"COMUNICAR LA FE ES CUESTIÓN DE BELLEZA, HAY QUE TESTIMONIARLA": PROCLAMA EL PAPA FRANCISCO
CIUDAD DEL VATICANO (20 Mayo 2023).- Francisco, al recibir a un grupo de peregrinos italianos de Spoleto-Norcia, que están celebrando el año jubilar por la dedicación de la catedral de Spoleto, les deseó que sean descubridores de la belleza, buscadores de los tesoros de la fe.
El Papa Francisco recibió peregrinos italianos de la
arquidiócesis de Spoleto-Norcia, venidos a Roma en el Año jubilar que están
viviendo por el aniversario de la dedicación de la catedral de Santa María
Asunta de Spoleto.
Comunicar la fe es cuestión de belleza
Al referirse a la belleza de la catedral, el Papa
recordó que comunicar la fe es ante todo una cuestión de belleza. La belleza no
se explica, se muestra, afirmó, la belleza no se convence, hay que
testimoniarla.
“Por eso, en la Iglesia, lo que se testimonia es más
importante que lo que se predica. Y vuestra catedral, con sus magníficas
capillas, alberga historias de vida y de fe, contiene santidad y belleza”.
La oración, la caridad hecha en secreto
Es una belleza que hay que sacar a la luz, como hace
un restaurador cuando redescubre los colores de un fresco antiguo. Así sucede
en la Iglesia, enfatizó Francisco, donde lo que no aparece a los ojos es más
precioso que lo que se ve:
“La oración, la caridad hecha en secreto y la fuerza
del perdón no aparecen en primera plana; tampoco los sacrificios de los
pastores, la vida de tantos "santos de al lado", el testimonio de los
padres, de las familias, de los ancianos... Aquí, les deseo que sean
descubridores de la belleza, buscadores de los tesoros de la fe; que no se
detengan en la superficie de las cosas, sino que vean más allá, apreciando y acogiendo el
patrimonio de santidad y de servicio que es la riqueza de la Iglesia”.
La fe debe revivirse siempre en la alegría del
Evangelio, en la comunidad hecha de personas, en la asamblea de quienes
experimentan la misericordia y se reconocen hermanos y hermanas amados por Dios
mediante la gracia.
“Buscar la belleza es ir al corazón de las cosas. En
la Iglesia, ya no es hora de fijarse en aspectos secundarios, externos; es hora
de mirar a la comunidad de los orígenes y centrarse en las verdaderas
prioridades, que son la oración, la caridad y el anuncio”.
Renovar la pastoral exige opciones
El Papa animó a los peregrinos a no tener miedo de
actualizar las modalidades de la evangelización, de la catequesis, del
ministerio del párroco y del servicio de los agentes pastorales, para pasar de
una pastoral de conservación, en la que esperan que la gente venga, dijo, a una
pastoral misionera, en la que entrenan sus corazones para que se expanda al
anuncio, saliendo de la "introversión pastoral".
“Cuando el corazón no permanece cerrado y triste,
rumiando las cosas que no van bien, sino que se abre, como sucede en un
sacerdote que se gasta por su pueblo, en una familia que genera vida, en un
joven que opta por no pensar sólo en divertirse sino en jugarse por Dios y por
los demás, entonces el Evangelio pasa de forma auténtica, a través de la
belleza del testimonio. Recordémoslo siempre: el testimonio de vida comunica la
belleza de la fe”.
La Iglesia que intercede
Al hablar de la Catedral, dedicada a la Madre de Dios,
Francisco recuerda que tiene su efigie más representativa en el "Santo
Icono".
"Esta imagen representa a la Virgen con las manos
levantadas, intercediendo por nosotros. Y es "un icono que habla": de
hecho, su pergamino da voz a la imagen. Lo hace a través de un diálogo entre
Jesús y su Madre, un diálogo casi dramático, en el que Cristo dice: "¿Qué
pides, oh María?", y ella responde: "La salvación de los vivos".
Él replica: "Pero provocan ultraje". Y ella: "Complácelos, Hijo
mío". Él: "¡Pero no se convierten!", y Ella: "Y tú los
salvas por gracia". Esto es intercesión, llevar a los demás ante el Señor,
luchar con Él a través de la oración, saber insistir, no sólo y no tanto por
nuestros amigos y seres queridos, como solemos hacer, sino especialmente por
los que están lejos, por los que no son de los nuestros, por los que nos
critican, por los que no conocen el amor de Dios".
Por consiguiente, una Iglesia que intercede, que lleva
el mundo al Señor sin mundanizarse, es una Iglesia siempre viva, siempre bella.
Cuántas veces, recalcó, en cambio, el virus de la queja serpentea también entre
nosotros. Los cristianos no pueden dejarse atrapar por los cordones de esta
mundanidad cansina y enervante, aseveró, sino que están llamados a redescubrir
la belleza que han recibido por gracia y a interceder, es decir, a atraer la
belleza sobre los demás.
Por PATRICIA YNESTROZA/Vatican News
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