CADA DOMINGO: MI MADRE, MI ABUELA Y LA NOCHE BUENA


Mi abuela Tata vivía en la pieza de al lado, para entonces la casona de la familia Valdez, Pedro Renville No. 52, y con nueva numeración la No. 100. Esta cercanía, conglomeraba a los Sánchez. 


Se producía un verdadero junte familiar. 


Mi abuela preparaba el mejor moro de la bolita del mundo; mis tías Lidia y Amantina, dos expertas en cocina, y mi tío Rojito,  un cocinero famoso. 

En una augusta sombrita del patio mis tíos, Mirito, Manolo, Guillermo, Rojito, y el vecino…masticaban el ron…mientras la sagrada discusión sobre LICEY Y ESCOGIDO. Sin dejar de lado, que mis tíos, son insuperables en conocimientos de la historia del beisbol nacional y de las grandes ligas…

A esos encuentros nunca faltó David, sobrino mayor de mi abuela, hijo de FABIAN SANCHEZ, que dejó eterno el apellido en San Pedro de Macorís, la Romana, en San Juan de Maguana, en Yaguate  y San Cristóbal…

Mi madre hacía de bonita anfitriona  de sus hermanos y sobrinos,  exquisita en el trato a los vecinos. Mi mamá es un amor…

A quienes lideran familias, la Noche Buena, es un momento propicio  y especial para el encuentro, para el reencuentro, para alivianar  cargas, para soportarnos, para tolerarnos, para despojarnos de cositas feas, para desnudarnos en  corazón y alma, PARA DARLE CANCHA AL AMOR, PARA REITERAR CARIÑO, AFECTO Y RESPETO, PARA ABONAR LA UNION FAMILIAR…

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