PESE A LEVE MEJORÍA, LA REPÚBLICA DOMINICANA SIGUE ENTRE LOS PAÍSES MÁS CORRUPTOS DE AMÉRICA LATINA, DICE TRANSPARENCIA INTERNACIONAL
BERLÍN (25 Enero 2022).- La corrupción lleva una década enquistada en América Latina, con escasos avances y muchos retrocesos en materia de democracia y derechos humanos, según Transparencia Internacional, que hoy alertó del deterioro especial en Centroamérica.
Transparencia Internacional (TI) publicó este martes
su Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) de 2021, que advierte de esa
evolución en Centroamérica, donde avanza el autoritarismo, pero también de los
datos de la última década en democracias consolidadas como Chile.
Prácticamente ningún país puede presumir de mejoras
importantes en estos últimos diez años en los que se lleva publicando el
índice, puesto que la gran mayoría apenas han registrado avances o incluso han
retrocedido en la clasificación que TI elabora cada año.
A la cabeza repiten Uruguay y Chile, con 73 y 67
puntos respectivamente sobre un máximo de 100, mientras que Venezuela (14) y
Nicaragua (20) siguen siendo los países más corruptos de la región según ese
índice.
Del resto, el único que aprueba es Costa Rica, con 58
puntos, al que siguen Cuba (46), Colombia (39), Argentina, Brasil (38),
Ecuador, Panamá, Perú (36), El Salvador (34), México (31), Bolivia, República
Dominicana, Paraguay (30), Guatemala (25) y Honduras (23).
El informe repasa también la evolución en estos
últimos diez años de clasificaciones- Paraguay es el único que ha mejorado
significativamente su puntuación; Chile, Guatemala, Honduras, Nicaragua o
Venezuela han caído considerablemente.
Luciana Torchiaro, asesora regional para América
Latina de TI, explicó a Efe que este estancamiento no solo “ha socavado la
democracia y los derechos humanos”, sino que también ha reincidido en los
índices de pobreza y desigualdad y afectado a la lucha contra la pandemia.3
Democracia
y corrupción
La ONG lamenta que, a pesar de tener un amplio
desarrollo legislativo y un compromiso regional de actuar contra este fenómeno,
la corrupción sigue debilitando la democracia y el respeto de los derechos
humanos. Torchiaro reconoce que la región cuenta con una buena legislación
contra la corrupción y que los gobiernos han asumido compromisos pero que
“faltan acciones firmes para cumplirlos».
Para ello, opina la analista, “hay que dotar a los
organismos públicos encargados de implementar estas leyes de los recursos
necesarios económicos y técnicos, y, por supuesto, sumarle voluntad política”.
Además, Torchiaro incide en la importancia de garantizar la separación de
poderes, en una región donde “el sistema de pesos y contrapesos es muy débil».
TI denuncia que en 2021 se produjeron en América
Latina graves ataques contra la prensa, la libertad de expresión y la libertad
de asociación. Derechos civiles y políticos que califica de “fundamentales para
que haya democracias sanas y sin corrupción».
Situación
de especial preocupación en Centroamérica
El informe muestra especial preocupación por la
situación en Centroamérica, donde alerta del creciente autoritarismo en
Nicaragua y El Salvador. En Nicaragua, la concentración de poder ha permitido
que el gobierno de Daniel Ortega viole los derechos humanos y se burle del
sistema electoral, denuncia la ONG.
En El Salvador, el gobierno de Bukele ha emprendido
una deriva autoritaria con medidas que socavan la independencia del poder
judicial y con ataques públicos a organizaciones de las sociedad civil,
activistas y periodistas independientes.
Sobre Venezuela, subraya que no solo se sitúa a la
cola de la clasificación, sino que ha obtenido la puntuación más baja de su
historia y el país es uno de los más corruptos del mundo.
Muchas
sombras y pocas luces TI
lamenta que las promesas hechas en campaña electoral
de lucha contra la corrupción no llegan en la mayoría de casos a
materializarse. Dice que en México no se ha avanzado nada este año pese a la
retórica anticorrupción del presidente López Obrador.
Destaca los grandes escándalos de corrupción que
involucran a colaboradores del gobierno y las críticas por uso político y
electoral de la Fiscalía General. Argentina es el país latinoamericano que más
retrocede en 2021, pierde 4 puntos respecto a 2020, resultado de la sensación
de impunidad derivada de la injerencia política en la justicia y, sobre todo,
de los escándalos relacionados con el proceso de vacunación. Entre las democracias
más robustas de la región destacan Uruguay y Chile.
El primero consigue mantenerse, demostrando que la
solidez de las instituciones, la independencia judicial y los derechos
fundamentales son claves para combatir la corrupción. “Lo que hemos podido confirmar
con el caso de Uruguay es una de las grandes hipótesis de Transparencia
Internacional- cuando las instituciones fuertes y democráticas funcionan, la
corrupción es menor”, añade Torchiaro.
En cambio, Chile sigue estancado en los 67 puntos
desde 2017. Los escándalos de corrupción relacionados con la política o con las
fuerzas de seguridad conocidos en estos diez años, como el Pentagate de 2014,
han socavado la confianza en las instituciones en el país, que sigue lejos de
los 73 puntos que llegó a alcanzar.
Sin embargo, TI celebra que el país tiene una
“oportunidad única» para revertir esta tendencia si incorpora elementos
anticorrupción en la propuesta de una nueva Constitución.
“Es fundamental que los gobiernos pasen de la palabra
a la acción”, reclama Torchiaro, para quien es importante también que la
ciudadanía pueda controlar al poder, exigir la rendición de cuentas y
cuestionar lo que está pasando.
“Los grandes cambios no solo suceden desde arriba,
sino también desde abajo. El éxito en la lucha contra la corrupción depende de
que todos los sectores, todas y todos, pongamos un granito de arena”, concluye
la analista.
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