LAS FUERZAS RUSAS TOMAN LA ÚLTIMA CIUDAD GRANDE CONTROLADA POR KIEV: GUERRA DE UCRANIA

KIEV, Ucrania (3 Julio 2022).- Fuerzas rusas tomaron la última ciudad grande controlada por Kiev en la provincia oriental de Luhansk, en el este de Ucrania, según anunció hoy el ministro ruso de Defensa. El avance acercaba a Moscú a su objetivo declarado de tomar toda la región del Donbás.

 

El ministro de Defensa, Sergei Shoigo, dijo al presidente ruso Vladimir Putin que “como resultado de operaciones militares exitosas, las fuerzas armadas de la Federación Rusa, junto con unidades de la Milicia Popular de la República Popular de Luhansk, han establecido pleno control de la ciudad de Lysychansk”, según agencias noticiosas rusas.

 

Los combatientes ucranianos llevaban semanas tratando de defender la ciudad de Lysychansk e impedir que cayera en manos de Rusia, como ocurrió con la vecina Sievierodonetsk hace una semana. Un asesor presidencial había dicho que el destino de la urbe podría decidirse en cuestión de días.

 

Las autoridades ucranianas no informaron en un primer momento sobre la situación de la ciudad.

 

Antes hoy, el gobernador de Luhansk había dicho que las fuerzas rusas afianzaban sus posiciones en la cruenta batalla para tomar el último baluarte ucraniano en la provincia.

 

“Los ocupantes arrojaron todas sus fuerzas sobre Lysychansk. Atacaron la ciudad con tácticas incomprensiblemente crueles”, dijo el gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai en la app de mensajería de Telegram. “Sufren pérdidas significativas, pero avanzan con firmeza. Se están afianzando en la ciudad”.

 

Un río separa Lysychansk de Sievierodonetsk. Oleksiy Arestovych, un asesor del presidente de Ucrania, dijo anoche durante una entrevista que las fuerzas rusas habían logrado cruzar el río desde el norte por primera vez, creando una situación “amenazadora”.

 

Autoridades británicas y ucranianas reportaron en mayo que Rusia había perdido todo un batallón en un intento de cruzar el Río Siverskyi Donets y establecer una cabeza de puente.

 

Luhansk y la vecina Donetsk son las dos provincias que forman el Donbás, donde Rusia ha centrado su ofensiva desde que se retiró del norte de Ucrania y la capital, Kiev, en primavera.

 

Separatistas prorrusos controlan partes de las dos provincias desde 2014, y Moscú reconoce todo el territorio de Luhansk y Donetsk como repúblicas soberanas. El gobierno de Siria dijo el miércoles que también reconocería la “independencia y la soberanía” de las dos áreas.

 

Por otro lado, el líder de la vecina Bielorrusia, un aliado ruso, afirmó ayer que Ucrania había lanzado misiles a objetivos militares en territorio bielorruso varios días antes, pero que todos habían sido interceptados por un sistema antiaéreo. El presidente, Alexander Lukashenko, describió el supuesto ataque como una provocación y señaló que ningún soldado bielorruso combate en Ucrania.

 

No hubo respuesta inmediata del ejército ucraniano.

 

Bielorrusia acoge unidades militares rusas y sirvió de base para la invasión rusa. La semana pasada, apenas unas horas antes de Lukahsenko se reuniera con el presidente de Rusia, bombarderos rusos de largo alcance lanzaron misiles sobre Ucrania desde espacio aéreo bielorruso por primera vez.

 

Hasta ahora, Lukashenko se ha resistido a los esfuerzos por implicar a su ejército en la guerra. Pero durante su reunión, Putin anunció que Rusia tenía previsto suministrar a Bielorrusia el sistema de misiles Iskander-M y recordó a Lukashenko que su gobierno depende del apoyo económico de Rusia.

 

La crisis con Ucrania se desencadenó luego de que Moscú viera su anexión como país socio a la OTAN como una amenaza a la soberanía rusa.

 

Rusia exige garantías por parte de las potencias occidentales de que Ucrania se mantendrá como socio y nunca será incorporada como país miembro, lo que la OTAN no está dispuesta a ofrecer.

 

La OTAN es una alianza militar formada en 1949 por doce países, incluidos Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Francia, que tiene el compromiso de asistencia mutua y recíproca en caso de un ataque militar y que hoy tiene 30 miembros.

Fue creada para frenar la amenaza que significaba la expansión de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.

 

Pero tras el colapso de la URSS en 1991, varios países del antiguo Pacto de Varsovia -una alianza similar a la OTAN liderada por Rusia- se convirtieron en miembros de la OTAN, lo que ha puesto al Kremlin a la defensiva como en el caso de Ucrania, un país con una gran presencia de rusos que mantienen fuertes lazos con su país. Putin la considera "su patio trasero".

 

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