EXMINISTRO POLÍTICAS INTEGRACIÓN REGIONAL RECUERDA AL CANCILLER DOMINICANO "QUE DESDE SU ELEVADO CARGO NO DEBE TRABAJAR PARS SU PERSONA, NI PARA SUS INTERESES PARTICULARES"
SANTO DOMINGO, República Dominicana (15 Junio 2021).- En un artículo Miguel Mejía (Miguelón), exministro para Políticas de Integración Regional de la República Dominicana, Secretario General del Movimiento de Izquierda Unida (MIU), recordó al canciller Roberto Álvarez que desde su elevado cargo no trabaja para su persona, ni para sus intereses particulares.
La reacción de Mejía ha sido por la postura del
ministro de Relaciones Exteriores dominicano en relación a las detenciones de
varios precandidatos presidenciales en Managua, Nicaragua, por parte del
régimen socialista de Daniel Ortega.
Alternativas Noticiosas deja a sus lectores el
artículo de Mejía titulado "De nuevo el canciller..."
Con razón, la ancestral sabiduría humana ha
sentenciado que “el hombre es el único animal que choca dos veces con la misma
piedra”. ¿Qué dirían nuestros abuelos de poder presenciar el triste espectáculo
conque el honorable Roberto Álvarez Gil, canciller dominicano, nos sigue
sorprendiendo cada cierto tiempo?
Con declaraciones disparatadas e injerencistas,
cumpliendo los talking points del Departamento de Estado norteamericano, y en
grosero olvido de la lealtad debida a su patria y su gobierno, incluso, del
decoro que debe caracterizar a quien ocupe el alto sitial que temporalmente
ocupa, el Señor Canciller ignora con sus desvaríos y torpezas que está obligado
a priorizar los intereses de su país, por encima de cualquier otra razón
ideológica y de cualquier afinidad política. Y subrayo la palabra “obligado”,
pues no se trata de una opción más, sino de un deber que no da opción a
culipandeos o cocinaditos secretos, como tampoco a contubernios en las sombras
al servicio de una potencia extranjera.
Esta vez, todo empezó el 1 de junio en Costa Rica,
país anfitrión de una reunión ampliada del Sistema de Integración
Centroamericano (SICA), con la participación de sus cancilleres y el de México,
contando además con la presencia de Anthony J. Blinken, secretario de Estado
norteamericano. El tema a debate público fue el de la emigración ilegal de
miles de personas que huyen de la miseria, la violencia, la inseguridad y el
hambre que el neoliberalismo ha provocado en la región, esperando ingresar a
los Estados Unidos. Es evidente que, a puertas cerradas, se tocaron ciertos temas
que constituyen preocupación para la potencia norteña, y como el último
disparate del canciller dominicano demuestra, también hubo encuentros más
reducidos, esos que se celebran entre cómplices, jefes y subordinados, donde se
impartieron órdenes precisas y se distribuyeron roles específicos, en esta
nueva ronda de agresiones imperiales contra países como Nicaragua.
A juzgar por el más reciente arrebato del canciller
dominicano, en cuya figura, y teniendo en cuenta sus antecedentes, en la
reunión de Costa Rica se tercerizó la tarea sucia de atacar al gobierno
soberano de ese hermano país por el “crimen” de aplicar las leyes y la Constitución
vigente a dos ciudadanos, como si el ser aspirantes a la presidencia les
otorgase un salvoconducto sagrado para violar las normas, o que contar con el
apoyo norteamericano, en asuntos de política interna, los hiciese intocables.
Para el canciller dominicano, se trata de “… la creación de un ambiente de
intimidación e intolerancia”, enfilado contra la democracia.
Es curioso: la visión del Canciller dominicano se
aguza cuando se trata de dos arrestos en Nicaragua, y se opaca hasta la ceguera
absoluta cuando se trata de cientos de manifestantes apaleados, mutilados,
violados, y algunos asesinados, en las más recientes acciones represivas del
régimen neoliberal del presidente Piñera, en Chile; o cuando el presidente
colombiano, Iván Duque, ordena a sus jenízaros usar lanzallamas contra
manifestantes, o sencillamente, los mata a balazos, o los desaparece,
reapareciendo luego descuartizados en bolsas plásticas lanzadas a los ríos. Por
supuesto que la viril vocecilla del canciller Álvarez Gil nunca se alzó para
condenar la barbarie sionista en Gaza, causantes de cientos de muertos civiles,
entre ellos decenas de niños.
Lo que parece, querernos decir, el honorable Canciller
dominicano con sus declaraciones, es que lo que da méritos a los ojos del amo,
y de paso le permite aceitar sus inversiones particulares en Washington, es
atacar a países como Venezuela o Nicaragua, mientras que lo demás, incluido las
matanzas, merece respeto, circunspección diplomática y silencio. Como era
lógico, Denis Moncada, canciller nicaragüense, a nombre de su gobierno y su
pueblo, rechazó tajantemente, en carta a su homólogo dominicano, las declaraciones
que le indicaron realizar, y lo hizo “…en nombre de la soberanía, el derecho
internacional y la decencia”.
Nunca mejor dicho: al final se trataba de una ofensa a
la más elemental decencia.
República Dominicana, su pueblo y su gobierno están
enfrascados en la durísima tarea de enfrentar la pandemia del COVID-19;
procurar levantar la maltrecha economía nacional; enfrentar los retos que
plantea la frontera dominico-haitiana; garantizar el desarrollo y la justicia
social; luchar contra la pobreza, la exclusión, la inseguridad, garantizar un
ambiente de paz, prosperidad y gobernabilidad; levantar la calidad y el alcance
de la salud pública y la educación, propender, en fin , a la felicidad de los
dominicanos, la cual incluye la convivencia respetuosa, la cooperación y la
integración con los países hermanos de la región. Son problemas demasiado
complejos, y a la vez, importantes, como para desviarnos de nuestra ruta.
Señor Canciller, le recordamos de nuevo que desde su
elevado cargo no trabaja para su persona, ni para sus intereses particulares,
ni se le ha dado semejante responsabilidad para que accione a espaldas del
presidente de la Republica, ni incidente su ejecutoria cumpliendo órdenes
foráneas. Dedíquese a lo que le corresponde o le será demandado por el pueblo
al que está obligado a servir.
Por MIGUEL
MEJÍA
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