“ASÍ NO SE COMBATEN LAS DISCRIMINACIONES”, LA REACCIÓN DE LA SANTA SEDE ANTE LLAMADO COMISIÓN EUROPEA A NO UTILIZAR PALABRAS COMO NAVIDAD, MARÍA O JUAN
CIUDAD DEL VATICANO (30 Noviembre 2021).- "Quien va contra la realidad se pone en serio peligro". Así, en una entrevista con los medios de comunicación del Vaticano, el Secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, sobre el documento de la Comisión Europea en el que se invita a no utilizar palabras y nombres como Navidad, María o Juan.
Lamentablemente, la tendencia es la de homologar todo,
sin saber respetar las justas diferencias, al final se corre el riesgo de
destruir a la persona. Es el comentario del cardenal Pietro Parolin, Secretario
de Estado de la Santa Sede, tras la publicación de un documento interno que
tendría el objetivo de evitar la discriminación e invitar a la inclusión. En el
manual para la comunicación se invita a que se prefiera la expresión
"periodo de fiestas" a la de "periodo navideño". De hecho,
para garantizar el derecho de "toda persona a ser tratada por igual",
se suprimen palabras como "señorita" y "señora", pero
también "Navidad" y nombres como "María" o
"Juan". "No estamos prohibiendo el uso de la palabra
Navidad", dice un portavoz de la Comisión Europea.
Su
Eminencia, ¿qué opina de este asunto? ¿Por qué ocurre esto?
R. - Creo que la preocupación por cancelar toda
discriminación es justa. Es un camino del que cada vez somos más conscientes, y
que naturalmente debe traducirse en la práctica. Sin embargo, en mi opinión,
esta no es la manera de lograr este objetivo. Porque al final se corre el
riesgo de destruir, aniquilar a la persona, en dos direcciones principales. La
primera es la diferenciación que caracteriza a nuestro mundo, la tendencia, por
desgracia, es la de homologar todo, sin saber respetar ni siquiera las justas
diferencias, que naturalmente no deben convertirse en contraposición o fuente
de discriminación, sino que deben integrarse precisamente para construir una
humanidad plena e integral. La segunda es olvidar lo que es una realidad. Y
quien va en contra de la realidad se pone en serio peligro. Y luego está la
anulación de las raíces, especialmente en lo que respecta a las fiestas
cristianas, la dimensión cristiana de nuestra Europa también. Por supuesto,
sabemos que Europa debe su existencia y su identidad a muchos aportes, pero
ciertamente no podemos olvidar que uno de los principales aportes, si no el
principal, fueprecisamente el cristianismo. Por lo tanto, destruir la
diferencia y destruir las raíces significa precisamente destruir a la persona.
El Papa se prepara para emprender un viaje en Europa,
donde cultura, tradición y valores marcan sin duda un camino de acogida. Sin
embargo, hay quienes siguen construyendo una Europa que borra sus raíces...
R. - Sí, me parece que el Papa, incluso en el
videomensaje que dirigió a Grecia y Chipre antes de su partida hace unos días,
subraya precisamente esta dimensión europea: es decir, ir a las fuentes de
Europa, redescubriendo por tanto sus elementos constitutivos. Ciertamente, la
cultura griega es uno de estos elementos. A continuación, el Papa también se
refiere a Chipre como uno de los territorios europeos de Tierra Santa. Así que
me parece que este viaje llega en el momento justo, es un viaje que nos
recuerda precisamente estas dimensiones fundamentales que no pueden ser
borradas. Debemos redescubrir la capacidad de integrar todas estas realidades
sin ignorarlas, sin combatirlas, sin eliminarlas ni marginarlas.
Por MASSIMILIANO
MENICHETTI/Vatican News
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