EL PAPA FRANCISCO ACEPTA LA RENUNCIA DEL CARDENAL ROBERT SARAH; UNO DE LOS MÁS CRÍTICOS DEL PONTÍFICE EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

BARCELONA (21 Febrero 2021).- El papa Francisco ha aceptado la renuncia del prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el cardenal guineano Robert Sarah, que ha sido uno de los más críticos con el pontífice argentino estos últimos años. Ocupaba ese cargo dentro de la curia vaticana desde el 2014. Tanto el Vaticano como el purpurado han dado cuenta de la renuncia, que llegó el 15 de junio de 2020, cuando el purpurado cumplió 75 años.

Todos los obispos, cuando se acercan a esa edad, deben presentar su renuncia al Papa, aunque luego sigan desempañando su labor pastoral. Los cardenales, en cambio, solo deben renunciar a sus funciones en la diócesis que tienen encomendada y hasta los 80 años pueden seguir en activo como cardenales electores en caso de que haya un cónclave para elegir a un nuevo pontífice. Según explica Vida Nueva, Francisco no le renovó su cargo en junio del año pasado sino que le mantuvo en él mientras no decidiera lo contrario, algo que ha hecho ahora.

Sarah, uno de los principales líderes de la facción conservadora que critica cada movimiento y cada paso de Francisco, fue protagonista en enero del pasado año de un episodio de tensiones, cuando anunció la publicación de un libro escrito junto a Benedicto XVI en el que se defendía el celibato.

El volumen, titulado De profondeurs de nos coeurs (Desde lo profundo de nuestro corazón) iba a publicarse en enero en francés por la casa editorial Fayard y llevaba en portada los nombres tanto de Benedicto XVI como de Sarah y la foto de ambos.

La publicación fue considerada por algunos como una injerencia hacia el papa Francisco, que debía tomar una decisión sobre la propuesta de ordenar a hombres casados surgida en el Sínodo sobre la Amazonía, celebrado en octubre de 2019. No obstante, en última instancia se dejó de lado esa opción.

La polémica se desató por el hecho de que el papa emérito, que había prometido quedar en silencio tras su renuncia en febrero de 2013, hubiese participado en un libro de este tipo, y tras días de declaraciones y desmentidos la controversia se zanjó con la petición del papa emérito de eliminar su firma y su foto del volumen.

El histórico secretario de Benedicto XVI y su persona de máxima confianza desde su renuncia, el arzobispo George Gaenswein, declaró entonces que Benedicto XVI "nunca aprobó ningún proyecto de un libro con doble firma" con el cardenal Sarah.

NARITA, JAPAN - MAY 13: Cardinal Robert Sarah arrives at Narita International Airport on May 13, 2011 in Narita, Japan. The Vatican sent Cardinal Sarah to Tokyo to show support for victims of the earthquake and tsunami that devastated parts of Japan on March 11. (Photo by Jun Sato/Getty Images)

Robert Sarah en una imagen de archivo 

 Getty

Algunos de los sectores religiosos y políticos que centran sus críticas en el magisterio del actual obispo de Roma y cuestionan sus declaraciones públicas en diversas materias –tradicionalistas por un lado, y la ultraderecha populista que emplea la religión cristiana para fidelizar a su electorado, por otro– han visto en Sarah una figura de contrapeso. En España, sin ir más lejos, desde Vox se ha llegado a hablar del papa Francisco en diversas ocasiones como "ciudadano Bergoglio" y se ha encomiado, por contra, a Sarah por haber cuestionado la inmigración de África hacia Europa mientras que el Papa llamaba a acoger a los refugiados. Pero eso mismo que ha hecho Santiago Abascal lo había hecho antes Matteo Salvini

Nacido en 1945 en Guinea, Sarah no es un desconocido en la Santa Sede aunque es poco proclive a hablar con la prensa y es más conocido en el mundo francófono gracias a varios libros con su editor Nicolas Diat y la editorial francesa Fayard. Todavía se le considera un cardenal joven y en el cónclave del 2013 estaba en la lista de papables. En 1979 Juan Pablo II le nombró arzobispo metropolitano de Conakry, pero no fue hasta el 2001 que se trasladó a Roma.  

Benedicto XVI lo hizo cardenal en el 2010, convirtiéndolo en el primer purpurado de Guinea. Y, en un intento de apaciguar la ira de sus contrarios, entonces liderados, entre otros, por el cardenal Raymond Leo Burke, Francisco le nombró prefecto de la congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el departamento del Vaticano que supervisa la liturgia. 

Desde ahí ha abierto otras disputas por cuestiones nimias como la recepción de la comunión en la mano –desdeñada por los sectores más reaccionarios y conservadores– o en la boca, que en el ámbito eclesial cobra relevancia y que con la covid ha vuelto a ponerse sobre la palestra por parte de los opositores de Francisco aunque esté más que aprobado y se conserven escritos de los primeros siglos que revelan que se recibía el pan consagrado en la mano. 

Con todo, al contrario que otros grandes nombres de opositores, Sarah nunca ha atacado frontalmente a Francisco y le ha jurado obediencia, porque dice que “quien está contra el Papa está fuera de la Iglesia”. Además, otras figuras de referencia para los ultraconservadores como el alemán Walter Brandmüller son muy mayores, pero él tiene menos de 80 años, y es por lo tanto elegible en un cónclave. 

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