MENSAJE DE NAVIDAD DE FELIPE VI; EL REY SE DISTANCIARÁ DE JUAN CARLOS Y REAFIRMARÁ LA HONESTIDAD DE LA CORONA
BARCELONA (24 diciembre 2020).- De todos los discursos del año, el de Navidad es el más importante, y de todos los que se han emitido desde su proclamación, el mensaje que esta noche pronunciará el Rey será el que marcará su reinado.
La situación de pandemia que ha derivado en una crisis social y económica que ha cambiado la vida de los españoles y del resto del mundo, así como la necesidad de acabar con la crispación política, ocuparán la mayor parte del discurso, pero serán las referencias al desgaste que sufre la Corona como consecuencia de la situación del rey Juan Carlos las que den la medida de la firme decisión de su sucesor de ofrecer su compromiso de integridad como garantía para superar la crisis de la Corona.
Con la misma línea argumental que la expresada el 19
de junio del 2014 , Felipe VI no hará más que ratificar que la Corona “debe
velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una
conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función
institucional y a su responsabilidad social”.
Dos
papeles
Felipe
VI hablará como jefe del Estado y también como jefe de la Casa Real
Velar por la dignidad de la institución es lo que el
Rey ha marcado como unos de sus objetivos desde el inicio de su reinado, pero,
en los últimos meses, no le ha sido fácil preservar su prestigio. El legado de
su padre se ha visto ensombrecido por las revelaciones sobre su situación fiscal
y financiera. En su comunicado del 15 de marzo, el Rey fue el primero en
reconocer las malas praxis de Juan Carlos I y, cinco meses después, tomó la
decisión de instarle a abandonar España. Esta noche, sin ambages, Felipe VI
reconocerá que la Corona ha sufrido el desgaste provocado por las actuaciones
del rey Juan Carlos que no se corresponden con la “conducta íntegra, honesta
y transparente” que él prometió y con la que se comprometió en su discurso de
proclamación.
No serán las palabras del Rey una revisión de los
errores pasados y protagonizados por su padre, sino un mensaje de superación y
de confianza de que en la Corona no caben esas actuaciones. La intención del
Rey es la de ofrecer la certeza de que ni se ampararán, ni se justificarán los
errores cometidos en el pasado ni tan siquiera en aras a los reconocidos
aciertos y el estricto cumplimiento de sus funciones durante los casi 39 años
en los que Juan Carlos I fue rey en ejercicio.
Sintonía
El
Ejecutivo y la Casa del Rey han coincidido en las medidas tomadas con el rey
Juan Carlos
El mensaje del Rey de esta noche no será, sin embargo,
el del jefe de la Casa Real que puso freno y marcó distancias con su propio
padre, sino el de un jefe de Estado que ofrecerá su propia integridad como
garantía de continuidad y voluntad de servicio público.
En ese punto se sitúa la coincidencia de criterios con
el Gobierno. La Corona no puede actuar por presiones o condicionada por los
dictados de quienes ejercen el poder ejecutivo y, en este caso, el Rey obra
independientemente, pero necesariamente debe coincidir con el mismo objetivo:
el de garantizar la estabilidad de la primera institución del Estado y con
ella, la de España. La neutralidad constitucional del Rey le exige no someterse
a los intereses políticos, pero en lo referente a su posición como jefe de la
Casa Real no puede observar una actitud pasiva, ni pasar de largo, utilizar
eufemismos o frases hechas para referirse a la crisis que se vive dentro de la
familia real, de la que el rey Juan Carlos es miembro destacado y de pleno
derecho.
Continuidad
El discurso de esta noche será el reflejo del
pronunciado el día de la proclamación
La situación provocada por el padre del Rey, a la que
se ha añadido la amplificación interesada por parte de diferentes formaciones
políticas, ha abierto el debate de la ciudadanía sobre el sistema monárquico.
Las discrepancias en el seno del Gobierno por la manifiesta campaña
antimonárquica de Unidas Podemos han acabado por definir la postura del
presidente Pedro Sánchez, quien, en las últimas semanas, se ha posicionado
claramente en defensa de la Corona respaldando, con sus declaraciones y su
presencia, en algunos actos, la figura del Rey desligándola de la de su padre.
La Zarzuela y la Moncloa, en las personas de Jaime
Alfonsín, jefe de la Casa del Rey, y Carmen Calvo, vicepresidenta primera del
Gobierno, han establecido una especie de gabinete de crisis para reforzar el
papel del Rey, y en todas las decisiones que se han tomado con respecto al rey
Juan Carlos ha habido, además de consenso, sintonía. Todos los actos de la
Corona deben ser avalados por el Gobierno, pero el orden constitucional exige
que la jefatura del Estado no sea rehén del poder ejecutivo. Tanto la Zarzuela
como la Moncloa saben que de las palabras que el Rey pronuncie esta noche, en
referencia, más clara que velada, al rey Juan Carlos dependerá que
definitivamente se reestablezca la confianza en la Corona. Felipe VI es dueño
de sus palabras, pero también es consciente de la necesidad de que el Gobierno
las respalde.
Por MARIÁNGEL
ALCÁZAR
La Vanguardia
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