WASHINGTON (13 Mayo 2021).- Es real, aunque suene como el argumento de una película taquillera de Hollywood. Pronto los científicos de la NASA pondrán en marcha una misión para cambiar el curso de un distante asteroide al probar una tecnología que algún día podría salvar a la Tierra de un desastre.
La nave espacial DART (Double Asteroid Redirection
Test), un dispositivo de prueba para reorientar un asteroide compuesto de dos
cuerpos, podría despegar tan pronto como en el mes de julio. Hará una
trayectoria de 11 millones de kilómetros antes de estrellarse contra una
pequeña zona del sistema binario de asteroides Didymos, desviando de su curso al
cuerpo sideral menor. El impacto está previsto para el mes de septiembre de
2022.
Poco antes del impacto un satélite del tamaño de una
caja de zapatos, fabricado por los socios de la NASA en Italia, se desprenderá
del cohete para ayudar a los científicos a estudiar la trayectoria del
asteroide tras la colisión y determinar el éxito de la misión.
“Hasta el momento no teníamos demasiadas opciones ante
lo que podríamos hacer en caso de encontrar algo que se nos acercara”, dijo al
grupo informativo VICE News (en inglés) Andy Rivkin, miembro del equipo
investigador de DART. “DART es la primera prueba para ver cómo podríamos
desviar algo sin recurrir a un paquete nuclear, o quedarnos sentados en un
sótano, esperando con los dedos cruzados”.
Las recientes misiones de exploración en Marte, el uso
de satélites para observar el cambio climático y los planes para el alunizaje
de la primera mujer y el próximo hombre en la luna han llegado a los titulares.
Sin embargo, la NASA ha logrado victorias menos bulliciosas, como la exitosa
recolección de muestras de un asteroide en octubre pasado.
Didymos no amenaza la Tierra, pero la misión DART
preparará a la NASA para un asteroide que pudiera hacerlo. Alrededor de una vez
al año un asteroide del tamaño de un vehículo se estrella contra la atmósfera y
se quema antes de tocar la superficie del planeta. Impactos más grandes, que
provoquen daños importantes, podrían ocurrir cada 2.000 años, indica la NASA,
mientras que un objeto que pudiera amenazar a la civilización ocurre solamente
cada pocos millones de años.
Se espera que el impacto de DART cambie el curso del
cuerpo sideral menor de Didymos, también denominado Didymos B, por apenas una
fracción del uno por ciento. Los científicos han estado trabajando años para
determinar cómo medir ese cambio y otros efectos en el Didymos B. La tecnología
de imágenes a bordo de DART; el pequeño satélite de la Agencia Espacial
Italiana, llamado LICIACube (satélite cúbico ligero para captar imágenes de
asteroides) y observaciones telescópicas desde la Tierra, todos aportarán a la
observación de la misión por la NASA.
“Necesitamos anticipar una amplia variedad de
posibilidades y predecir sus resultados, para que después de que DART choque
contra Didymos B sepamos lo que nuestras
mediciones nos están indicando”, dijo Angela Stickle, encargada del grupo de
trabajo de simulación de impacto DART en el Laboratorio John Hopkins de Física
Aplicada.
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