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"ALIVIEN LOS DOLORES DE LAS PERSONAS", EL LLAMADO DEL PAPA A LOS FRANCISCANOS SECULARES


CIUDAD DEL VATICANO (16 Noviembre 2021).- Luchar por la justicia, colaborar en proyectos misioneros, trabajar por una ecologĂ­a integral, comprometerse tambiĂ©n a nivel "social y polĂ­tico", sin olvidar nunca su vocaciĂłn primaria: estar entre la gente, con un estilo de vida "sencillo" y "sin pretensiones", traduciendo el Evangelio – fuente de esperanza en los dramas de hoy – en acciones concretas. Pocos dĂ­as despuĂ©s de su visita a AsĂ­s, para el encuentro con los pobres de Europa, el Papa Francisco recibiĂł en el Palacio ApostĂłlico a los franciscanos seculares, una rama de la familia franciscana que acoge entre sus miembros a laicos y laucas, incluso casados, que quieren vivir el Evangelio a la manera de San Francisco de AsĂ­s.

 

La llamada a la santidad

 

El Papa Francisco les recordĂł precisamente esta misiĂłn y vocaciĂłn, que toma la linfa de la "llamada universal a la santidad" dirigida a todos los bautizados. Una santidad, dijo, pedida por las constituciones generales, pero tambiĂ©n por la regla aprobada en 1978 por Pablo VI, que "implica la conversiĂłn del corazĂłn, atraĂ­do, conquistado y transformado" por Cristo, aquel que es "el bien, todo bien, el sumo bien". "Esto es lo que los hace verdaderos penitentes", añadiĂł Francisco. Sin embargo, hay que tener cuidado de no confundir "hacer penitencia" con "obras de penitencia": "Éstas – ayuno, limosna, mortificaciĂłn – son consecuencias de la decisiĂłn de abrir el corazĂłn a Dios”.

 

“¡Abran su corazĂłn a Dios! Abran su corazĂłn a Cristo, viviendo en medio de la gente comĂşn, al estilo de San Francisco. Como Francisco fue un 'espejo de Cristo', tambiĂ©n ustedes conviĂ©rtanse en 'espejos de Cristo’”

 

Pobreza y sencillez, signos distintivos frente a todos

 

El Santo Padre les recordĂł que "son hombres y mujeres comprometidos a vivir en el mundo segĂşn el carisma franciscano”. Y subrayĂł que la invitaciĂłn es, por tanto, a "abrazar" el Evangelio y a que la propia vida sea "modelada" por Ă©l:

 

“La vocaciĂłn del franciscano seglar es vivir el Evangelio en el mundo al estilo del ‘Poverello’, ‘sine glossa’; tomar el Evangelio como 'forma y regla' de vida”

 

De este modo, prosiguió destacando el Pontífice, asumirán la pobreza y la sencillez como sus signos distintivos ante los demás. Mientras "con su identidad franciscana y secular, son parte de la Iglesia en salida", añadió Francisco.

 

“Su lugar preferido es estar en medio de la gente, y allĂ­, como laicos – cĂ©libes o casados –, sacerdotes y obispos, cada uno segĂşn su vocaciĂłn especĂ­fica, dar testimonio de JesĂşs con una vida sencilla, sin pretensiones, contentos siempre de seguir a Cristo pobre y crucificado, como hicieron San Francisco y tantos hombres y mujeres de su Orden”

 

Hacia las periferias existenciales de hoy

 

El PontĂ­fice volviĂł a reiterar el estĂ­mulo, que siempre dirige a todos los fieles: "Salir hacia las periferias, las periferias existenciales de hoy, y hacer resonar allĂ­ la palabra del Evangelio".

 

"No olviden nunca a los pobres, que son la carne de Cristo", prosiguió, puesto que están llamados "anunciarles la Buena Noticia, como hizo, entre otros, Santa Isabel de Hungría, su Patrona". Y así como ayer "las 'fraternidades de penitentes' se distinguieron por fundar hospitales, dispensarios, comedores y otras obras de caridad social concreta", hoy "el Espíritu los envía a ejercer la misma caridad con la creatividad que requieren las nuevas formas de pobreza".

 

“Que su secularidad estĂ© llena de cercanĂ­a, compasiĂłn y ternura. Y que sean hombres y mujeres de esperanza, comprometidos a vivirla y tambiĂ©n a ‘organizarla’, traduciĂ©ndola en las situaciones concretas de cada dĂ­a, en las relaciones humanas, en el compromiso social y polĂ­tico; alimentando la esperanza en el mañana aliviando el dolor de hoy”

 

Artesanos de la paz

 

El Papa Francisco concluyĂł recordando el deseo de San Francisco: "Que toda la familia permanezca unida, respetando ciertamente la diversidad y la autonomĂ­a de los distintos componentes y tambiĂ©n de cada miembro". Pero siempre "en una comuniĂłn vital recĂ­proca", para soñar juntos con un mundo en el que todos sean y se sientan hermanos, y "esforzándose" juntos por construirlo: "Hombres y mujeres que luchan por la justicia y trabajan por una ecologĂ­a integral, colaborando en proyectos misioneros y convirtiĂ©ndose en artesanos de la paz y testigos de las Bienaventuranzas". AsĂ­, terminĂł diciendo el Santo Padre, “hemos comenzado el camino de la conversiĂłn y despuĂ©s, todas estas propuestas de fecundidad que salen del corazĂłn, unido al Señor y amante de la pobreza".

 

 

 

Por SALVATORE CERNUZIO/Vatican News


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