"QUE NO SEA OLVIDADA ESTA CRUELDAD INDECIBLE": EL PAPA SOBRE EL HOLOCAUSTO
CIUDAD DEL VATICANO (26 Enero 2022).- Las palabras de Francisco, al final de la audiencia general, en la víspera del Día Internacional de la Memoria. Llamamiento a las familias y a los educadores: "Fomentar la conciencia de las nuevas generaciones sobre el horror de esta página negra de la historia". Encuentro con Lidia Maksymowicz, superviviente de Auschwitz.
"Esta indecible crueldad no debe repetirse
jamás". Francisco remarca bien las sílabas, como si quisiera imprimir en
la mente y en el corazón, sobre todo de las nuevas generaciones en las que los
males del racismo y del antisemitismo parecen volver a proliferar, el dolor por
todas las víctimas del Holocausto. En la víspera del Día Internacional de la
Memoria, en el 76º Aniversario de la liberación del campo de exterminio de
Auschwitz-Birkenau, símbolo del Holocausto que quebró la vida de millones de
personas y familias, el Papa Francisco lanzó un llamamiento al final de la
audiencia general.
“Es necesario recordar el exterminio de millones de
judíos y de personas de diferentes nacionalidades y confesiones religiosas.
Esta indecible crueldad no debe repetirse jamás”
Llamado
a los educadores y las familias
El Papa se dirige a todos, pero en particular "a
los educadores y a las familias, para que fomenten en las nuevas generaciones
la conciencia del horror de esta página negra de la historia". Se trata de
una advertencia para mantener viva la atención sobre este horror también en el
futuro, para que no se ofusque cuando desaparezcan los últimos testigos.
"Que no se olvide nunca", dice el Pontífice, "para que podamos
construir un futuro en el que la dignidad humana no vuelva a ser
pisoteada".
El llamamiento se convirtió en un abrazo al final de
la audiencia, cuando el Papa -sentado en una silla al pie de la escalinata del
Aula Pablo VI- saludó a Lidia Maksymowicz, una mujer polaca de origen
bielorruso, internada en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau con su
madre a los tres años y que luego de haber desaparecido, fue reencontrada en
edad adulta en Rusia.
Este es el segundo encuentro entre el Papa y Lidia,
testigo vivo de los males de los campos de concentración y de los experimentos
del doctor Josef Mengele. Ya el 26 de mayo de 2021, al final de una audiencia
general en el patio de San Dámaso, Lidia había saludado a Francisco que, ante
el asombro colectivo, se había inclinado para besar el número tatuado en su
brazo, en recuerdo, después de 77 años, del horror vivido: "70072".
"El beso del Santo Padre me fortaleció y me
reconcilió con el mundo", dijo Maksymowicz a Vatican News en una
entrevista inmediatamente después de la audiencia. Francisco también ha
acariciado hoy el tatuaje del brazo de Lidia, que ha llevado algunos regalos al
Pontífice, entre ellos el libro sobre su vida, "La bambina che non sapeva
odiare" (La niña que no sabía odiar) recientemente publicado por la
editorial Solferino, y una fotografía impresa en lienzo de un encuentro con Juan
Pablo II, del que la superviviente dijo que era muy devota.
Una
inmensa tragedia
El año pasado, con motivo del Día de la Memoria, el
Papa recordó "esta terrible tragedia" en el Ángelus, diciendo:
"La indiferencia no es admisible y el recuerdo es un deber". E invitó
a los fieles a rezar "diciendo en sus corazones: nunca más".
Silencio
en el abismo de Auschwitz
Es precisamente ese "nunca más" el que,
aunque acallado en favor de un silencio más elocuente que cualquier frase o
discurso, brilló en los gestos del Papa en su peregrinación de dolor a lo largo
del abismo de Auschwitz-Birkenau, durante su viaje a Polonia en 2016. Entre las
oraciones ante el muro de las ejecuciones o en la celda donde San Maximiliano
Kolbe pasó los últimos momentos de su vida, entre los abrazos con los
supervivientes y los paseos con la cabeza inclinada entre los monumentos de
mármol, de la boca de Francisco no salían palabras. Sólo había una oración en
el alma del Papa, la misma que dejó escrita en español en el Libro de Honor del
campo de exterminio:
“[ Señor ten piedad de tu pueblo. Señor, ¡perdón por
tanta crueldad!”
“Señor, ten piedad de tu pueblo. Señor, perdónales por
tanta crueldad. ]”
Por SALVATORE
CERNUZIO/Vatican News
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