EL NUEVO AÑO COMIENZA BAJO EL SIGNO DE LA SANTA MADRE DE DIOS: PAPA FRANCISCO
CIUDAD DEL VATICANO (1 Enero 2023).-En la Solemnidad de la Virgen María Madre de Dios el Pontífice invoca la paz por intercesión de la Virgen María, singo de “esperanza”, y Madre de Jesucristo Príncipe de la Paz. Y encomendó al Papa emérito “para que le acompañe en su paso de este mundo a Dios”.
“El año, que se
abre bajo el signo de la Madre de Dios y nuestra, nos dice que la llave de la
esperanza es María, y la antífona de la esperanza es la invocación Santa Madre
de Dios”, expresó el Papa Francisco en la misa de la mañana del 1 de enero 2023
en la Basílica de San Pedro del Vaticano, teniendo presente también una oración
especial por el fallecido Papa emérito Benedicto XVI, y por la paz en el
mundo.
“Y hoy encomendamos a la Virgen a nuestro amado Papa emérito Benedicto XVI para que le acompañe en su paso de este mundo a Dios”, expresó el Pontífice.
En la homilía de la Solemnidad de Santa María Madre de
Dios, el Papa Francisco reflexionó sobre un aspecto fundamental de la fe, “una
noticia bellísima: Dios tiene una Madre y de ese modo se ha vinculado para
siempre con nuestra humanidad, como un hijo con su madre, hasta el punto de que
nuestra humanidad es su humanidad”, Y cómo de esta manera, Dios se hace cercano
a la humanidad “abrazándola de forma real y plena”, y de esta manera expresando
su amor.
“Dios no nos ama de palabra, sino con hechos; no lo hace
“desde lo alto”, de lejos, sino “de cerca”, desde el interior de nuestra carne,
porque en María el Verbo se hizo carne, porque en el pecho de Cristo sigue
latiendo un corazón de carne, que palpita por cada uno de nosotros”.
Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores
El título “Santa Madre Dios” mencionó el Papa
Francisco, entró "en el corazón del santo Pueblo de Dios, en la oración
más familiar y hogareña, que acompaña el ritmo de las jornadas, los momentos
más penosos y las esperanzas más audaces: el Avemaría”. En cuya plegaria dice
el Santo Padre: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores». Esta invocación muchas veces marcó el ritmo de nuestras jornadas y
permitió a Dios acercarse, por medio de María, a nuestras vidas y a nuestra
historia".
Exhortó Francisco a pedir la intercesión de la Virgen
María, la paz en el mundo: "A través de las manos de una Madre, la paz de
Dios quiere entrar en nuestras casas, en nuestros corazones, en nuestro
mundo".
“Recemos a la Madre de modo especial por los hijos que
sufren y ya no tienen fuerzas para rezar, por tantos hermanos y hermanas
afectados por la guerra en muchas partes de mundo, que viven estos días de
fiesta en la oscuridad y a la intemperie, en la miseria y con miedo, sumergidos
en la violencia y en la indiferencia”.
Los
pastores fueron y vieron
Y como compromiso de todos para construir la paz, el
Papa invitó a dejarse aconsejar por los primeros que vieron a la Madre con el
Niño, los pastores de Belén: “El Evangelio subraya de los pastores, sobre todo,
dos gestos muy sencillos, que, sin embargo, no siempre son fáciles. Los pastores
fueron y vieron: ir y ver”.
“Hoy, al comienzo del año, en lugar de sentarnos a
pensar y a esperar que las cosas cambien, nos vendría bien preguntarnos: Yo,
¿hacia dónde quiero ir este año? ¿A quién voy a hacer el bien?”.
“Ir y ver -expresó Francisco-. Hoy el Señor ha venido
entre nosotros y la Santa Madre de Dios lo pone ante nuestros ojos.
Redescubramos, en el impulso de ir y en el asombro de ver, los secretos para
hacer este año verdaderamente nuevo.
Finalizó el Papa la homilía aclamando junto a los
fieles: ¡Santa Madre de Dios! ¡Santa Madre de Dios! ¡Santa Madre de Dios!.
Por JOHAN
PACHECO/Vatican News
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