LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO: LA REGIÓN DE BARCELONA ESTÁ ABOCADA A RESTRICCIONES DE AGUA SI NO LLUEVE

BARCELONA, España (26 Marzo 2023).- “La reducción de la presión del agua en la red de abastecimiento es uno de los escenarios que hemos previsto en la fase más grave de la emergencia por la sequía”, señala Joan Herrera, responsable del área de energía y medio ambiente del Ayuntamiento de El Prat de Llobregat. 

También el Ayuntamiento de Barcelona ha incluido medidas extremas en su plan de emergencia para afrontar el peor de los escenarios, incluida la bajada de la presión de la red y cortes de suministro horarios, según explica a este diario Eloi Badia, edil barcelonés  de Emergència Climàtica.

Son dos ejemplos de cómo los municipios de la región de Barcelona y Girona (abastecidos principalmente por el Ter y Llobregat) ven cada vez más cerca la amenaza de las restricciones domésticas si no llueve; mejor dicho, si no llueve y mucho.

Más de 30 meses sin apenas precipitaciones han mermado el volumen de agua en los embalses hasta quedarse en la cuarta parte de su capacidad (el 27%).

Y ante la posibilidad de que se pueda entrar en emergencia (cuando los embalses estén al 17%), el Govern urge a los ayuntamientos a que preparen planes locales para afrontar la sequía detallando las medidas de ahorro y recortes domésticos que podrían aplicar.

Las limitaciones en el uso del agua afectan ahora a 224 municipios de 15 comarcas y a 6 millones de personas. La Generalitat ha ido reduciendo las dotaciones de agua disponibles (según los escenarios establecidos de alerta, excepcionalidad y emergencia).

Estas limitaciones se han centrado en la fase de excepcionalidad en el sector agrícola, ganadero e industrial (con recortes del 40%, 30% y 15% respectivamente); y, además, se ha prohibido el uso del agua potable para riego de parques y zonas verdes públicas y privadas, entre otros.

Pero si se llega a la fase emergencia, las limitaciones para esos usos subirán un 80%, un 50% y un 25% respectivamente. Y, además, se produciría una nueva vuelta de tuerca: la dotación actual, de 230 l por persona y día para todos los usos, deberá recortarse más a los municipios.

 Entonces serán los ayuntamientos quienes deberán decidir qué medidas de ahorro o recortes se implantan, lo que incidiría en restricciones domésticas básica.

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