ALAN WEISS, EL PERIODISTA QUE VIO MORIR A JOHN LENNON, REVIVE LA FATÍTICA NOCHE
NUEVA YORK (4 Diciembre 2020).- “Yo estaba tumbado en la camilla, y detrás de mí se abre una puerta y aparece un hombre gritando: ¡tenemos una herida de bala! ¡Una herida de bala en el pecho!”. Así comienza Alan Weiss a contar cómo se convirtió en el primer periodista en informar de la muerte de John Lennon después de que un accidente le llevara al mismo hospital al que fue trasladado el músico cuando fue abatido a tiros.
Al cumplirse, este 8 de diciembre, cuatro décadas del
asesinato de uno de los músicos más famosos de la historia, a Weiss, que en
1980 trabajaba en Nueva York en el departamento de producción de un canal de
noticias local, le vuelven a asaltar los recuerdos de aquella fatídica noche en
la que Lennon recibió el impacto de cuatro balas a las puertas del edificio de
apartamentos de Manhattan en el que vivía.
“Era una noche muy fría de diciembre, yo tenía una
moto y conducía a través de Central Park, cuando me golpeó un taxi y salí
volando por encima del manillar”, dice en una entrevista con Efe sobre el
incidente que le llevó a ser testigo del fallecimiento del miembro más popular
de Los Beatles.
UNA
VISITA AL HOSPITAL QUE CAMBIÓ SU VIDA
El reportero acabó esa noche en el Roosevelt Hospital,
en el Upper West de la Gran Manzana, esperando en el pasillo a que los médicos
evaluaran si tenía alguna lesión grave tras haberse golpeado duramente la
cadera y la cabeza en la caída. Fue entonces cuando dos policías entraron entre
gritos a urgencias transportando a un hombre malherido
Segundos después escuchó la estupefacción de otros dos
agentes, que estaban de pie a su lado: “¿Puedes creerlo? John Lennon”,
afirmaron.
Aturdido aún de la caída y sorprendido por el hecho de
que pudiera tratarse de aquel célebre personaje, que además era una de las personas
a la que más admiraba, Weiss quiso confirmar que habían pronunciado el nombre
de Lennon.
“Quizá dijeron algo como Jack Lemmon y lo entendí
mal”, pensó, pero los policías se negaron a contestar a sus preguntas.
LOS
INTENTOS POR HACERSE CON UN TELÉFONO
Confinado a su camilla, intentó entonces que uno de
los celadores llamara por teléfono a la redacción del canal de noticias para el
que trabajaba, ABC7, para alertar del posible tiroteo del artista, pero fue
interceptado por un guardia de seguridad, que le aseguró una y otra vez que no
se trataba de Lennon.
La mentira, sin embargo, quedó al descubierto cuando
Weiss vio entrar por las puertas del hospital a una devastada señora asiática
vestida con un abrigo de visón.
“Lloraba histérica en el brazo de un agente de la
policía. He sido un fan de Los Beatles toda mi vida, y desde luego sabía quién
era Yoko Ono. Estaba bastante seguro de que era ella, pero no completamente”,
dice el periodista sobre la famosa mujer de Lennon, a quien algunos acusan de
haber sido la causa de la ruptura de la banda.
De nuevo, más intentos de acceder a una línea
telefónica por parte de Weiss para ponerse en contacto con la redacción, que
eventualmente dan sus frutos. Al hablar con sus compañeros, le confirman que
han oído información de un tiroteo frente al Dakota, los apartamentos de lujo
en los que vivían John Lennon y Yoko Ono, por lo que con toda esa información,
corroboran la noticia del ataque.
“UNA
ESCENA QUE NUNCA OLVIDARÉ”
Cumplida su misión inicial, el periodista vuelve a su
camilla, desde donde ahora puede ver perfectamente cómo los médicos tratan de
salvar la vida al ilustre paciente.
“Aunque ya han pasado 40 años, es una escena que nunca
olvidaré. Lennon estaba tumbado, le habían quitado toda la ropa. Estaba tumbado
sobre su espalda, sus pies mirando hacia la puerta, y rodeándole en semicírculo
todo el personal médico que le trataba, y su pecho completamente abierto”,
relata pausadamente.
“Había sangre por todas partes, y uno de los médicos
tenía sus manos dentro del pecho de Lennon, y podía ver, por cómo se estaban
moviendo sus manos, que estaba bombeando su corazón. (…) Estaba tratando de
mantener la circulación en su cuerpo”, agrega.
Minutos después, Weiss fue trasladado a través de unas
puertas, fuera del departamento de urgencias y hacia la zona general del
hospital, donde, por casualidad, estaba sonando de fondo la melodía del “All My
Loving” (1963) de Los Beatles.
EL
FATAL DESENLACE
“La canción termina, y como un minuto más tarde, se
oyen los gritos de una mujer, ‘¡oh,no! ¡oh, no!’, y se abren las puertas de una
habitación y veo salir a Yoko Ono, llorando desconsoladamente, abrazando al
productor musical David Geffen”, cuenta el reportero, que dice que poco
después, la doctora que le atendió le confirmó con indirectas que Lennon no
había superado el tiroteo.
Tras convencer a la médico con el argumento de que
sólo trataba de ser buen periodista, Weiss pudo utilizar otro de los teléfonos
del hospital para confirmar el fallecimiento, y se convirtió así en el primer
reportero en informar del fatal desenlace.
“Esta historia me afectó de maneras que prácticamente
ninguna otra historia hizo. Primero, porque rara vez estaba en el lugar de los
hechos cuando sucedía una tragedia. Normalmente como periodista llegas cuando
ya ha pasado”, reflexiona.
“Además, era un fan de Los Beatles, me encantaban Los
Beatles, crecí con Los Beatles, Los Beatles fueron el grupo musical más
importante de mi vida, y creo que la mayoría de la gente está de acuerdo en que
fue el grupo musical más importante de la historia”, exclama Weiss, tras lo que
subraya que Lennon usó su estatus para hacer el bien, exigiendo el fin de la
guerra de Vietnam, o comprando chalecos antibalas para la Policía de Nueva York
cuando aún no eran obligatorios.
EL
ERROR DE LOS MEDIOS
Recapacita, sin embargo, que los reporteros que
cubrieron la historia cometieron un importante error: el de publicar el nombre
del asesino, Mark Chapman, que mató al cantante para lograr ser conocido por
todo el mundo.
“Creo que ahí fue cuando nosotros como periodistas
decepcionamos al país y al mundo entero. Debemos tener una mayor disciplina
para no permitir que la gente nos manipule”, asegura. “(Chapman) no compuso
canciones ni música ni creó un plan para la paz ni le salvó la vida a alguien.
Acabó con la vida de alguien, y por una razón egoísta, para salir en los
periódicos y cadenas de televisión y radios por todo el mundo”
Por eso, se niega a mencionar su nombre en las
entrevistas que concede a los medios: “No sé si lo has notado, pero no he usado
su nombre en la conversación. No soy muy consistente en ello a veces, (…) pero
estoy tratando más y más de aprender de mis errores”, expone Weiss, que
sentencia que el asesino debería “pudrirse en la cárcel hasta el fin de sus
días”. “Yo estaba tumbado en la camilla, y detrás de mí se abre una puerta y
aparece un hombre gritando: ¡tenemos una herida de bala! ¡Una herida de bala en
el pecho!”. Así comienza Alan Weiss a contar cómo se convirtió en el primer
periodista en informar de la muerte de John Lennon después de que un accidente
le llevara al mismo hospital al que fue trasladado el músico cuando fue abatido
a tiros.
Al cumplirse, este 8 de diciembre, cuatro décadas del
asesinato de uno de los músicos más famosos de la historia, a Weiss, que en
1980 trabajaba en Nueva York en el departamento de producción de un canal de
noticias local, le vuelven a asaltar los recuerdos de aquella fatídica noche en
la que Lennon recibió el impacto de cuatro balas a las puertas del edificio de
apartamentos de Manhattan en el que vivía.
“Era una noche muy fría de diciembre, yo tenía una
moto y conducía a través de Central Park, cuando me golpeó un taxi y salí
volando por encima del manillar”, dice en una entrevista con Efe sobre el
incidente que le llevó a ser testigo del fallecimiento del miembro más popular
de Los Beatles.
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