"EL SIGNO DEL VERDADERO EDUCADOR ES FORMAR, NO ATANDO A LAS PERSONAS A UNO MISMO": PAPA FRANCISCO
El Papa Francisco previo al rezo mariano del Ćngelus, ha reflexionado sobre el Evangelio de hoy que recoge el testimonio de Juan el Bautista sobre JesĆŗs despuĆ©s de haberlo bautizado en el rĆo JordĆ”n.
Al respecto reflexionó sobre la importancia de ser libres de los apegos, de cultivar la virtud de hacerse a un lado.
Nos cuestionó si somos capaces de hacer sitio a los demĆ”s, de escucharlos, de dejarlos libres, de no atarlos a nosotros pretendiendo gratitud. Francisco nos preguntó si somos capaces de atraer a los demĆ”s hacia JesĆŗs o hacia nosotros mismos. Y siguiendo el ejemplo de Juan, nos preguntó si sabemos alegrarnos de que las personas emprendan su propio camino y sigan su llamada, incluso si eso implica un poco de desapego respecto a nosotros, si nos alegramos de sus logros, ¿con sinceridad y sin envidia?
Juan el Bautista
Juan el Bautista hablando de JesĆŗs dice: «A Ćl me referĆa, cuando dije: DespuĆ©s de mĆ viene un hombre que me precede, porque existĆa antes que yo» (vv. 29-30). Al respecto, Francisco, hablando de Juan el Bautista, explicó que esta declaración revela el espĆritu de servicio de Juan. Ćl fue enviado a preparar el camino al MesĆas, y lo hizo sin ahorrar esfuerzos, dijo el Papa.
"Humanamente, se podrĆa pensar que le serĆ” entregado un “premio”, un puesto relevante en la vida pĆŗblica de JesĆŗs. En cambio, no. Una vez cumplida su misión, Juan sabe hacerse a un lado, se retira de la escena para dejar el sitio a JesĆŗs. Ha visto al EspĆritu descender sobre Ćl (cfr. vv. 33-34), lo ha seƱalado como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y ahora se dispone a escucharlo humildemente”.
El signo del verdadero educador
Juan el Bautista, afirmó el Papa, predicó y reunió discĆpulos, los formó, y, sin embargo, seƱaló Francisco, no ata a nadie a sĆ. Este es el signo del verdadero educador remarcó, no atar a las personas a uno mismo.
“Juan pone a sus discĆpulos sobre las huellas de JesĆŗs. No estĆ” interesado a tener seguidores, a obtener prestigio y Ć©xito, sino que presenta su testimonio y luego da un paso atrĆ”s para que muchos tengan la alegrĆa de encontrar a JesĆŗs”.
La libertad respecto a los apegos
Con este espĆritu de servicio, con su capacidad de dejar sitio, Juan el Bautista nos enseƱa una cosa importante, enfatizó Francisco: la libertad respecto a los apegos. SĆ, porque es fĆ”cil apegarse a roles y posiciones, a la necesidad de ser estimados, reconocidos y premiados.
Sin embargo, para el Santo Padre, este apego, aunque si es natural, no es bueno, porque como dijo el Papa, el servicio implica la gratuidad, el cuidar de los demƔs sin ventajas para uno mismo, sin segundos fines.
“Nos harĆ” bien cultivar, como Juan, la virtud del hacernos a un lado en el momento oportuno, testimoniando que el punto de referencia de la vida es JesĆŗs”.
Crecer en espĆritu de servicio
Libertad de los apegos, esto dijo el Papa es importante, para un sacerdote “que estĆ” llamado a predicar y celebrar no por afĆ”n de protagonismo o por interĆ©s, sino para acompaƱar a los demĆ”s hacia JesĆŗs”. O en los padres de familia, que educan a sus hijos con sacrificios y luego los dejan libres para que sigan su propio camino en la vida. Al respecto, el PontĆfice dijo que es justo que “los padres sigan asegurando su presencia diciendo a los hijos: «no los dejamos solos»; pero con discreción, sin intromisión”.
Liberarse de los apegos y hacerse a un lado cuesta recordó Francisco, pero es importante hacerlo siempre, en todo momento, en la amistad, en la vida de pareja, en la vida comunitaria: es el paso decisivo para crecer en el espĆritu de servicio.
Por PATRICIA YNESTROZA/Vatican News
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