«La educación es necesaria para lograr que el ser humano deje de actuar como el virus que se dedica a destruir el organismo en el que vive». Yanis Varoufakis
Inodoro: Aparato sanitario para evacuar los
excrementos y la orina, provisto de un sifón que evita los malos olores.
Generalmente de porcelana o loza esmaltada, está provisto de una cisterna con
agua para descargarlo después de su uso. Está conectado a una tubería de
desagüe que se comunica con las cloacas.
Agua: El agua es una sustancia cuya molécula está
compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. El término agua,
generalmente, se refiere a la sustancia en su estado líquido, aunque esta puede
hallarse en su forma sólida, llamada hielo, y en su forma gaseosa, denominada
vapor.
La palabra agua viene del latín aqua, con el mismo
significado. De ahí también cientos de derivados, como acuario, acuarela,
aguada, aguaza, aguazal, aguafuerte, aguamanil, aguarrás, etc. Se origina en una
raíz indoeuropea *akwā- (agua).
Se define como incolora, porque es transparente;
inodora, porque no huele a nada; e insípida porque no sabe tampoco a nada. La
segunda característica define el agua como inodora, porque no huele, aunque en
realidad dicha característica solo es común en las aguas puras.
Curiosa relación: inodoro (nombre) - inodora
(adjetivo).
Sentado en el inodoro, con el hábito de leer también
allí, me pregunté cómo llegamos hasta este punto, donde el aire, el agua y el
alimento son temas tan preocupantes en pleno siglo XXI. Decidí consultar los
aportes del mismo economista griego citado, Yanis Varoufakis, para ilustrar el
recorrido histórico humano hasta el presente:
«Los mercados son la esfera del intercambio, y no son
lo mismo que la economía. En el mercado intercambiamos objetos por dinero o por
otros objetos, como podrían hacer nuestros antepasados al intercambiar un
plátano por una manzana. La economía surge cuando surge la producción».
Ver: https://www.clubdelecturas.com/producto/economia-sin-corbata/
El mayor uso del agua doméstica es tirar de la cadena
del inodoro, seguido de duchas, fregar los platos, lavar la ropa, limpiar el
hogar, etc. Los inodoros representan casi el treinta por ciento del consumo de
agua interior promedio de una casa. De donde se deduce que la descarga de
inodoro es el mayor problema de agua de la casa.
Los viejos e ineficientes pueden usar mucha más agua
por descarga. La ducha promedio utiliza 15.8 galones y tiene una duración de
7,7 minutos con un caudal medio de 2.1 galones por minuto. Una sola descarga
del inodoro puede usar varios galones de agua, y con seis a ocho descargas,
podría sumar hasta 56 galones de agua al día en algunos casos con los inodoros
más convencionales y antiguos. Los modelos de bajo flujo usan tan solo 1.6
galones por descarga.
Teniendo en cuenta que en todo el mundo se utilizan
más de 37 mil millones de galones de agua dulce cada día para la descarga de
los inodoros, ésa es una gran cantidad de agua que podría racionalizarse con
algunos simples pasos.
Dado que la persona promedio descarga cinco veces al
día, los galones utilizados realmente pueden alcanzar una cantidad de agua muy
considerable, como vemos en estos datos. Se necesita mucha agua para producir
los alimentos que comemos, la energía que usamos y todas las cosas que
compramos. También en minería y muchos otros procesos industriales de gran
escala.
A continuación, algunas sugerencias en las redes para
ahorrar tanta agua como sea posible en nuestros inodoros:
1- Coloque una botella de plástico llena de agua en el
tanque del inodoro para reducir la cantidad de agua utilizada por descarga (si
no puede reemplazar el inodoro por uno de bajo flujo).
2- Para verificar si hay una fuga en el inodoro,
coloque tinte o colorante para alimentos en el tanque. Si aparece color en el
recipiente sin descargar, hay una fuga que debe repararse.
3- Practica: «Si está amarillo, tómalo con calma». El
dicho puede ser un cliché, pero es un buen consejo. Si te da asco el
«amarillo», simplemente baja la tapa del inodoro. Es la técnica probablemente
más conocida por la frase completa: «Si está amarillo, tómalo con calma; si
está marrón, descárgalo». Así es, estamos hablando del simple acto de
abstenerse de tirar de la cadena del inodoro cada vez que orinas.
4- No tires las cosas por el inodoro para deshacerte
de ellas. Tira los pañuelos desechables y otros desechos del baño en el bote de
basura, que no requiere galones de agua.
5- Coloca un balde de agua junto al inodoro y con un
recipiente pequeño puedes disolver un poco la orina en el inodoro sin tener que
descargar cada vez.
Se podría argumentar que en la disponibilidad de agua
potable está contemplado el uso en los inodoros. Así como para las duchas,
fregar, lavar, pero estos sí deben usar agua potable por un tema sanitario.
Pero si consideramos esto con algún grado de franqueza
es obvio que el uso de tanta agua para disponer de nuestros desechos fecales y
orina es un absurdo. Ahora bien, sin alternativas viables al presente, es una
realidad. Entonces la prudencia nos guía hacia el ahorro y un uso más racional.
Otro absurdo es el uso de papel higiénico de pulpa
virgen, en gran proporcion de bosques vírgenes, no de extensiones forestales
sostenibles, para limpiar nuestros traseros como se planteó en el artículo
"Un nuevo mundo", escrito a mediados del 2020.
Hay hábitos adquiridos que se hacen costumbre con el
paso del tiempo. Si estamos preocupados por la futura escasez de agua potable
es razonable concluir que debemos ser agentes activos del ahorro y uso más
racional como sugerido. Muchas veces pasamos por alto soluciones a serios
problemas porque sencillamente no hacemos «una parada» para reflexionar.
Vamos al ejemplo de las más queridas mascotas que
tenemos en nuestros hogares: perros y gatos. En los países subdesarrollados,
sobre todo, tenemos mataderos de estas criaturas en calles, avenidas,
carreteras y autopistas por causa de los vehículos. Escuchar los aullidos o
maullidos de dolor de estos animales atropellados, heridos de muerte en la
mayoría de los casos, es un escenario atroz, cruel e inhumano.
Una solución es implementar en estos países un
programa de alcance nacional, conjuntamente con las veterinarias, para
esterilizaciones gratuitas, y obligatorias, de toda mascota cuyos dueños no
garanticen el cuidado de las crías. Gratuitas para éstos, y el Estado pagaría a
las veterinarias un monto preacordado. Gandhi lo expuso claramente: «La
grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en
que trata a los animales».
Regresemos al agua, de la cual hay diez tipos:
potable, dulce, salada, salobre, dura o calcárea, blanda, destilada,
residuales, negras, grises y bruta (Ver:
https://www.iagua.es/respuestas/cuantos-tipos-agua-hay?amp). Acostumbro a
priorizar el aire, luego el agua, seguido del alimento, por obvias razones: el
tiempo de supervivencia sin ellos.
Recordamos aquella frase «el agua es vida» que tanto
se promovia en las décadas de los sesenta y setenta. Al presente hay
preocupación en un contexto macro por la deforestación de las capas boscosas de
las cuencas hidrográficas, la extracción de materiales de los ríos y los
desechos vertidos en ellos y los mares, la acidificación de los océanos, etc.
Dentro del marco de los individuos las iniciativas se
simplifican en responsabilidad personal... cada quien es dueño de sus actos.
Ahorrar agua es una obligación hacia nosotros mismos, por nuestros hijos y para
los demás, por igual.
Cuando uno ve el acelerado crecimiento de las ciudades
se pregunta: ¿De dónde sale todo ese material de construcción? Sobre todo
arena, grava, caliche, entre otros.
Loran Eisely escribió: «Si hay magia en este planeta,
está contenida en el agua». Yo le agregaría también el aire, pero no lo
"vemos", y a los humanos nos fascina ver. El problema del agua va de
mano con la población humana. Por ello se insertó el enlace de Yanis Varoufakis
para facilitar mejor comprensión con este grave problema global.
Que tengamos ya 7.8 billones de humanos no sería algo
preocupante si la mayoría fuera bien formada y consciente de la importancia del
agua y sus fuentes naturales. Pero aquí tenemos un escenario de cantidad contra
calidad. Si pudiera revertirse antes que las mismas fuerzas de la Naturaleza
nos doblegue de mala manera sería un logro para nuestra propia existencia.
Y las alternativas se están agotando. Nuestras
economías están atrapadas en el círculo deuda/consumo y es una apuesta
depredadora de los ecosistemas de forma sistémica. Demasiado se ha escrito y
advertido. Los que aportamos para concienciar también estamos en primera fila
como testigos en este circo rapaz de las riquezas naturales que permiten la
vida.
Quise decir una mentira como sugiere el título de este
artículo pero resultó que, opuesto, hay verdades tan evidentes que nos están
arrastrando a desastres generados por nosotros mismos y persistimos en la
demencial ruta de repetir, y hasta fortalecer, lo que sabemos nos está matando.
Ello es lo incomprensible, sin tomar en cuenta tampoco las futuras
generaciones.
Vamos a concluir con una frase de Ricardo Menéndez::
«Lo más aterrador del absurdo, a fin de cuentas, es que posea su propia
lógica».
Por AGUSTÍN
PEROZO BARINAS
Autor del libro sociopolítico La Tríada II.
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