GABRIELE MARTINELLI, UN ADOLESCENTE ACUSADO DE ABUSO DENTRO DE LA CIUDAD DEL VATICANO

CIUDAD DEL VATICANO (12 Julio 2021).- Las advertencias comenzaron a llegar hace ocho años, enviadas a algunas de las figuras más poderosas de la Iglesia Católica Romana, alertándolas sobre un posible delito de abuso sexual que se destacó de otros casos eclesiásticos.

 

El perfil del presunto abusador, por sí solo, era inusual: no un sacerdote, sino un monaguillo adolescente, quien se dice que había coaccionado a un compañero para participar en varios actos sexuales noche tras noche durante seis años. Y luego estaba la supuesta ubicación: dentro de las propias paredes del Vaticano, en un seminario juvenil para los 15 monaguillos que servían al Papa.

 

"Ahora mismo hay un niño que ya no debería estar", decía una carta anónima enviada al Papa Francisco y a varios cardenales en 2013, en la que se informaba al pontífice recién elegido de un presunto delincuente "a 20 metros de donde duermes".


El presunto abusador incluso había participado en la primera misa del pontífice en la Capilla Sixtina.

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