LA EMBAJADORA LINDA THOMAS-GREENFIELD REPRESENTA A ESTADOS UNIDOS ANTE LAS NACIONES UNIDAS

 


WASHINGTON ( 22  Marzo 2021).- La embajadora Linda Thomas-Greenfield tiene un nuevo papel como representante de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, el cargo diplomático de más alto nivel de Estados Unidos después del de Secretario de Estado.

Thomas-Greenfield es la 31 ª persona que dirige la Misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas desde su creación en 1947 por una ley del Congreso. Aporta décadas de experiencia en el Cuerpo Diplomático de Estados Unidos para representar los intereses de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad y en la Asamblea General de la ONU en cuestiones políticas, consolidación de la paz tras conflictos, asistencia humanitaria y derechos humanos.

La vicepresidenta Harris de Estados Unidos tomó juramento a Thomas-Greenfield el 24 de febrero, un día después de que el Senado estadounidense confirmara el nombramiento de la veterana diplomática. Thomas-Greenfield tendrá estatus de miembro del gabinete gubernamental del presidente Biden. Al calificarla de diplomática experimentada, distinguida e innovadora, Biden dijo: “Quiero escuchar su voz en todos los debates importantes de política exterior que tengamos”.

No son pocos los retos a los que se enfrenta la ONU: la pandemia, una emergencia climática cada vez mayor, la injusticia racial exacerbada por las recientes presiones económicas, la migración y la pobreza extrema. En algunas partes del mundo el autoritarismo trata de consolidar su poder.

“Nuestro enfoque es hacer lo que el presidente Biden dijo que haríamos en su discurso inaugural: reparar nuestras alianzas, volver a participar con las instituciones multilaterales y liderar con el poder del ejemplo”, dijo la embajadora a ShareAmerica.

Linda Thomas-Greenfield sosteniendo un bolígrafo y sentada frente a un micrófono (© Greg Nash/AP Images)
Linda Thomas-Greenfield declara durante su reciente comparecencia de confirmación en Washington. (© Greg Nash/AP Images)

Thomas-Greenfield llega a la ONU justo a tiempo cuando Estados Unidos asume la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de la ONU, donde inmediatamente ha puesto en la agenda el tema del hambre provocada por los conflictos.

“Cuando utilizamos estos términos técnicos: seguridad alimentaria, desnutrición aguda, hambre inducida por conflictos; no olvidemos lo que realmente significan”, dijo a los miembros del Consejo de Seguridad. “Estamos hablando de la humanidad en bruto. Estamos hablando de puro sufrimiento. Estamos hablando de personas reales”.

Una historia estadounidense

La mayor de ocho hermanos, la madre de Thomas-Greenfield era cocinera, el padre jornalero y no sabía leer. Sus padres la criaron en Baker, un pequeño pueblo segregado de Luisiana aterrorizado por el Ku Klux Klan, un infame grupo de odio con un historial de violencia, especialmente contra los afroestadounidenses.

Thomas-Greenfield se graduó en una escuela secundaria segregada antes de matricularse como una de las primeras mujeres afroestadounidenses en la Universidad Estatal de Luisiana, donde estudió junto a personas como David Duke, que se convertiría en líder del Ku Klux Klan.

“En lugar de endurecer mi corazón, esas experiencias moldearon mis perspectivas de una manera diferente”, dijo. “Me enseñaron el poder de la amabilidad. Aprendí a ver cómo la amabilidad no es una debilidad, sino una fortaleza”.

Tras graduarse en la universidad, la primera de su familia en hacerlo, Thomas-Greenfield obtuvo una maestría en la Universidad de Wisconsin-Madison. Entró en el Cuerpo Diplomático en 1982, iniciando una carrera que la llevaría a cuatro continentes. Fue embajadora de Estados Unidos en Liberia y ocupó puestos en Suiza, Pakistán, Kenia, Gambia, Nigeria y Jamaica.

Samantha Power y Linda Thomas-Greenfield sentadas en una mesa con un grupo de hombres (© Jerome Delay/AP Images)
Thomas-Greenfield (centro, a la dcha.), entonces secretaria de Estado adjunta para Asuntos Africanos, y Samantha Power (centro, a la izda.), entonces representante de Estados Unidos ante la ONU, reunidas con líderes musulmanes y cristianos en Bangui (República Centroafricana), en 2013. (© Jerome Delay/AP Images)

En Washington, Thomas-Greenfield dirigió la Oficina de Asuntos Africanos como secretaria de Estado adjunta durante la crisis del ébola. Antes de esto, supervisó las funciones de personal de los 70.000 empleados del Departamento de Estado. Defendió la diversidad, la equidad y los esfuerzos de inclusión en el Departamento y continuará promoviéndolos en la ONU y, más ampliamente, liderando con el poder del ejemplo de Estados Unidos.

Thomas-Greenfield afirma que tiene previsto participar con líderes locales y jóvenes de todo Estados Unidos en cuestiones globales, para sacar a la ONU de Nueva York, por así decirlo. “Iremos más allá para garantizar que nuestro trabajo y nuestra defensa reflejen la voluntad y las perspectivas de todos los estadounidenses”, afirmó.

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