica mundial al anunciar que producirá en su planta en Cochabamba (centro) el Avifavir desarrollado por la compañía rusa Chromis —establecida por el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RFPI) y el grupo ChemRar— para el tratamiento de COVID-19.
El fármaco, basado en el antiviral favipiravir, demostró una alta eficacia durante los ensayos clínicos, según reportes científicos que acompañaron al anuncio del acuerdo, sin precedentes porque dará a la industria boliviana la oportunidad de alcanzar grandes volúmenes de producción.
¿Cuáles son los volúmenes de producción previstos?, consultó Sputnik.
"Eso está en proceso de definición, pero será lo necesario para atender con exclusividad a los países de la región", dijo Gonzales, asegurando que Sigma tiene capacidad para cumplir el compromiso.
"Al acuerdo prevé el envío de 150.000 paquetes de Avifavir [para su distribución]. Además, la compañía socia en Bolivia recibirá la tecnología para producir Avifavir", dijo un comunicado conjunto de RFPI y ChemRar cuando se presentó el proyecto.
Añadió que los mercados para el Avifavir fabricado por Sigma serán los de Argentina, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Paraguay y Uruguay.

Proceso acelerado

El acuerdo entre Chromis y Sigma sorprendió incluso al Gobierno transitorio de Bolivia, que en una inicial reacción advirtió que el Avifavir no estaba aprobado en el país y que para su producción era necesario que pase por las certificaciones y los trámites de rigor, como cualquier fármaco nuevo.
Gonzales dijo que, pese a algunos inconvenientes iniciales, eso trámites "están avanzando positivamente".
"Normalmente, un trámite de registro de un fármaco en Bolivia demora unos ocho meses, pero en este caso creemos que el plazo se acortará por las exigencias de la pandemia", indicó.
La Comisión Farmacológica Nacional dio recientemente su visto bueno al Avifavir y el proceso de registro sanitario para la autorización industrial está ahora en una fase administrativa, en la cual Sigma confía en que no tendrá dificultades mayores.

Confianza rusa

Andrey Blinov, presidente de la empresa rusa Chromis que desarrolló el Avifavir, destacó en una reciente declaración que el acuerdo con Sigma no era solo una operación comercial sino un proyecto de transferencia tecnológica.
"Sigma no solo trabajará en el suministro (…) sino que también tendremos mucho trabajo en conjunto para transferir la tecnología de producción de dosis acabadas para el tratamiento, con el fin de garantizar un alto nivel de calidad, seguridad y eficacia del medicamento, condición estricta y obligatoria para la producción y venta de Avifavir en Rusia", dijo.
Kirill A. Dmitriev, director general del Fondo de Inversión Directa de Rusia, afirmó que el acuerdo con la industria boliviana permitirá "proporcionar a los hospitales de varios países de América Latina uno de los medicamentos anti-COVID más eficientes del mundo, Avifavir".
Gonzalez reafirmó que el Avifavir "es un medicamento de amplio espectro que actúa sobre varios virus, que al ser un tratamiento ambulatorio, tendrá una estrategia de contención al virus que permitirá descongestionar los sistemas de salud".

En medio de crisis

El salto farmacéutico contrastará con la precariedad del sistema boliviano de salud, cuyas deficiencias de organización, formación profesional, infraestructura y equipamiento resultaron agravadas por la pandemia de COVID-19 que hasta esta semana sumaba más de 110 mil contagios, una cifra relativamente alta para un país de 11 millones de habitantes.
Más grave era la tasa de letalidad, con 4.664 decesos confirmados o 4,2 de cada 100 casos positivos de contagio, según cifras oficiales.
A diario, los medios locales reportan huelgas y otras protestas del personal sanitario por falta de equipos de seguridad personal, escasez de medicamentos, insuficiencia y demora de pruebas de detección en un sistema hospitalario con fuerte déficit de camas y unidades de terapia intensiva.
Las carencias no son de fácil solución porque casi todos los equipos e insumos requeridos deben ser comprados en el extranjero, u obtenidos por donaciones de gobiernos, organismos internacionales, organizaciones no gubernamentales, incluso empresas privadas.
Dos operaciones gubernamentales de compra de un total de 500 respiradores artificiales han devenido en escándalos de corrupción, por sobreprecios y mala calidad de los equipos, que el parlamento investiga actualmente.

No hay comentarios.: