ANTE CUERPO DIPLOMÁTICO EL PAPA FRANCISCO INSTA A "LOS GOBIERNOS A INMUNIZAR LO POSIBLE A LA POBLACIÓN Y NO CEDER A LAS IDEOLOGÍAS ACTUALES"
CIUDAD DEL VATICANO (10 Enero 2022).- En su audiencia al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa Francisco se detuvo en las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia. Insistió en la cura necesaria para afrontar el problema. Hizo un llamamiento contra las guerras y en favor de los migrantes, que no son “mercancías con las que se puede comerciar”. Del pensamiento único afirmó que no se deben “borrar las diversidades para ser inclusivos". E insistió en "esclarecer los abusos"
El Papa Francisco celebró el esperado encuentro anual
con los miembros del Cuerpo diplomático ante la Santa Sede, para el tradicional
intercambio de felicitaciones al inicio del nuevo año. En su amplio discurso –
tras recordar que acaba de concluir el tiempo litúrgico de Navidad, que se
caracteriza por ser un período “privilegiado para cultivar las relaciones
familiares” – el Pontífice afirmó que deseaba continuar hoy con el mismo
espíritu, en este encuentro que los vio reunidos “como una gran familia, que se
encuentra y dialoga”. Además, destacó que el “objetivo de la diplomacia” es
“ayudar a dejar a un lado los desacuerdos de la convivencia humana, favorecer
la concordia y experimentar cómo, cuando superamos las arenas movedizas de los
conflictos, podemos redescubrir el sentido de la profunda unidad de la
realidad”.
Luces
y sombras de nuestro tiempo
El Santo Padre agradeció la presencia de los
embajadores en este “encuentro de familia”, que representa una “ocasión
propicia” – dijo – para formularse recíprocamente sus mejores deseos para el
año nuevo y para considerar juntos las luces y sombras de nuestro tiempo.
Francisco tomó la palabra después de la introducción del Decano, George
Poulides, Embajador de Chipre, a quien Su Santidad le agradeció sus palabras en
nombre de todo el Cuerpo diplomático.
Lucha
contra la pandemia
Destacó asimismo que, a través de ellos, deseaba hacer
llegar su saludo y afecto a los pueblos que representan y recordó que muchos de
ellos llegaron de otras capitales para unirse al nutrido grupo de los
embajadores residentes en Roma, “al que en breve también se agregará el de la
Confederación Suiza”. Dirigiéndose a los “queridos embajadores”, Francisco,
afirmó:
“En estos días vemos cómo la lucha contra la pandemia
requiere aún un notable esfuerzo por parte de todos y cómo también el nuevo año
se presenta desafiante. El coronavirus sigue creando aislamiento social y
cosechando víctimas y, entre los que han perdido la vida, quisiera recordar al
recientemente fallecido Monseñor Aldo Giordano, Nuncio Apostólico muy conocido
y estimado en el seno de la comunidad diplomática”
Tras destacar que se ha podido constatar “que en los
lugares donde se ha llevado adelante una campaña de vacunación eficaz, ha
disminuido el riesgo de un avance grave de la enfermedad”, el Papa dijo que “es
importante que se continúen los esfuerzos para inmunizar a la población lo más
que se pueda”. Lo que requiere, prosiguió, “un múltiple compromiso a nivel
personal, político y de la comunidad internacional en su conjunto”.
Cura
de realidad
Después de afirmar que “todos tenemos la
responsabilidad de cuidar de nosotros mismos y de nuestra salud”, y que “el
cuidado de la salud constituye una obligación moral”, Francisco lamentó que se
constata cada vez más que “vivimos en un mundo de fuertes contrastes
ideológicos”.
“Toda afirmación ideológica cercena los vínculos que
la razón humana tiene con la realidad objetiva de las cosas. En cambio, la
pandemia nos impone una suerte de ‘cura de realidad’, que requiere afrontar el
problema y adoptar los remedios adecuados para resolverlo. Las vacunas no son
instrumentos mágicos de curación, sino que representan ciertamente, junto con
los tratamientos que se están desarrollando, la solución más razonable para la
prevención de la enfermedad”
En cuanto a la política el Obispo de Roma dio que
“debe comprometerse a buscar el bien de la población por medio de decisiones de
prevención e inmunización, que interpelen también a los ciudadanos para que
puedan sentirse partícipes y responsables, por medio de una comunicación
transparente de las problemáticas y de las medidas idóneas para afrontarlas”.
Además, aludió a la “falta de firmeza decisional y de claridad comunicativa”
que “genera confusión, crea desconfianza y amenaza la cohesión social,
alimentando nuevas tensiones”, de manera que “se instaura un relativismo social
que hiere la armonía y la unidad”.
Después de manifestar la necesidad de “un compromiso
global de la comunidad internacional, para que toda la población mundial pueda
acceder de la misma manera a los tratamientos médicos esenciales y a las
vacunas”, el Santo Padre dijo textualmente:
“En particular, me permito exhortar a los Estados que
se están esforzando por establecer un instrumento internacional sobre la
preparación y la respuesta a las pandemias, bajo el patrocinio de la
Organización Mundial de la Salud, para que adopten una política de
desinteresada ayuda mutua, como principio clave para que el acceso a
instrumentos diagnósticos, vacunas y fármacos esté garantizado a todos”
“Al mismo tiempo, sería conveniente – añadió el Papa –
que instituciones como la Organización Mundial del Comercio y la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual adecuen sus propios instrumentos jurídicos,
para que las reglas monopólicas no constituyan ulteriores obstáculos a la
producción y a un acceso organizado y coherente a los tratamientos a nivel
mundial”.
Cercanía
y oración al Líbano
Al pasar revista de las condiciones mundiales el
Pontífice recordó que el año pasado tuvo la oportunidad de recibir a muchos
jefes de estado y de gobierno, además de diversas autoridades civiles y
religiosas. Y entre aquellos múltiples encuentros, mencionaó la jornada del
pasado 1 de julio, dedicada a la reflexión y a la oración por el Líbano.
“Al querido pueblo libanés, azotado por una crisis
económica y política difícil de remediar, deseo renovar hoy mi cercanía y mi
oración, mientras espero que las reformas necesarias y el apoyo de la comunidad
internacional ayuden al país a permanecer firme en su identidad como modelo de
coexistencia pacífica y de fraternidad entre las diversas religiones ahí
presentes”
Iraq
También recordó sus viajes apostólicos del año recién
transcurrido, por lo que manifestó la alegría que le produjo visitar Iraq. Un
hecho gracias a la Providencia que representó “un signo de esperanza después de
años de guerra y terrorismo”.
“El pueblo iraquí tiene derecho a recuperar la
dignidad que le pertenece y a vivir en paz. Sus raíces religiosas y culturales
son milenarias: Mesopotamia es cuna de civilización; fue de allí de donde Dios
llamó a Abrahán para dar inicio a la historia de la salvación”
Prosiguiendo en su recuerdo, el Papa aludió a su
visita a Budapest con motivo de la clausura del Congreso Eucarístico
Internacional; y, luego, Eslovaquia, sin olvidar su reciente viaje a Chipre y
Grecia, y el aspecto conmovedor que representó regresar a la isla de Lesbos,
donde constató “la generosidad de quienes trabajan para brindar acogida y ayuda
a los migrantes”, y donde vio “los rostros de muchos niños y adultos alojados
en los centros de acogida”.
Situación
de los migrantes
“En sus ojos – dijo Francisco – está el cansancio del
viaje, el miedo a un futuro incierto, el dolor por los propios seres queridos
que dejaron atrás y la nostalgia de la patria que se vieron obligados a
abandonar”.
“Ante estos rostros no podemos permanecer indiferentes
ni quedarnos atrincherados detrás de muros y alambres espinados, con el
pretexto de defender la seguridad o un estilo de vida”
Después de agradecer a quienes “se esfuerzan por
garantizar acogida y protección a los migrantes, haciéndose cargo también de su
promoción humana y de su integración en los países que los han acogido”, el
Papa manifestó que es “consciente de las dificultades que algunos estados
encuentran frente a flujos ingentes de personas”. Sin embargo, agregó:
“Es necesario vencer la indiferencia y rechazar la
idea de que los migrantes sean un problema de los demás. El resultado de
semejante planteamiento se ve en la deshumanización misma de los migrantes,
concentrados en los centros de registro e identificación – hotspot – donde
acaban siendo presa fácil de la delincuencia y de los traficantes de seres
humanos, o por intentar desesperados planes de fuga que a veces culminan con la
muerte”
Por otra parte, Su Santidad agregó que “es preciso
destacar que los mismos migrantes a menudo son transformados en armas de
coacción política, en una especie de artículo de negociación, que despoja a las
personas de su dignidad”. De ahí que haya querido “renovar” su “gratitud a las
autoridades italianas”, gracias a las cuales algunas personas pudieron viajar
con él a Roma desde Chipre y Grecia. Algo que Francisco definió como “un gesto
sencillo pero significativo” y con su agradecimiento dijo:
“Al pueblo italiano, que sufrió mucho al comienzo de
la pandemia, pero que también ha demostrado alentadores signos de recuperación,
dirijo mis mejores votos, para que mantenga siempre el espíritu de apertura
generosa y solidaria que lo distingue”
Destacando, además, lo importante que es que la Unión
Europea “encuentre su cohesión interna en la gestión de las migraciones”, el
Papa hizo hincapié en la necesidad de “dar vida a un sistema coherente e
integral de gestión de las políticas migratorias y de asilo, de modo que se
compartan las responsabilidades en la recepción de migrantes, la revisión de
las solicitudes de asilo, la redistribución e integración de cuantos puedan ser
acogidos”.
“La capacidad de negociar y encontrar soluciones
compartidas es uno de los puntos de fuerza de la Unión Europea y constituye un
modelo válido para afrontar con visión los retos globales que nos esperan”
Nadie
se puede salvar por sí mismo
De las migraciones, el Papa recordó que “no conciernen
sólo a Europa”, que se ve afectada por los flujos provenientes de África y
Asia, puesto que en estos años se ha asistido “al éxodo de los prófugos sirios,
al que se han agregado en los últimos meses los que huyeron de Afganistán”, sin
olvidar “los éxodos masivos que afectan al continente americano y que crean
presión en la frontera entre México y Estados Unidos de América”. Recordó, además,
que “muchos de esos migrantes son haitianos que huyen de las tragedias que han
golpeado su país en estos años”.
“La cuestión migratoria, como también la pandemia y el
cambio climático, muestran claramente que nadie se puede salvar por sí mismo,
es decir, que los grandes desafíos de nuestro tiempo son todos globales. Por
eso, es preocupante constatar que, frente a una mayor interconexión de los
problemas, vaya creciendo una mayor fragmentación de las soluciones”
Recuperar
el sentido de la familia humana
Mientras al destacar cierta “falta de voluntad de
querer abrir ventanas de diálogo y señales de fraternidad”, lo que “termina por
alimentar más tensiones y divisiones”, además de “una sensación generalizada de
incertidumbre e inestabilidad”, Francisco afirmó que hay que “recuperar el
sentido de nuestra común identidad como única familia humana”.
Crisis
de confianza de la diplomacia multilateral
En su visión general del planeta el Papa no dudó en
afirmar que “la diplomacia multilateral atraviesa una crisis de confianza,
debida a una reducida credibilidad de los sistemas sociales, gubernamentales e
intergubernamentales”. Algo que “genera una falta de aprecio hacia los
organismos internacionales por parte de muchos estados y debilita el sistema
multilateral en su conjunto, reduciendo cada vez más su capacidad para afrontar
los desafíos globales”.
Colonización
ideológica
Un “déficit de eficacia de muchas organizaciones
internacionales” que obedece también “a las diferentes visiones” de sus
miembros y de “los fines” que se “deberían alcanzar”. Después de destacar que
“el centro de interés” suele haberse “trasladado a temáticas que por su
naturaleza provocan divisiones y no están estrechamente relacionadas con el fin
de la organización, dando como resultado agendas cada vez más dictadas por un
pensamiento que reniega los fundamentos naturales de la humanidad y las raíces
culturales que constituyen la identidad de muchos pueblos”, el Papa agregó:
“Como tuve oportunidad de afirmar en otras ocasiones,
considero que se trata de una forma de colonización ideológica, que no deja
espacio a la libertad de expresión y que hoy asume cada vez más la forma de esa
cultura de la cancelación, que invade muchos ámbitos e instituciones públicas”
Hermenéutica
de la época
El Papa aludió asimismo al “riesgo de acallar las
posiciones que defienden una idea respetuosa y equilibrada de las diferentes
sensibilidades” mientras “se está elaborando un pensamiento único – peligroso –
obligado a renegar la historia o, peor aún, a reescribirla en base a categorías
contemporáneas”, cuando “toda situación histórica debe interpretarse según la
hermenéutica de la época, no la hermenéutica de hoy”.
“Por eso, la diplomacia multilateral está llamada a
ser verdaderamente inclusiva, no suprimiendo sino valorando las diversidades y
las sensibilidades históricas que distinguen a los distintos pueblos”
Valores
permanentes
El Pontífice dijo también que nunca hay que olvidar
los “hermenéutica de la época”. Por esta razón destacó “el derecho a la vida,
desde la concepción hasta su fin natural, y el derecho a la libertad
religiosa”.
En cuanto al “cuidado de nuestra casa común, que está
sufriendo a causa de una continua e indiscriminada explotación de los
recursos”, el Pontífice dirigió su pensamiento a Filipinas y otras naciones del
Pacífico, “vulnerables por los efectos negativos del cambio climático”. Por eso
manifestó que se “debe impulsar a la comunidad internacional en su conjunto”
para que encuentre “soluciones comunes” que se pongan práctica.
Soluciones
comunes
El Santo Padre recordó la reciente COP26 de Glasgow,
en la que “se dieron algunos pasos que van en la correcta dirección, aunque más
bien débiles respecto a la consistencia del problema a afrontar”. De ahí su
afirmación:
“El camino para alcanzar los objetivos del Acuerdo de
París es complejo y parece todavía largo, mientras el tiempo a disposición es
cada vez menos. Todavía hay mucho que hacer, y por consiguiente el 2022 será
otro año fundamental para verificar cuánto y cómo, lo que se decidió en
Glasgow, pueda y deba ser reforzado posteriormente, en consideración a la
COP27, prevista para el próximo mes de noviembre en Egipto”
Diálogo
y fraternidad
En este amplio discurso el Pontífice también planteó a
los embajadores la cuestión del “diálogo y la fraternidad: como “dos frentes
esenciales para superar las crisis del momento actual”.
“Sin embargo, «a pesar de los numerosos esfuerzos
encaminados a un diálogo constructivo entre las naciones, el ruido ensordecedor
de las guerras y los conflictos se amplifica», y toda la comunidad
internacional debe interrogarse sobre la urgencia de encontrar soluciones a los
interminables conflictos, que a veces adoptan la forma de verdaderas guerras
subsidiarias”
Tragedias
humanas causadas por las guerras
Por eso su pensamiento se dirigió, en primer lugar, a
Siria, “donde todavía no hay un horizonte claro para la recuperación del país”,
donde su pueblo “sigue llorando a sus muertos y la pérdida de todo, con la
esperanza de un futuro mejor”. Recordó asimismo el conflicto en Yemen, que
definió como “una tragedia humana que lleva años desarrollándose en silencio”.
De la misma manera destacó que “el año pasado no se produjo ningún avance en el
proceso de paz entre Israel y Palestina. Y manifestó su deseo de que ambos
pueblos reconstruyan la confianza recíproca para vivir “en paz y seguridad, sin
odio ni resentimiento, pero curados por el perdón recíproco”.
Francisco no olvidó “las tensiones institucionales en
Libia que “son motivo de preocupación”, así como también “los episodios de
violencia provocados por el terrorismo internacional en la región del Sahel y
los conflictos internos en Sudán, Sudán del Sur y Etiopía, donde es necesario
encontrar el camino de la reconciliación y la paz a través de un debate
sincero, que ponga las exigencias de la población en primer lugar”.
Continente
americano
Igualmente “las desigualdades profundas, las
injusticias y la corrupción endémica, así como las diversas formas de pobreza
que ofenden la dignidad de las personas, también siguen alimentando los
conflictos sociales en el continente americano – dijo Francisco – donde la
polarización cada vez más fuerte no ayuda a resolver los problemas reales y
urgentes de los ciudadanos, especialmente de los más pobres y vulnerables”.
Enfrentamientos
en tantas regiones
Auspició, además, “confianza mutua” y “voluntad para un
debate sereno” “para encontrar soluciones aceptables y duraderas en Ucrania y
en el Cáucaso meridional, así como evitar la apertura de nuevas crisis en los
Balcanes, sobre todo en Bosnia y Herzegovina”. Mientras el “diálogo” y la
“fraternidad” “son más urgentes que nunca para hacer frente, con sabiduría y
eficacia, a la crisis que afecta desde hace casi un año a Myanmar, donde las
calles que antes eran lugares de encuentro son ahora escenario de
enfrentamientos, que no perdonan ni siquiera los lugares de oración”.
Ilusión
de las armas
“Evidentemente – prosiguió diciendo el Papa – estos
conflictos “se ven facilitados por la abundancia de armas disponibles y la
falta de escrúpulos de quienes se encargan de difundirlas”. Y al recordar que
solemos tener “la ilusión de que las armas sólo sirven para disuadir a posibles
agresores”, añadió que “la historia, y por desgracia también las noticias, nos
enseñan que no es así”.
“Quien tiene armas, tarde o temprano acaba usándolas,
porque, como decía san Pablo VI, ‘no es posible amar con armas ofensivas en las
manos’”
Armas
nucleares
Todas estas preocupaciones – dijo el Papa – “se
concretan aún más hoy en día por la disponibilidad y el uso de armamentos
autónomos, que pueden tener consecuencias terribles e imprevisibles, mientras
que deberían estar sujetas a la responsabilidad de la comunidad internacional”.
Y en cuanto a las armas nucleares, afirmó “que son motivo de especial
preocupación”. Además, recordó que a finales de diciembre pasado “se pospuso de
nuevo, por causa de la pandemia, la X Conferencia de Revisión del Tratado de No
Proliferación de las Armas Nucleares, que estaba prevista en Nueva York para
estos días”.
“Un mundo sin armas nucleares es posible y necesario.
En este sentido, deseo que la comunidad internacional aproveche la oportunidad
de dicha conferencia para dar un paso significativo en esta dirección”
Después de asegurar que la “Santa Sede sigue
insistiendo en que las armas nucleares son instrumentos inadecuados e
inapropiados para responder a las amenazas a la seguridad en el siglo XXI y que
su posesión es inmoral”, Francisco puso de manifiesto que “su fabricación
desvía recursos a las perspectivas de un desarrollo humano integral y su uso
“amenaza la existencia misma de la humanidad”. A la vez que afrimó que “la
Santa Sede considera también importante que la reanudación de las negociaciones
en Viena sobre el Acuerdo Nuclear con Irán (Joint Comprehensive Plan of Action)
pueda alcanzar resultados positivos para garantizar un mundo más seguro y fraterno”.
Tras recordar que, en su mensaje para la Jornada
Mundial de la Paz, destacó los elementos que considera “esenciales para
fomentar una cultura del diálogo y la fraternidad”, el Papa dijo que “un lugar
especial lo ocupa la educación, a través de la cual se forman las nuevas
generaciones, que son la esperanza y el futuro del mundo”.
“El proceso educativo es lento y complicado, a veces
puede llevar al desánimo, pero nunca se puede abandonar; es una expresión
eminente del diálogo, porque no hay verdadera educación que no sea dialógica en
su estructura”
Asimismo, el Pontífice recordó que la Santa Sede “ha
subrayado el valor de la educación participando en la Expo Dubái 2021, en los
Emiratos Árabes Unidos, con un pabellón inspirado en el tema de la Exposición:
‘Conectando mentes, creando el futuro’”. Afirmó que “la Iglesia Católica
siempre ha reconocido y valorado el papel de la educación en el crecimiento
espiritual, moral y social de las nuevas generaciones”. Por ello, añadió:
Abusos
“Me resulta aún más doloroso constatar – añadió el
Papa – que en diversos ámbitos educativos – parroquias y colegios – se han
producido abusos a menores, con graves consecuencias psicológicas y
espirituales para las personas que los han sufrido. Son crímenes sobre los que
debe haber una firme voluntad de esclarecimiento, examinando los casos
individuales para determinar las responsabilidades, hacer justicia a las
víctimas y evitar que semejantes atrocidades se repitan en el futuro”.
De la pandemia que “ha impedido que numerosos jóvenes
accedan a los centros educativos, en detrimento de su desarrollo personal y
social”, el Santo Padre dijo que sin “negar la utilidad de la tecnología y sus
productos, que nos permiten conectarnos cada vez más fácil y rápidamente”,
deseaba “señalar la urgente necesidad de vigilar para que estos instrumentos no
sustituyan las verdaderas relaciones humanas, a nivel interpersonal, familiar,
social e internacional”. Puesto que:
“Si se aprende a aislarse desde pequeños, será más
difícil en el futuro construir puentes de fraternidad y paz. En un universo
donde sólo existe el ‘yo’, difícilmente puede haber lugar para el ‘nosotros’”
Trabajo
Al recordar brevemente la cuestión del trabajo como
“factor indispensable para construir y mantener la paz”, dijo que “es expresión
de uno mismo y de los propios dones, pero también es compromiso, esfuerzo,
colaboración con otros, porque se trabaja siempre con o por alguien”.
“En esta perspectiva marcadamente social, el trabajo
es el lugar donde aprendemos a ofrecer nuestra contribución por un mundo más
habitable y hermoso”
Con la pandemia que “ha puesto a prueba la economía
mundial, con graves repercusiones para las familias y los trabajadores, que
están experimentando situaciones de angustia psicológica”, el Pontífice destacó
la cuestión económica, que “ha puesto aún más de manifiesto la persistencia de
las desigualdades” en los diversos ámbitos, sin olvidar “el acceso al agua
potable, la alimentación, la educación y la atención médica”.
“El número de personas que viven en pobreza extrema
está aumentando considerablemente. Además, la crisis sanitaria ha llevado a
muchos trabajadores a cambiar el tipo de empleo y a veces los ha obligado a
entrar en el espacio de la economía sumergida, privándolos también de las
medidas de protección social previstas en muchos países”
La
cuestión ecológica
Después de destacar que “el trabajo es también ocasión
para descubrir la propia dignidad, para ir al encuentro de los demás y crecer
como ser humano”, Francisco dijo a los embajadores que “es necesaria una mayor
cooperación entre todos los actores a nivel local, nacional, regional y
mundial, especialmente en el próximo período, con los desafíos que plantea la
deseada reconversión ecológica”.
Planes de paz
Por último, el Papa les dijo que “el profeta Jeremías
nos recuerda que Dios tiene para nosotros `planes de paz y no de desgracia, de
darnos un futuro y una esperanza’. Por eso –agregó Francisco – no debemos tener
miedo de dar cabida a la paz en nuestras vidas, cultivando el diálogo y la
fraternidad entre nosotros”.
“La paz es un bien ‘contagioso’, que se propaga desde
el corazón de quienes la desean y aspiran a vivirla, alcanzando al mundo
entero. A cada uno de ustedes, a sus seres queridos y a sus pueblos les renuevo
mi bendición y mi más sincero deseo de un año de serenidad y paz”
Estados que mantienen relaciones diplomáticas con la
Santa Sede
Cabe destacar que actualmente son 183 los Estados que
mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede. A ellos hay que añadir la
Unión Europea y la Soberana Orden Militar de Malta. Son 87 las cancillerías de
embajada con sede en Roma, incluidas las de la Unión Europea y la Soberana
Orden Militar de Malta. Además, también se encuentran en Roma las oficinas de
la Liga de los Estados Árabes, la Organización Internacional para las
Migraciones y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Durante el año 2021 – el 10 de febrero – se ratificó
el Séptimo Acuerdo Adicional entre la Santa Sede y la República de Austria al
Convenio para la Regulación de las Relaciones Patrimoniales del 23 de junio de
1960, firmado el 12 de noviembre de 2020. El 26 de noviembre de 2021, la Santa
Sede depositó el instrumento de ratificación del Convenio mundial sobre el
reconocimiento de las cualificaciones en la educación superior, adoptado por la
UNESCO el 25 de noviembre de 2019. Además, el 31 de mayo se formalizó la
participación de la Santa Sede en los trabajos de la Organización Mundial de la
Salud como Estado observador no miembro.
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