LA PANDEMIA MARCA CELEBRACIÓN DE OTRO VIERNES SANTO; EL COVID-19 HA IMPEDIDO LAS MULTITUDINARIAS PEREGRINACIONES DE LA SEMANA SANTA
JERUSALÉN (2 Abril 2021).- Los cristianos en Tierra Santa celebraban el Viernes Santo en medio de indicios de que la pandemia del coronavirus está cediendo, con los lugares de culto abiertos, pero sin las multitudinarias peregrinaciones propias de la Semana Santa previa a la Pascua.
El virus sigue azotando Filipinas, Francia, Brasil y
otros países de mayoría cristiana, donde los fieles pasarán por segundo año
consecutiva una Semana Santa marcada por las restricciones al movimiento para
frenar los brotes causados por variantes más contagiosas.
El año pasado, con Jerusalén bajo un estricto
confinamiento, pequeños grupos de sacerdotes celebraron los ritos propios de
esta época a menudo a puerta cerrada. Fue un cambio radical con respecto a años
anteriores, cuando decenas de miles de peregrinos visitaban los lugares
sagrados de la ciudad.
Este año, monjes franciscanos ataviados con sus
características túnicas marrones condujeron a cientos de fieles por la Vía
Dolorosa, repitiendo lo que según la tradición fueron los últimos pasos de
Jesús, mientras recitaban oraciones a través de altavoces en las estaciones del
via crucis. Otro grupo llevaba una cruz de madera por la ruta que atraviesa la
Ciudad Vieja, entonando himnos y deteniéndose para orar.
La iglesia del Santo Sepulcro, construida en el lugar
en el que los cristianos creen que Jesús fue crucificado, murió y resucitó de
entre los muertos, está abierta a visitantes, que deben llevar mascarilla y guardar
la distancia de seguridad.
"Las cosas están abiertas, pero con cautela y
gradualmente", dijo Wadie Abunassar, asesor de líderes religiosos en
Tierra Santa. "En un año normal pedimos a la gente que salga. El año
pasado les pedimos que se quedasen en casa... Este año, de alguna manera,
guardamos silencio".
Israel ha llevado a cabo una de las campañas de
vacunación más exitosas del mundo, que le ha permitido reabrir restaurantes,
hoteles y lugares de culto. Pero el tránsito aéreo sigue limitado por la
cuarentena y otras restricciones, lo que impide la llegada de los peregrinos
que solían abarrotar Jerusalén durante la Semana Santa.
Los principales lugares sagrados están en la Ciudad
Vieja, en el este de Jerusalén, un territorio que Israel capturó junto a
Cisjordania en la Guerra de los Seis Días en 1967. Israel se anexionó Jerusalén
oriental y considera que toda la ciudad es su capital unificada, mientras que
los palestinos quieren que los dos territorios formen parte de su futuro
estado.
Israel incluyó a los residentes palestinos en Jerusalén
en su campaña de vacunación, pero envió un número reducido a la Cisjordania
ocupada, donde la Autoridad Palestina ha importado decenas de miles de dosis
para una población de más de 2.5 millones de personas.
Según las autoridades israelíes, se permitirá la
entrada de hasta 5,000 cristianos palestinos desde Cisjordania para la
celebración de la Pascua. Abunassar dijo que no estaba al tanto de la llegada
de ningún gran grupo de turistas desde allí como ocurría en años anteriores,
posiblemente por el temor al coronavirus.
El papa Francisco comenzó el Viernes Santo visitando
el centro de vacunación contra el covid-19 del Vaticano donde en la última
semana los voluntarios han administrado unas 1,200 dosis del fármaco
desarrollado por Pfizer y BioNTech a personas pobres y desfavorecidas de Roma.
La ciudad-estado compró sus propias vacunas para los
empleados de la Santa Sede y sus familias, y ha cedido el excedente a personas
sin hogar. Francisco, con mascarilla, posó con algunos de los voluntarios y de
los receptores de la vacuna en la sala de audiencias del Vaticano.
Más tarde en el día, el pontífice presidirá la
procesión del via crucis por una Plaza de San Pedro casi vacía, un acto que
sustituirá al popular rito a la luz de las antorchas en el Coliseo.
En Francia, el toque de queda nacional obliga a los
fieles a adelantar las celebraciones del Viernes Santo. Las tradicionales
procesiones nocturnas se reducirán drásticamente o se cancelaron. En los 19
departamentos con cuarentenas localizadas, los devotos pueden ir a misa si
firman el “certificado de viaje” del gobierno.
Aunque el sábado se impondrá un tercer confinamiento
“suave”, el presidente, Emmanuel Macron, no prohibió los desplazamientos
durante el fin de semana de Pascua, lo que permitirá que la gente cambie de
región para reunirse con su familia el viernes.
La catedral de Notre Dame, que sufrió un devastador
incendio hace casi dos años, no celebrará la misa del Viernes Santo, pero sus
sacerdotes venerarán su “corona de espinas” en su nuevo centro litúrgico temporal
en la cercana iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois.
Por segundo año, España se quedará sin sus
tradicionales procesiones de Semana Santa y las iglesias limitarán el número de
fieles en su interior. Muchos de ellos seguirán los ritos y oraciones por
internet.
En Filipinas, las calles estaban inusualmente tranquilas
y las reuniones religiosas estaban prohibidas en la capital, Manila, y en otras
cuatro provincias periféricas. El gobierno decretó una nueva cuarentena en la
bulliciosa región de más de 25 millones de habitantes esta semana para trata de
contener un repunte de las infecciones de coronavirus.
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