"EL CHISMORREO ES UNA CARCOMA QUE MATA LA VIDA DE UNA COMUNIDAD", AFIRMA EL PAPA FRANCISCO
CIUDAD DEL VATICANO (25 Junio 2022).- El Papa Francisco al recibir a la Familia de Don Orione, les recordó que es importante cuidar la comunidad, la familia religiosa, que sea de calidad, sin “frialdad entre ellos, o peor, dijo, juicios y chismes. E insistió, ¡Nada de chismorreos. Es una carcoma corruptora quemata la vida de una comunidad o de una orden religiosa.
El Papa Francisco al dirigirse a los miembros de la
Familia Carismática de Orione y a los Hijos de la Divina Providencia les dijo
que, como discípulos misioneros, enviados por la Iglesia son ante todo una
identidad apostólica alimentada en la vida fraterna de la comunidad o familia
religiosa. Por tanto, es importante cuidar la calidad de vida de las
relaciones, de la comunidad. Mirar al mundo de hoy como apóstoles, es decir,
con discernimiento, pero con simpatía, sin miedo, sin prejuicios, con valentía;
mirarlo como lo mira Dios, sintiendo como propias las penas, las alegrías, las
esperanzas de la humanidad:
“Esto ya es apostolado, porque es testimonio. Si hay
frialdad entre nosotros, o peor, juicios y chismes, ¿qué apostolado queremos
hacer? El testimonio de amor en la comunidad religiosa y en la familia es la
confirmación del anuncio del Evangelio, es la "prueba de fuego". Por
favor, nada de chismorreos. El chismorreo es una carcoma, una carcoma
corruptora, una carcoma que mata la vida de una comunidad, de una orden
religiosa. Nada de chismorreo. Sé que no es fácil, esto de superar el parloteo
no es fácil, y algunos me preguntan: "¿Pero cómo se puede hacer?".
Pero, hay una medicina muy buena, muy buena: morderse la lengua. Les hará
bien".
"Una comunidad bella, fuerte -son palabras de Don
Orione- y donde hay plena concordia de corazones y paz, no puede sino ser
querida, deseable y edificante para todos" (Cartas I, 418). Y también se
vuelve atractiva para las nuevas vocaciones”. Les dijo Francisco a la Familia
Oriona, en el 150 aniversario del nacimiento de San Luis Orione y al concluir
el Capítulo General de los Hijos de la Divina Providencia. Don Orione nació en
Pontecurone (Alessandria) el 23 de junio de 1872.
Ser
útiles a Dios y a los hombres
A ellos recordó que en la “medida en que la caridad de
Cristo arde en ellos”, su presencia y acción se vuelven útiles a Dios y a los
hombres, Don Orione decía en sus escritos que la “causa de Cristo y de la
Iglesia sólo se sirve de una gran caridad de vida y de obras, la caridad abre
los ojos a la fe y calienta los corazones con el amor a Dios. Son necesarias
las obras del corazón y la caridad cristiana. Y todos te creerán". Y en el
Capítulo General, les dijo Francisco, pusieron la relación con Dios, el corazón
de vuestra identidad, en el centro de vuestra renovación:
“El fuego se alimenta recibiéndolo de Dios a través de
una vida de oración, meditación de la Palabra y la gracia de los Sacramentos.
El P. Orione era un hombre de acción y contemplación. Por eso exhortó:
"Arrojémonos a los pies del Sagrario", y también: "Arrojémonos a
los pies de la cruz", porque "amar a Dios y amar a los hermanos son
dos llamas de un mismo fuego santo" (Cartas II, 397)”.
El
ardor apostólico de Don Orione
El tema del Capítulo general de los Hijos de la Divina
Providencia, fue, eligiendo una expresión típica del ardor apostólico del P.
Orione: "Hagamos la señal de la cruz y arrojémonos confiadamente al fuego
de los nuevos tiempos por el bien del pueblo" (Escritos 75, 242). Al
respecto, el Papa les pidió que el fuego no se quede sólo en sus hogares y
comunidades, u obras, que "los arrojen al fuego de los nuevos tiempos por
el bien del pueblo":
“Esto nos exige mirar el mundo de hoy como apóstoles,
es decir, con discernimiento, pero con simpatía, sin miedo, sin prejuicios, con
valentía; mirarlo como lo mira Dios, sintiendo como propias las penas, las
alegrías, las esperanzas de la humanidad. La palabra guía sigue siendo la de
Dios a Moisés: " He visto la opresión de mi pueblo en Egipto… Y he bajado
a librarlos de los egipcios." (Ex 3,7-8). Debemos ver las miserias de este
mundo nuestro como la razón de nuestro apostolado y no como un obstáculo.
Vuestro Fundador solía decir: 'No basta con llorar por la tristeza de los
tiempos y de los hombres, y no basta con decir: ¡Oh, Señor! ¡Oh, Señor! No hay que
lamentar una época pasada. Sin espíritu triste, sin espíritu cerrado. Avanzar
con una laboriosidad serena e imperturbable". (Escritos 79, 291)”.
Nuevas
formas de Misión en nuestro tiempo
El Papa les afirmó que nuestro tiempo "nos pide
que nos abramos a nuevas fronteras, que descubramos nuevas formas de
misión". Habló de la Familia Oriona como una "planta única con muchas
ramas", formada por religiosos, religiosas, seglares consagrados y laicos,
todos alimentados por el mismo carisma de San Luis Orione. Bendijo con ellos al
Señor, que de esa semilla, como dice el Evangelio, afirmó Francisco, ha hecho crecer una gran planta que da
cobijo, abrigo y refresco a tantas personas, especialmente a las más
necesitadas e infelices.
Les animó a sentir la fuerza del carisma, “el
compromiso que requiere ser seguidores y familiares de un gran testigo de la
caridad de Cristo; el compromiso de hacer presente, con vuestra vida y vuestra
acción, el fuego de esta caridad en el mundo de hoy, marcado por el
individualismo y el consumismo, la eficacia y la apariencia”, les dijo:
“Así escribía el P. Orione a principios del siglo XX:
"Vivimos en un siglo lleno de escarcha y de muerte en la vida del
espíritu; todo encerrado en sí mismo, no se ve más que los placeres, las vanidades
y las pasiones y la vida de esta tierra, y nada más". Y se preguntó:
"¿Quién dará vida a esta generación muerta a la vida de Dios, sino el
soplo de la caridad de Jesucristo? [...] Debemos, pues, pedir a Dios no una
chispa de caridad, [...] sino un horno de caridad que nos encienda y renueve el
mundo frío y helado, con la ayuda y por la gracia que el Señor nos dará"
(Escritos 20, 76-77)”.
Por PATRICIA
YNESTROZA/Vatican News
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