QUE EL CUIDADO SEA INTEGRAL, NO OLVIDAR SINGULARIDAD DE CADA ENFERMO: EL LLAMADO DEL PAPA FRANCISCO

CIUDAD DEL VATICANO (11 Febrero 2022).- El cuidado “no se puede diseccionar”. De hecho, “los santos que atendían a los enfermos seguían siempre las enseñanzas del Maestro: curar las heridas del cuerpo y del alma; rezar y actuar por la curación física y espiritual al mismo tiempo”. Así,el Papa en un video mensaje para la XXX Jornada Mundial del enfermo invita a ampliar nuestra mirada y a reflexionar sobre otro tipo de patologías que amenazan a la humanidad y al mundo.


“No hay que olvidar nunca la singularidad de cada enfermo, con su dignidad y sus fragilidades.  Es toda la persona en su integralidad la que  necesita cuidados: el cuerpo, la mente, los afectos, la libertad y la voluntad, la vida espiritual…”. Lo hace presente el Papa Francisco en un Video Mensaje enviado al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral con motivo del webinar organizado por el departamento vaticano para la XXX Jornada Mundial del Enfermo.

Curar cuerpo y alma

El pontífice, que constata la fragilidad que se desprende de la experiencia de la enfermedad, señala que el cuidado “no se puede diseccionar”: pone, de hecho, como estrella polar de los cristianos, el ejemplo de los santos que atendían a los enfermos siguiendo las enseñanzas del Maestro, curando las heridas del cuerpo y del alma al mismo tiempo. También hace presente que este tiempo de pandemia invita “a reflexionar”, sobre “otro tipo de patologías” que amenazan a la humanidad y al mundo, como “el individualismo y la indiferencia hacia los demás”:

Son formas de egoísmo que desgraciadamente se amplifican en la sociedad de bienestar consumista y del liberalismo económico; y las desigualdades resultantes se encuentran también en el ámbito de la salud, donde algunos disfrutan de las llamadas "excelencias" y muchos otros tienen dificultades para acceder a los cuidados básicos.

El "antídoto" contra el individualismo 

Para curar este "virus" social el Santo Padre señala “el antídoto”, es decir, la “base” con la que será posible tener “curas eficaces para todos”, a saber, “la cultura de la fraternidad, fundada en la conciencia de que todos somos iguales como personas humanas, todos iguales, hijos de un solo Padre”.  Posa luego su mirada en los dispensarios y en las estructuras sanitarias de los países en desarrollo así como en las numerosas hermanas y hermanos misioneros que han dedicado su vida a atender a los enfermos más indigentes, en los santos y santas de todo el mundo que han puesto en marcha obras sanitarias dando lugar también al nacimiento de congregaciones religiosas, y afirma:

También hoy esta vocación y misión de cuidado humano integral debe renovar los carismas en el ámbito sanitario, para que no falte la cercanía hacia los que sufren.

Gratitud a todos los que están cerca de los enfermos cada día

Francisco, que reitera su gratitud “a todos los que en la vida y en el trabajo están cerca de los enfermos cada día" y los enumera detenidamente: "las familias y amigos que cuidan de sus seres queridos con cariño, médicos y enfermeros, farmacéuticos y personal sanitario; capellanes de los hospitales, a los religiosos y religiosas de los Institutos dedicados al cuidado de los enfermos, y a los numerosos voluntarios", les asegura su recuerdo en la oración, "para que el Señor les dé la capacidad de escuchar a los enfermos, de ser pacientes con ellos, de cuidarlos de manera integral, cuerpo, espíritu y relaciones".

Por último, su pensamiento va a  febrero, de 15:00 a 17:30 horas, repasará la historia de la Jornada establecida por San Juan Pablo II, mostrando sus frutos y destacando la relevancia.

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