¿QUIÉN MIENTE?

SANTO DOMINGO, República Dominicana (13 Junio 2021).- El ex senador por San Cristóbal, Tommy Galán, deploró la actitud del Ministerio Público en su obstinado propósito de manipular los eventos que ocurren en el marco del juicio del Caso Odebrecht, mintiendo de manera descarada con el propósito de desvirtuar los irrebatibles eventos del proceso, que lo colocan en una situación de naufragio procesal, fruto del fiasco probatorio con que pretendieron sostener un caso de tanta importancia para la sociedad dominicana.  


“En ese contexto, resulta éticamente incomprensible que bajo el liderazgo de la magistrada Mirian Germán se procure reivindicar el doloso legado de Jean Alain Rodríguez, que lejos de abrir una investigación responsable, la convirtió en cuerpo de delito que procura obstrucción de justicia e impunidad”, dijo.


Galán Grullón reaccionó de ese modo ante las recientes declaraciones de la magistrada Mirna Ortíz, que se refirió “a profesionales prestigiosos, profesional, ética y moralmente acreditados” que declararan en el juicio, tildándolos de mentirosos.


 Expresó que "el Ministerio Público parece olvidar que las actas son recogidas y que en algún momento, cualquier ciudadano podrá comprobar el vergonzoso papel de chantaje judicial con que se maneja el caso, pretendiendo que la presión social supla las vergonzosas carencias probatorias del órgano acusador.”


El también miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) manifestó que siente vergüenza ajena por el deslucido papel de la acusación, y como contraste se rifirió a las declaracicones del tasador invitado a mentir por la Procuraduría, el señor Jonathan Ramírez Pérez, al cual se refirieron en su momento como un “hueso duro de roer”, cuando la verdad acontecida en el tribunal, y así consta en las actas y piezas del proceso es todo lo contrario.  


Galán recordó que conforme a la oferta probatoria, la PGR aseguró que demostraría que el ex senador por San Cristóbal “falseó su declaración jurada, estableciendo montos subvalorados con el fin de que ocultar su valor real”, razón por la cual, si del interrogatorio y del informe salió información que desmontó ese propósito, en vez de estar frente a un “hueso duro de roer”, el Ministerio Público se vanagloria de lo que debía ser una gran vergüenza para esa institución, afirmando que lo que realmente se estableció es que “no sólo mintió el testigo, sino que mintió el Ministerio Público.”  


A decir de Galán, se pudo constar que:


1. La PGR pretende hacer valer una tasación con un tasador que consignó en su informe y le ratificó al tribunal que no entró a las propiedades que dijo haber valuado.

2. Admitió que no tomó ninguna de las fotos en que sustentó su informe.

3. Que usó fotos de unidades que asumió como similares de otros inmuebles para sustentar su informe.

4. Que recabó los datos a través de vendedores.

5. Se puso en evidencia que mintió al colocar en su informe que sustentaba en el Código de Ética del Catacodia y tuvo que admitir que ese código no existe. 

6. Mintió al negar contenido escrito de su informe, para no contrariar las mentiras declaradas.

7. Reconoció que la PGR no le solicitó el valor retroactivo del inmueble para poder demostrar su valuación que es el objeto de su testimonio y de su informe.  En ese sentido ratificó el contenido de su informe en el sentido de que le habían requerido el precio de mercado a la fecha del informe, algo totalmente incompatible con el propósito probatorio. 

8. Que su informe no es válido para establecer subvaluación, sino el valor de mercado.  Ratificó que evaluó con la tasa del dólar al 18 de mayo del 2018, con lo que inutiliza la prueba del MP, partiendo de su propio propósito probatorio.

10. Admitió que en ningún momento se le informó que el informe sería usado como soporte en justicia, lo cual, conforme a la norma, anula la posibilidad de que sea usado como prueba de subvaluación.

11. Que no se le proveyó de permiso judicial ni solicitaron permisos para ingresar a los inmuebles.  

12. Hizo el ridículo al afirmar que basta con usar la palabra “óptimo” como factor para definir la localización de los inmuebles comparados, en vez de geolocalización, vías o carreteras circundantes.

13. Hizo el ridículo cuando consideró que no es necesario que en una valuación sea considerado el factor de uso de suelo.

14. Hizo el ridículo cuando dijo que no es obligatorio que los tasadores consignen en sus informes una ponderación razonada de las circunstancias bajo las cuales se ha determinado el precio y la base de valuación requerida de los inmuebles comparados.

15. Hizo el ridículo al declarar que no es necesario que los tasadores hagan un análisis comparativo consistente en las similitudes y diferencias cualitativas y cuantitativas entre los inmuebles comparables y los inmuebles que tasó.

16. No aportó evidencias que expresen que las transacciones de los inmuebles comparables son cercanas a la fecha del informe de valuación, las consideró innecesarias.

17. Se puso en evidencia que no justificó la fuente, evidencia y objetividad de los datos de las propiedades comparadas.

18. Que se valió exclusivamente de ofertas de venta, admitiendo que no usó valores de transacciones recientes, que es el método recomendado por la norma, dada la carga subjetivas de las ofertas de venta.

19. Admitió que no consignó en su informe los materiales preponderantes, ni costos de reposición, así como tampoco coficientes de depreciación, montos depreciados, edad de las construcciones, ni valores de reposición a nuevo ni aplicó depreciación; factores vitales en una valuación.


De manera que “al hablar de mentirosos, debemos ser cuidadosos, sobre todo cuando al órgano declarante le precede una conducta que evidencia pobreza ética, presentando un testigo que puso en evidencia que el Ministerio Público es autor intelectual de un fraude probatorio, vergonzoso para cualquier ente investigador, no solo porque invitó a su testigo a mentir, sino porque manipuló el informe de manera grosera para imputar subvaluación, sabiendo el ilícito que implicaba la forma dolosa en que requirió el servicio y la grotesca manipulación del mismo.  


Dura de roer es la verdad, la que cada vez más pone en evidencia la inescrupulosa e insostenible acusación contra Tommy Galán, al tiempo que hace cada vez más dura de roer la verdad expresada por la magistrada Mirian Germán Brito en su voto disidente en el año 2017, del cual no se ha retractado, el Ministerio Público carece de evidencias para sacar a flote ese expediente.

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