RETORNA LA TRANQUILIDAD EN BRASIL, PERO LA DEMOCRACIA SIGUE EN ALERTA
BRASILIA, Brasil (9 Enero 2023).- El desalojo de los grupos terroristas de bolsonaristas que el pasado domingo asaltaron las sedes de los tres poderes del Estado otorgó tranquilidad a Brasil frente al atentado sufrido por la democracia la víspera; pero no han cesado los peligros fomentados por la actitud del expresidente Jair Bolsonaro al no reconocer explícitamente la victoria electoral de Luiz Inacio Lula da Silva y sus anteriores mensajes de odio, así como por el dejar hacer de autoridades locales civiles y policiales en esta capital.
La fuerza militar, si bien ha hecho caso omiso a los pedidos de intervención que le han formulado los bolsonaristas durante semanas, tampoco los disuadieron.
El ministro de Justicia, Flavio Dino, aseguró en rueda
de prensa que el país «ya camina hacia una normalización institucional
absoluta. Podemos decir que los estafadores, terroristas, delincuentes en
general no han tenido éxito en sus intentos de violar la ley. En ese sentido,
lo peor ya pasó».
Lula recibió de nuevo y formalmente, mediante un comunicado conjunto, el apoyo del jefe del Senado, Veneziano Vital do Rêgo; de la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), Rosa Weber, y del alcalde, Arturo Lira —quienes rechazaron los actos violentos—, el deseo de promover un golpe de Estado dejó ver la gravedad a que ha conducido la manera impune con que han actuado quienes agreden la democracia.
Contra esa impunidad se han pronunciado distintas
voces; la principal de ellas, la del juez del Supremo Tribunal Federal,
Alexandre de Moraes, quien emitió la orden que estableció un plazo de 24 horas
a los violentos para abandonar el lugar.
En su alocución al país el propio domingo, cuando dio
a conocer el decreto que estipuló la intervención de Brasilia hasta el 31 de
este mes, también el presidente Lula se había preguntado de dónde salió el
financiamiento para las actividades terroristas de los vándalos.
Según dijo RT, al menos unos 400 autobuses trasladaron
a manifestantes hacia Brasilia; cien de ellos, solo durante la jornada del
sábado.
Otro hecho que invita a pensar en quiénes estaban
coludidos en los actos fue el que divulgó el ministro de Comunicación Social,
Paulo Pimienta, quien denunció el domingo la sustracción de armas y municiones
que estaban almacenadas en el Gabinete de Seguridad Institucional, en el
Palacio de Planalto, uno de los sitios asaltados.
Pimienta mostró, mediante un video, las cajas vacías
en las que se guardaban las armas destinadas a los miembros de la seguridad
presidencial, dio a conocer Telesur.
En su opinión, los asaltantes «tenían información» de
que allí se «guardaban armas y sabían qué era lo que debían llevarse».
Por su lado, el actual encargado de la seguridad en el
Distrito Federal, Ricardo Cappelli, declaró que «no permitiremos la continuidad
de concentraciones que funcionan como incubadoras de planes contra el Estado
Democrático de Derecho».
Tras la ejecución de un cerco policial, los
bolsonaristas se retiraron de la zona y dejaron abandonadas sus carpas.
Sin embargo, desde la propia jornada dominical,
personalidades cercanas al Gobierno como la titular del gubernamental Partido
de los Trabajadores, Gleisi Hoffman, denunciaron el intento de seguidores de
Bolsonaro de afectar el suministro de gasolina impidiendo que las refinerías
distribuyeran el combustible en localidades como Paraná, lo que constituía
clara expresión de su deseo de seguir afectando la estabilidad.
Ante ello, la policía impidió este lunes que los
insubordinados bloquearan el acceso a las refinerías en al menos cinco estados,
informó Telam. Según la Federación Única de los Trabajadores del Petróleo
(FUP), este lunes se registraba una caída en el número de bolsonaristas que
intentaban bloquear las refinerías de Petrobras, en medio de lo que la agencia
calificó de «escalada golpista».
Petrobras precisó que las refinerías operaban
normalmente y que «está tomando todas las medidas de protección preventiva
necesarias, según el procedimiento estándar», dijo Folha de Sao Paulo.
También la FUP confirmó que las unidades continuaban
en actividad sin afectaciones en su funcionamiento; no obstante, ese gremio
convocó una reunión con partidos, centrales sindicales, movimientos populares y
organizaciones de la sociedad civil para llamar a la movilización en respuesta
a los hechos golpistas.
Ante las amenazas, la FUP había activado durante todo
el domingo a los órganos de seguridad federal, al servicio de inteligencia y
seguridad empresarial de Petrobras y al senador Jean Paul Prates, designado por
Lula para asumir la presidencia de Petrobras.
Acerca de la necesidad de la ciudadanía de estar
alertas se pronunció la víspera Gleisi Hoffman, mediante un mensaje en Twitter
en el que anunció que «a partir de ahora entramos en movilización permanente»,
y anunció actos «en defensa de la democracia y contra los delincuentes en
varios puntos de Brasil», en la tarde de este lunes. «Además de la ofensiva
judicial y policial, tenemos la popular», agregó.
La repulsa a los asaltos al Palacio de Planalto, el
Congreso, y el Tribunal Federal de Justicia fue general a nivel internacional,
incluyendo a Estados Unidos, y no dejó fuera al propio Bolsonaro, quien se fue
a Orlando, en EE. UU., desde antes de la toma de posesión de Lula, y ahora intentó
deslindarse de los sucesos.
No obstante, medios de prensa dijeron que «el núcleo
duro —encargado de monitorear los procesos que involucran a Bolsonaro— del
Partido Liberal, al que recientemente se afilió el expresidente y con mayoría
en ambas cámaras del Congreso, estimaron que los actos terroristas del domingo
8 aumentan el riesgo de que el Supremo Tribunal Federal ordene la detención del
exmandatario.
Incluso antes de las invasiones criminales, el alto
mando del Partido entendió que había posibilidades de que el ministro Alexandre
de Moraes emitiera una orden de arresto contra Bolsonaro, con base en las
investigaciones en curso en los tribunales.
O Globo dijo este lunes que Bolsonaro fue
hospitalizado en Orlando con fuertes dolores abdominales.
Reitera
Díaz-Canel respaldo a Lula
El Presidente Miguel Díaz-Canel habló telefónicamente
con su homólogo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, a quien reafirmó el apoyo
de Cuba ante los intentos de desestabilizar su Gobierno por elementos de
extrema derecha.
En su cuenta de Twitter, Díaz-Canel señaló este lunes:
«En conversación telefónica con el hermano presidente Lula reiteré toda nuestra
solidaridad hacia él y su Gobierno, frente a los hechos violentos de ayer».
Añadió: «Le ratifiqué la voluntad de impulsar y
profundizar los vínculos bilaterales en beneficio de ambos pueblos».
Los radicales bolsonaristas, con su praxis violenta,
han puesto en grave peligro la democracia brasileña.
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