EL PAPA FRANCISCO RECUERDA MONSEÑOR DAVID O´CONNELL OBISPO AUXILIAR DE LOS ÁNGELES ASESINADO
LOS ÁNGELES (2 Marzo 2023).- Un sacerdote y luego obispo cuyo ministerio estuvo marcado por "la profunda preocupación por los pobres, los inmigrantes y los necesitados", por "los esfuerzos para defender la santidad y la dignidad del don de Dios de la vida" y por "el celo en la promoción de la solidaridad, la cooperación y la paz en la comunidad local".
Palabras de afecto y aprecio aquellas con las que el Papa Francisco describió a monseñor David O'Connell, obispo auxiliar de Los Ángeles, asesinado a los 69 años el pasado 18 de febrero por el marido de su ama de llaves, Carlos Medina, según dijo tras ser detenido.
El
funeral
Mañana, 3 de marzo, se celebrará en la Catedral de
Nuestra Señora de los Ángeles el funeral del prelado de origen irlandés, obispo
auxiliar de la archidiócesis estadounidense desde 2015. Su cuerpo será
enterrado en la cripta; hoy estará expuesto para el homenaje de los fieles
durante todo el día. Mientras, O'Connell fue recordado anoche en una misa
conmemorativa en la iglesia de San Juan Vianney de Hacienda Heights, el
suburbio a 32 kilómetros al este del centro de Los Ángeles donde vivía el
prelado y donde, en su propia casa, fue encontrado muerto de madrugada por la
policía con una herida de bala en el pecho.
El
pésame del Papa
Las palabras del Papa Francisco, contenidas en un
telegrama firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, fueron leídas
por el arzobispo de Los Ángeles, José H. Gomez, en la apertura de la
celebración a la que asistió una gran multitud de fieles. El telegrama fue
entregado a Gómez por el Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Christophe
Pierre.
"Profundamente entristecido al enterarse de la
prematura y trágica muerte del obispo auxiliar David O'Connell", reza el
telegrama, el Papa Francisco envía "sentidas condolencias y la seguridad
de su cercanía espiritual" al clero, religiosos y laicos de la archidiócesis.
El Papa reza también para que quienes honran la memoria del obispo "sean
confirmados en su decisión de rechazar los caminos de la violencia y de vencer
el mal con el bien". "En la segura esperanza de la
resurrección", el Pontífice envía a continuación su bendición como
"signo de paz y consuelo en el Señor".
Una
vigilia
La misa en San Juan Vianney -explica la web oficial de
la archidiócesis, Angelus News- fue organizada por la Región Pastoral de San
Gabriel, que el obispo O'Connell dirigió como vicario episcopal desde 2015
hasta su muerte. En su lugar se celebrará una vigilia esta tarde, a las 19
horas, en la Catedral. Mañana el funeral, al que se espera que asistan más de 20
obispos, según Angelus News.
El
asesinato
El obispo había sido encontrado sin vida hacia la 1 de
la madrugada del 18 de febrero en el interior de su domicilio de Hacienda
Heights, con un disparo en el pecho. La policía del condado había acudido a una
llamada de emergencia y, según dio a conocer un comunicado emitido pocas horas
después por la oficina del sheriff, se había abierto una investigación por
"muerte por arma de fuego" de un varón adulto, cuya muerte fue
certificada en el lugar de los hechos. Es decir, la vivienda situada en una
calle residencial con casas de estilo rústico de una sola planta. En un primer
momento, los medios de comunicación estadounidenses afirmaron que O'Connell
había quedado atrapado en medio de un tiroteo. La investigación de la policía
del condado confirmó horas después que se trataba de un homicidio. El 20 de febrero,
Carlos Medina, de 65 años, marido de la asistenta de la víctima, fue detenido
como sospechoso del asesinato. Los investigadores, según explicó el sheriff
Robert Luna, habían relacionado a Medina con el crimen a través de un vídeo de
vigilancia que mostraba un vehículo en la casa de O'Connell en torno a la hora
de la muerte de ésta. El hombre, que estaba detenido, confesó entonces el
crimen al día siguiente sin explicar su motivo, dijo el fiscal de Los Ángeles
en rueda de prensa. Medina fue acusado de asesinato en primer grado en el
Tribunal Superior de Los Ángeles, con el agravante de haber utilizado un arma
de fuego en el asesinato. Los medios de comunicación estadounidenses informan
de que, de ser declarado culpable, podría enfrentarse a una pena de entre 35
años y cadena perpetua.
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