"DEJEMOS SUBIR A JESÚS A LA BARCA DE NUESTRA VIDA": EL PAPA EN EL ÁNGELUS
CIUDAD DEL VATICANO (6 Febrero 2022).- Este V Domingo del Tiempo Ordinario, a la hora de rezar la oración mariana del Ángelus, el Santo Padre recordó que, “siempre podemos volver a empezar, el Señor siempre nos invita a volver a ponernos en juego porque Él abre nuevas posibilidades”.
“Ahuyentemos el pesimismo y la desconfianza y entremos
mar adentro con Jesús. Incluso nuestra pequeña barca vacía será testigo de una
pesca milagrosa”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la
oración mariana del Ángelus, de este V Domingo del Tiempo Ordinario. Comentando
el Evangelio que la liturgia presenta este domingo, el Pontífice recordó que,
una multitud seguía a Jesús a orillas del mar de Galilea, donde también se
encontraban algunos pescadores decepcionados, entre ellos Simón Pedro, que
lavan sus redes después de una noche de pesca infructuosa. Luego subió a una
barca, y Jesús los invitó a ir mar adentro y echar de nuevo las redes.
Dos
acciones de Jesús: enseñar y volver a empezar
En este contexto, el Santo Padre se detuvo a
reflexionar en dos acciones de Jesús: el primero, sube a la barca y, luego,
invita a ir mar adentro. Explicando esta primera acción, el Papa señaló que,
Jesús sube a la barca de Simón para enseñar. “Pide precisamente esa barca, que
no está llena de peces, sino que ha regresado a la orilla vacía, tras una noche
de trabajo y decepción. Es una bella imagen para nosotros también – indicó el
Pontífice – cada día la barca de nuestra vida abandona la orilla de nuestro
hogar para adentrarse en el mar de las actividades cotidianas; cada día
intentamos ‘pescar mar adentro’, cultivar sueños, llevar adelante proyectos,
vivir el amor en nuestras relaciones”. Pero a menudo, como Pedro, precisó el
Papa, experimentamos la “noche de las redes vacías”, la decepción de esforzarse
tanto y no ver los resultados deseados.
“‘Hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado
nada’ (v. 5). Cuántas veces también nosotros nos quedamos con una sensación de
derrota, mientras la decepción y la amargura surgen en nuestros corazones”
Nuestra
barca vacía, la cátedra de Jesús
En este sentido, el Papa Francisco señaló que, Jesús
elige subirse a nuestra barca. Desde allí quiere anunciar el Evangelio al
mundo. “Precisamente esa barca vacía, símbolo de nuestra incapacidad – subrayó
el Pontífice – se convierte en la ‘cátedra’ de Jesús, en el púlpito desde el
que proclama la Palabra. Esto es lo que le gusta hacer al Señor: subir a la
barca de nuestra vida cuando no tenemos nada que ofrecerle; entrar en nuestros
vacíos y llenarlos con su presencia; servirse de nuestra pobreza para proclamar
su riqueza, de nuestras miserias para proclamar su misericordia”. Recordemos
esto, señaló el Papa, Dios no quiere un crucero, le basta con una pobre barca
“destartalada”, siempre que lo acojamos.
“A veces nos sentimos indignos de Él porque somos pecadores.
Pero esta es una excusa que no le gusta al Señor, porque lo aleja de nosotros.
Es el Dios de la cercanía: no busca el perfeccionismo, sino la acogida. También
a ti te dice: ‘Déjame subir a la barca de tu vida, tal como es’”
Con
Jesús se navega por el mar de la vida sin miedo
La segunda acción sobre la que reflexionó el Santo
Padre se refiere a, como el Señor reconstruye la confianza de Pedro. Tras subir
a su barca, después de predicar, le dice: "Rema mar adentro". “No era
una hora adecuada para pescar, pero Pedro confía en Jesús. No se apoya en las
estrategias de los pescadores, que conocía bien, sino en la novedad de Jesús”.
Lo mismo ocurre con nosotros, agregó el Papa, si acogemos al Señor en nuestra
barca, podemos ir mar adentro. Con Jesús se navega por el mar de la vida sin
miedo, sin ceder a la decepción cuando no se pesca nada, y sin ceder al “no hay
nada más que hacer”. Siempre, tanto en la vida personal como en la vida de la
Iglesia y de la sociedad, se puede hacer algo que sea hermoso y valiente.
Siempre podemos volver a empezar, el Señor siempre nos invita a volver a
ponernos en juego porque Él abre nuevas posibilidades.
El Santo Padre concluyó su alocución alentándonos a
aceptar la invitación de Jesús que nos dice: “ahuyentemos el pesimismo y la
desconfianza y entremos mar adentro con Jesús. Incluso nuestra pequeña barca
vacía será testigo de una pesca milagrosa”. Finalmente, el Papa pidió a María,
que ella como ninguna otra que acogió al Señor en la barca de la vida, nos
anime e interceda por nosotros.
Por RENATO
MARTÍNEZ/Vatican News
No hay comentarios.: